sábado, 21 de septiembre de 2013

Capítulo 6

-Que te pasa flaco? Soltameee- le gritaste
Y viste como te miraba con los ojos en blanco. Y su dedo seguía en tu clavícula.

-Salí Pedro!- Le gritó Joaquín.
El retrocedió y vos sentiste arder el lugar que su dedo dejó vacío.
-Estás bien?-te preguntó, mientras el inepto permanecía alejado en la pared lateral del hall central.
-Yo...yo no hice nada, te juro-medio tartamudeaste.
-No, claro que no Chaves, vení a la oficina así vemos esas cosas que me trajiste y te podés volver.
-Si, seguro.-asentiste, mientras mirabas a un Pedro perdido, casi ausente.
-Despejate y volvé pendejo- se dirigió Joaquín a él

***

Te mirabas al espejo. Te lavabas la cara. Inhalabas. Exhalabas. Te rascabas la nuca.

Hasta el día de hoy, 2 años después, Juana, figuraba entre tus principales problemas.

Decidiste volver a tu oficina y antes de entrar escuchaste una conversación.

-Estás bien?-la voz de Clara, sin lugar a dudas.
-Si. Te puedo ser sincera?-preguntó ella.
-Si, claro.
-Me dio miedo. Por primera vez un hombre me dio miedo.

Te tensaste. Porque si. Porque juraste no repetir la historia. Porque ese no es el Pedro que querés mostrar, porque ese no sos vos, en serio no eras vos. Hoy lo entendías, pero te costó años de terapia.
Y como si el cuello no te estuviera quedando lo suficientemente rojo, te comenzaste a rascar la nuca nuevamente.
Volviste a agudizar el oído, ya que vos pensabas, pero ellas seguían charlando.

-Pero es eso nada más.
-Si, supongo, pero me asustaron sus ojos. Tenían una mezcla de dolor, tristeza y bronca que me nubló. En general tengo experiencia con los hombres, pero me descolocó.
-No es mal tipo, solo mujeriego.
-Hace mucho lo conocés?
-Dos años
-Pensé que tendría novia.
-No, es un picaflor, dudo que tenga sentimientos.

Y no, no tenías. Al menos eso mostrabas. Frío y calculador, como te había enseñado tu padre, si es que algo te había enseñado.

-No parece mal tipo-escuchaste su voz.
-No, pero es muy cerrado por momentos, no creo que alguien pueda conocerlo. Cuentan, y que quede entre nosotras...-y te tensaste imaginando lo que podría venir.

-... es un rumor de pasillo viste...Y es como medio novelezco
-Bueno, dale- la apuró Paula, y vos sonreíste. No sabés bien por qué. Solo te gustó que sea tan ansiosa
-Algunos dicen que lo plantaron en el altar, otros que la única persona con la que se abrió un 100% no está mas...Como que no cuenta el cuento, viste?

Tu sangre hervía. No sabías que circulaban esos rumores. Pero intentabas tranquilizarte. No querías asustar a Paula, más de lo que estaba.

-Recién escuché  a unos de los cadetes que decía que hoy está así por eso...pero no se si por el altar o la muertita.....

No va más.

-Que sea la última vez que hables de mi, ok?- le dijiste, lo más calamdo que pudiste, desde la puerta.

Pero parece que no fue suficiente. La veías temblar. Cómo si fueras a hacerle algo.

-Perdón Alfonso, no va a volver a pasar-te contestó.

Paula solo miraba el escritorio. Sentías el miedo que te tenía. Porque nada de eso te era distante, raro, nada te sonaba a otra sintonía.

-Paula, podemos hablar?- le pediste, mientras Clara se retiraba.
-Nada que hablar,ya se, tuviste un mal día, todo bien- y te esquivo la mirada nuevamente
-Esperá-le pediste tomándole la muñeca
Y ella miró el agarre
-Perdón, te lastimé?-le preguntaste. Medir tu fuerza siempre fue tu objetivo.
-No

***

El te miraba expectante.

-No me mires así, no pasa nada.-le dijiste 
-Si pasa, no quiero que pienses que soy mal tipo o algo de eso
-No lo pienso- le dijiste, sin saber si estabas 100% convencida.
-No soy violento
-No se porque tenemos esta conversación, si yo no te dije nada.
-Pero lo siento, veo el miedo en tus ojos
-Mis ojos no trasmiten nada, porque vos no me trasmitís nada- quisiste sonar fría.
-Quién te mintió así? Tus ojos hablan..
-Para poeta tengo a Neruda, en serio. Y está todo bien, tuviste un mal día ya me lo dijiste
-Dejame mostrarte que soy un buen tipo Paula. Aceptame un café.
-No gracias.
-Por qué?
-No necesito que me muestres nada, eso lo necesitas vos. Vos necesitas saber que no sos violento, vos querés que el mundo te acepte, vos querés que te vean como mujeriego, como vacío de emociones.
-Todo eso en dos días? Sos vidente o psicologa?-te gastó.
-Se de hombres. Se que no te importa si yo te tengo miedo o no. Te importa que vos te tenes miedo, y contra eso nada. Yo no te conozco, no me interesa tampoco. Sos mi "enemigo" en un juicio, tan simple como eso. 
-Te juro que no quiero que pienses cualquiera de mí.
-Y eso por qué?
-No se. Pero me encantaría saberlo.


Y te miró a  los ojos. Sus ojos color miel te proyectaron dulzura y también miedo, como un niño pequeño.
A veces, el miedo es más interno que externo. A veces el enemigo está en casa. Eso pensaste.
Y viste tanto temor en sus ojos, que tu miedo se equiparó con el de él. Y así, mirándose a los ojos, fija e intensamente, estaban en la misma sintonía... y no se sentía tan mal.

3 comentarios:

  1. ME ENCANTO LA NOVELA,HACE POQUITO LA ENCONTRE.ME AVISARIAS CUANDO SUBIS,GRACIAS @CARMEBARILOCHE

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  2. Te felicito por la novela, es hermosa y tus reflexiones son geniales,

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