lunes, 30 de diciembre de 2013

Capítulo 27

-Perdón, no se que decirte
-Decime algo Pedro, no se, no puedo seguir así
-Es que todo esto es mi culpa, lo se
-No te estoy pidiendo que asumas culpas, ninguno de los 2 tiene 8 años verdad?
-Y que me pedís?
-No se, dejame algo en claro, que te pasa a vos, que querés vos.
-Me estas haciendo preguntas que ni yo mismo lo se Paula- le dijiste abriendo los ojos de par en par, demostrándole que ni vos mismo sabías donde estabas parado.
-O sea que no tenes nada en claro?- te preguntó mientras se hacía un rodete en el pelo con un chuflín invisible.
-No Pau, te juro que es todo tan poco claro.
-Tenes razón, que demandante estoy, pobre de vos
-No seas irónica, no me dijiste que no teníamos 8 años?
-Si, y también te di el pie para decirme que lo único claro que tenes es que me amas.

Y la viste darse vuelta.
Y te autoputeaste porque nunca lo habías visto así, nunca habías sentido que eso era un "reclamo", un pedido.

-No me di cuenta mi amor- le dijiste acercándote
-Ese es el problema, que no te das cuenta de nada- te dijo apenada, dolida, posiblemente decepcionada
-No me digas así por favor, yo te lo había advertido, o no? yo no te lo advertí?
-Que me advertiste?
-Que no era un tipo del cual enamorarte
-Qué?
-Que yo te lo dije y no quisiste aceptarlo, te dije que venía con demasiados problemas como para encarar una relación, te lo dije o no te lo dije?- le decías mientras dabas círculos alrededor de la mesa rascándote la nuca. Pero claro vos estabas demasiado ocupada pensando en lo bien que te sentías con lo que teníamos que nunca pensaste en las consecuencias. Por dios Paula, te dije que no confíes en mí, te lo dije, yo te avise que a vos no te quería lastimar pero te empecinaste- y te despeinaste un poco.
-Ahora es mi culpa esto?
-Es que no me escuchas? Te estoy diciendo que soy yo, yo no estaba listo para esto, pero te lo dije, eso te estoy diciendo. Mierda Paula!!!! No se que decirte para que me entiendas- casi le gritabas cuando tus niveles de nerviosismo aumentaban más y más.
-Basta Pedro! Estas diciendo cualquiera y no nos va a llevar a ningún lado.
-Pero yo te avise Paula- murmuraste pasando la palma de tu mano por tu cara- la historia de mi viejo, Juana, ella... ella siempre fue un capítulo importante vos lo sabías!!! Yo no estaba preparado! No estoy preparado! El amor siempre fue difícil para mí, vos lo sabías. Yo venía muy lastimado y no creo que alguna vez cicatricen esas heridas!
-Basta!!!!!!- te gritó.



***


-Será que siempre tenes que ser vos la víctima?
-De que me hablas?
-Que...por que todo tiene que ser vos? Por que el sufrido siempre sos vos!!?
-Y si no soy yo quién sería?
-No se...yo? Los dos? Eramos una pareja por si no te acordas
-Eramos?
-No se decime vos...
-No entiendo tu punto
-Que me esta pudriendo tener que sacarte todos los días de un pozo, que me estoy cansando de ser una psicóloga las 24 hs. Al final...
-Qué?
-Nada dejá- le dijiste dándote vuelta
-No ahora decime- te exigió tomándote del brazo.
-Que al final pareciera que traes tu pasado para arruinar lo que tenemos.
-Pensas que lo hago al propósito? No te entiendo
-Pienso que tu psiquis te juega una mala pasada, y yo quedo en el medio. Pienso que estoy podrida de que no puedas elegir amarme, cuando yo renuncie a mi orgullo de mujer, con la finada resucitada, con esta mina que ahora aparentemente está embarazada, con tu historia y tus mambos
-Que onda? Nunca te molestó y ahora me echas en cara todo junto?
-Por Dios Pedro!!- y si, el te exasperaba. Dejá de pensar que es todo contra vos. Somos dos!! Nos ves? Me ves acá? Yo también sufro, perdoname si mi vida no es tan agitada como la tuya si?
-Es que te escucho y no se que hacer, no se para donde quiero ir.
-No sabes? Buenisimo. Yo si se. Yo te amo. Yo te elegí, pero no puedo remar contra la corriente sola. No puedo, te juro que estos días lo intenté. Mis amigas me decían que de un paso al costado y acá estoy, pero se ve que soy la única de los dos que tiene las cosas claras.
-No entendes que tenes las cosas claras porque no son tus problemas? Son los mios!
-Basta!!! Me pudriste. Cuando te des cuenta que ir juntos a la par implica que tus problemas son nuestros problemas, buscame.

Y te fuiste. Porque no lo bancabas más. Y porque rogabas que reaccione.


Y como el orgullo no sabías donde había quedado, le mandaste un mensaje.

"Buscame, pero no te tardes, no quiero tener que decirte que la confundida soy yo"


***

Tu mente circulaba a mil por hora. ¿Qué probabilidades había que Paula tuviera razón?
Pero no, claro que eran tus problemas, y no querías que ella se metiera, no porque pensaras que no sean sus problemas, sino porque si, demasiados inconvenientes ya habías traído como para sumar otros.

Vos, se lo habías advertido, no eras un combo fácil de llevar, pero ella no te escucho! No te hizo caso.
Y bueno, vos tampoco hiciste demasiado para impedirlo. Te sentías bien. Ella te hacía bien entre tanto dolor.
Ella, apareció para darle un poco de luz a tu vida, cuando para vos todo era oscuridad.
Cuando Paula apareció en tu vida, vos te habías decidido a simplemente dejarla pasar, a que los días pasen intentando que los sentimientos tengan el mínimo de incidencia en tu vida.
Habías bloqueado toda posibilidad de enamorarte, de volver a descubrir el amor. Tu vínculo con las mujeres se había vuelto netamente carnal.
Pero llego ella, como un remolino que trajo paz y alegría a tus días, que te enseñó lo que es el amor después del amor.
Te enseñó a cocinar, y a cuidar al otro cuando se enferma. Te enseñó que de a dos se camina más rápido, y que si aún así, el camino es lento, la compañía lo es todo.
Ella era la calma, en tus días turbulentos. Y la tormenta en los días calmos.


Al menos, algo tenías claro.
Pero el resto...era tan confuso.



***

Hacía media hora (fácil) que intentabas leer el expediente. Habían acordado una visita a favor de Ester de 3 veces por semana, como para empezar a entablar algún tipo de diálogo.
Hasta ahora los resultados venían siendo bastante positivos, claro, Ester no podía dar demasiada información al menor.
Que ironía, tener a tu hijo tan cerca sin poder decirle que sos su mamá.
Vos, tantas veces habías soñado con ser mamá, y ese sueño cada vez se veía más frustrado.

Y el. El que no llamaba. Maldito sea!!!

-Paula! Si seguís así vas a ojear esas tres miserables hojas con las que estas hace 3 horas!- te "retó" Nahuel.
-Eh?- distraída.com
-Ah, estás en cualquiera eh?- y rodó su silla de escritorio cerca de la tuya.
-Un poco distraída nada más.
-Y esa distracción tiene nombre?
-Sabes que sí, vos me conoces como nadie
-Claro que si. Te lo dije a vos y se lo dije a el.
-Qué le dijiste?
-Que no te lastime.

Y te mordiste el labio.

-Sos como un hermano para mí, lo sabías no?
-Y vos sos mi pequeña indefensa
-No soy indefensa!
-Sos testaruda, claro que sos indefensa en materia de hombres.- y colocó un mechón de tu pelo detrás de tu oreja- pero sabes una cosa, yo me doy cuenta de muchas cosas
-Como por ejemplo?- le preguntaste intrigada
-El te ama. Mucho.

Y estúpidamente te emocionó. Te emocionó que lo notara alguien más, pero al mismo tiempo te dolió adentro.

-Y eso alcanza?- le preguntaste esperanzada.
-Decime vos, querés que alcance? Sincerate Paupi.
-Quiero todo con él, pero no estoy segura si el amor es suficiente. Además...
-Además que?
-Además no se... no se si el está dispuesto a jugársela por mí.



***

Te sacudió escucharla. Un escalofrío recorrió tu cuerpo.
Dicen, que nunca es bueno escuchar tras la puerta. Al menos... si no haces nada al respecto.
"No se si el está dispuesto jugársela por mí" esa frase retumbaba en tu mente, una y otra vez.
Desde tu lugar, mirabas sus ojos verdes, y solo rogabas que esa decepción que veías en ellos fuese pasajera. Solo eso.
Su voz ya era inaudible para vos, que te retirabas a tu casa.


***


Te hiciste un rodete como para no ensuciar tu pelo al cocinar (aunque en realidad mucho no te importaba). Te pusiste el delantal que te regaló tu abuela, ya que según ella no se puede cocinar sin delantal. Y te pusiste a picar la cebolla. No porque necesitaras una excusa para llorar en paz.
No, seguro que no, te dijo el loro parlanchín a tu oído revoleando sus alas, con esos aires superados que tenía tu amigo alado, que se había llamado al silencio (extrañamente para él) en estos días.


Timbre.
Y te pareció raro que toquen arriba directamente, sería alguna de tus vecinas.

Abriste la puerta y encontraste una rosa blanca.
Sonreíste extrañada, la levantaste y cerraste la puerta.
La pusiste en agua y buscaste el celular para ver si habpia alguna señal de que pudiera ser de Pedro. (LAS ganas). Ni un miserable mensaje.

Volviste a tu tarea con las cebollas. Y volvió a sonar el timbre.
Otra rosa blanca, esta vez con un papel enrollado.

"Mi principio y mi fin"

Ahora si estabas perdida, porque ni siquiera entendías el mensaje.


"Sos vos?" Le mandaste un mensaje a Pedro. Te llego la notificación que lo había leído, pero nunca una respuesta.

Timbre nuevamente. Otra rosa y otro mensaje.
Te fijaste en el pasillo, pero no había nadie.

"Me muero si te vas"

Irte? A donde?

El timbre fue sonando y pensabas seriamente en desconectarlo.

"Eclipsado y hechizado"
"Como el ave fénix" Resurgir de las cenizas, siempre te lo decía.

Timbre nuevamente y ya estabas entre gustosa y podrida.


"Yo si quiero jugármela por vos" Rezaba el cartel, que tapaba su cara.

Te mordiste el labio y tomaste el cartel entre tus manos, dejándolo al descubierto.

-Estuve pensando, puedo pasar?
-Ya estás acá- le dijiste corriéndote de la puerta
-No me interrumpas por favor
-Con condiciones venís? Bueno, te escucho. (Aunque en realidad ya estabas derretida desde la primer rosa, que fácil sos)

-No concibo una vida sin vos. Y si la concibiera, no la quiero. Me enseñaste a amar, cuando pensé que no era posible. Me elegiste, cuando ni yo mismo lo hacía. No se que viste, lo juro, pero menos mal que lo viste. Cuando apareciste en mi vida, yo no vivía, solo dejaba pasar los días, me planteaba cada noche que el lugar de Juana debió ser el mío y todo iba a ser mejor, pero llegaste vos, con tus aires de porteña insoportable, me odiaste del momento cero. Y yo me enamoré en el momento cero. Tus ojos verdes tan apagados en ese momento, cuando te tiré el café. Esos ojos verdes que amo ver brillar. Diste vuelta mi centro, mi mundo, lo diste vuelta y no me dí cuenta, no me quería dar cuenta, porque no me quería chocar contra la pared, y viniste vos, tan suelta, abriéndome el camino, que me asusté, y te pedí que no me eligieras, te pedí que te fueras, y no lo hiciste, te quedaste, y me tambaleaste más.
-Y ayer -siguió- me preguntaste por qué siempre tenía que ser la víctima yo, y no vos, y no se por qué. Solo se que si uno de los dos tiene que sufrir prefiero ser yo. Me pediste que aclare que me pasaba, y me pasas vos. Sos mi principio y quiero que seas mi fin, te amo Paula.


Y te miró.


Y lo besaste. Besaste sus labios. Y su cuello. Besaste su lunar. Y colocaste besos hasta llegar a su oreja, tu punto débil.
Susurraste un te amo en su oído y volviste a besarlo salvajemente.
El también te besaba. Se habían extrañado. El, buscaba tus labios. Mordía tu labio superior.
Vos, te lanzabas a sus brazos acorralándolo contra la puerta.
El, te tomó en sus brazos.
Y sus respiraciones se agitaron, más y más.
Los gemidos eran el sonido de tu departamento.
Y ya en sus brazos, no sentías nada más que amor.

Nunca dejes de elegirme



Feliz año nuevo... Larguito para arrancar bien y porque me tomo vacaciones y hasta el 10 mínimo no hay nove. Besosssss




lunes, 23 de diciembre de 2013

Capítulo 26

Levantaste la mirada porque si, porque estabas alarmada, porque de alguna manera , aun a pesar de todo, temías su reacción.

Por mucho que lo intentaras evitar, tus ojos ya se habían cristalizado (ni hablar del nudo de tu garganta).
El, te miraba fijo.
Lo veías suspirar.

-Por qué?- te preguntó finalmente, acercándose (al fin) a vos.
-Por qué que? - le preguntaste. Y si, no entendías nada.
-Por qué me haces elegir entre ella o vos?

Y tu cara se transformó.

-Es en serio?
-Si Pau, claro que es en serio. No se por que te metes en esto, que es mi tema
-Tema que te olvidaste de contarme no?
-Y qué hubiera cambiado que te lo cuente?
-No se, pienso que al menos podría sentir que confias en mi
-Te das cuenta que la posición de mierda siempre me queda a mi no?
-A vos? Me estas jodiendo ? Cual es tu posición de mierda? Contame
-Venis aca, te metes, yo te quería proteger, por eso no te lo conté
-Asi me proteges? Dejá ni me contestes. Cuando tengas ganas de hablar, llamame.
-Paula!! No seas melodramática.



-Melodramática, yo. Entendes? Es un descarado.- le decías mientras picabas la cebolla.
-No quiero ser reiterativa, pero te lo dije, ojo con el cuchillo nena
-Que cuchillo? Ah este- te respondiste sola cuando mirabas tu mano.
-Y que vas a hacer?
-Con el cuchillo? Picar y picar cebolla, dame algo más para hacer- le dijiste incrustando el filo del cuchillo en la tabla de madera.
-Mmmm... mejor nos calzamos los guantes y le damos a la bolsa de box queres?- te preguntó Vic.


Y te largaste a llorar. Porque si. Porque sos impredecible. Porque no sabías que hacer, hacia donde ir.
Tu mundo era el. Eso habías sacado en limpio. Tendrías que haberle hecho caso a tu amiga, y no embarcarte tan rápido. O al menos, haberle hecho caso a Pedro y no enamorarte de él. Pero ya era tarde.

Ahora te preguntabas que hacer con el.  Te preguntabas por que prefirió ocultarte las cosas, para protegerte, te había dicho, pero para protegerte de que.

Decidiste que tenias demasiadas preguntas para no tener ninguna respuesta.
Le mandaste un mensaje para mañana almorzar juntos, te dijo que no podía, que estaba ocupado. Pensaste en hacerte la ofendida (aunque de verdad lo estabas), pensaste en hacerle un vacío.

Te llamó.

-Hola?- desesperada Mode On te susurraba el loro.
-Pau, como estas?- y lo sentiste conciliador. O es lo que te estabas haciendo creer.
-Bien
-Mas tranquila?
-No empieces si?
-Podemos hablar después del laburo, tengo un almuerzo impostergable
-Ah bueno si, pense que no me querias ver.
-Pau...
-Esta, esta, no digo nada
-Igual a la tarde nos íbamos a ver o no? Pensé que la lejanía era hoy...te extraño

Y vos te mordías el labio...

-Vemos mañana, tenemos que hablar, nos vemos
-Chau mi amor, te amo
-Besos


***

Si, te toca reconocerlo. Tu reacción no fue la mejor. Más bien fue lo más parecido a la peor, que a una buena.
Te replanteabas por qué no se lo habías dicho antes (eso cuando Nan dejaba de putearte y de decirte cuanto le habías pifiado. Tarde, ahora ya lo sabías)

Juana estaba mejor, la estabilizaron y te comentaron que estaba con mejorías. Al menos una buena.

Verla a Paula ahí (y encima vestida así) te mató, pero que te planteara que no estabas pensando en ella, sino simplemente en Juana, te mató aun más. Te mató porque vos estabas haciendo todo lo que este a tu alcance para que no sufriera.
De alguna manera, sentías que si Pau supiera que Juana se había despertado y que encima estaba bastante confundida con respecto a "ustedes" iba a ser todo peor, pero al final, fue peor el remedio que la enfermedad.
Paula era muy impredecible, pero aunque no lo fuera, la situación la justificaría.
Por instantes pensabas que quizás no fuese todo tan raro como aparentaba, es decir, todo el mundo tiene un ex verdad? La tuya solo venía con unos especiales, recién despierta de un coma luego de unos años, con memoria frágil y varada en el momento del accidente.


-Hola mi amor, viniste
-Jua, estas bien- le decías mientras con tu mano recorrías las facciones de su cara
-Si, por que no lo estaría gordo?
-Estás bien, estás bien- repetías cada vez más bajito
-Donde estoy Pepe? Cuando nos vamos? Hay que terminar de organizar todo
-Organizar que?
-El casamiento gordo, como que!!!! Siempre tan memorioso vos- te dijo mientras te besaba.

Y vos confundido te quedaste ahí, inmóvil, sin responder pero sin reaccionar tampoco.

-Qué pasa? Estas raro- te llamó la atención.
-Estas... estas... como confundida Jua
-Confundida por?
-Pedro, me acompaña por favor te pidió un médico a tus espaldas.

-Si?
-Ella no está confundida, solo tiene una pérdida de memoria parcial.
-Memoria parcial?
-Ella recuerda todo hasta unos días, quizás meses, antes del casamiento
-Nadie le conto del accidente?
-No, suponemos que podría ser contraproducente
-Suponen? Que clase de suposición es esta? Y que se supone que haga?
-Por ahora, si pensas venir, hacer como que no paso nada
-Me esta pidiendo que la engañe?
-Simplemente que le sigas la corriente
-No se si voy a poder
-Entonces quizás sea mejor que no vengas más, ella tiene que recomponer su historia sola
-Pero su historia me involucra que parte no se entiende?
-Pedro, lo hablamos varias veces, esta situación ES un milagro. Media pila, cuantas veces te dije que eran escasas las posibilidades que sobreviva? Cuántas veces me hiciste prometer que al menos la iba a mantener así, en el estado que estaba? Vos me contrataste, a mi y a la clínica, hace un tiempo, ahora el que te dice los pasos a seguir soy yo. Es mi paciente, entendido?


Tu desayuno se mezclaba de recuerdos. Te hacía sentir que vivías ese preciso instante en el que la visitabas por primera vez desde que Nan te había dado la noticia.
Sacudiste tu cabeza e intestaste pensar en hoy, era lo único en lo que podías (y debías) focalizarte.
Tu cabeza se dividía en tres: Juana, Silvia y Paula.


El almuerzo había sido catastrófico, pero de verdad catastrófico.


-Qué te pasa nene? Estas distraído- te dijo Joaquín desde su escritorio
-Qué? No, nada- le contestaste saliendo de tu trance
-Si queres lo dejamos acá pero estas como ido. Tu trabajo para hoy era bastante sencillo lo podrías haber terminado antes.
-Si, perdoname estoy en otra es verdad
-Bueno si queres ya sabes, lo charlamos.
-Voy a ser padre- le soltaste parándote y apoyándote contra su escritorio.
-Qué? Buenisimo! Felicitaciones

-Perdón, se puede?-preguntó Paula sonriendo desde el umbral de la puerta.

Tu cara se transformó, pero no así la de Joaquín, que apresuradamente se acercó a ella. Vos seguías sin reacción.

-Felicitaciones Pau, Pepe me dijo que iba a ser papá.

Y viste como te buscaba con la mirada. Pestaño varias veces.

-Yo no estoy embarazada- contestó finalmente.
-Yo sí- aclaró el panorama Silvia entrando a tu oficina.


Paula te miró y se retiró de ahí.
La seguiste.


***



-Paula, esperaa!- escuchaste detrás tuyo.

Te detuviste al rayo del sol, a una cuadra de la oficina.

-Qué pasa?
-Hablemos por favor, son muchas cosas, lo se, pero no planee ninguna
-Yo si, la verdad que todo esto me encanta- le contestaste irónica.
-Vamos a casa y lo charlamos, estamos acá nomas.
Suspiraste, lease, inhalaste y exhalaste pausadamente.

-No se, creo que un poco de aire libre me vendría mejor
-Es un ratito, te explico todo de 0, lo prometo.
-Bueno, está bien- cediste.



-Y que me decís?
-Que te digo de qué?
-De todo, me crees? Es lo único que me importa
-Ojalá fuese tan simple Pedro, no es creer o no creer. Claro que te creo porque yo si confío en vos
-No digas eso mi amor, sabes que yo confío en vos
-Y por qué me lo ocultaste?
-Tenía miedo de tu reacción con lo de Juana y lo de Silvia la verdad, no se, ni siquiera ahora estoy seguro.
-Tenías miedo? No entiendo, tan forra me crees que pensaste que mi reacción seria otra?
-Tenía miedo que me quieras dejar al enterarte
-Vos te escuchas? No tiene ni sentido lo que decís, por que te dejaría? Que culpa tenes vos que la cuasi finada, perdón, que Juana se haya despertado?
-En serio pensas así?
-Cada instante me descolocás más Pedro
-Y vos por qué fuiste a verla?
-Ya te dije quería ver que pasaba, como estaba, como era, que hacía, por qué vos no me habías dicho nada.
-Y por qué no me preguntaste directamente?
-Por qué no me contaste?
-No empieces otra vez Pau
-No hagas preguntas estúpidas entonces. Y lo de Silvia que onda?
-No se, está embarazada.

Empezaste a caminar por su departamento, llevando tu mano a tu cara, para tratar de sacar algo en limpio. Para ver si se te prendía la lamparita, y decidías que hacer.

-Hablame, decime algo Pau
-Es que no se que querés que te diga
-Qué pensas?
-En que necesito saber cual es mi lugar, no entiendo. Sacando a Silvia, no entiendo que pasa con Juana, y que nos pasa a nosotros con respecto a ella.
-No puedo hacer lo que me pedis Paula!- te dijo levantándose de la silla
-Y qué es lo que te estoy pidiendo a ver? - le dijiste elevando un poco el tono de tu voz
-Me pedis que elija y yo no puedo elegir!
-No te estoy diciendo que elijas!! Aunque hubiese estado bueno que me digas que no había nada que elegir.
-También me vas a decir que puedo o no decir?- te preguntó.

EL tupé.

-Ahora sos vos el ofendido?
-Me parece que no vamos a ningún lado con esta conversación, es obvio que vos queres que cortemos esta relación.
-Me hablas en serio? Es que no entendiste nada de lo que estoy haciendo Pedro?- le dijiste mientras tus ojos se iluminaban de lágrimas (otra vez)
-ME recriminas cosas que no puedo hacer nada
-Te recrimino? Vos te escuchas Pedro?- y te mordías el labio.

-Es que no me ves?- le preguntaste.
-Estoy acá- continuaste- estoy en tu departamento intentando que no te ofendas, después de enterarme que vas a ser papá con otra mina, bancandome a la finada resucitada y aún así no te das cuenta- le lanzaste entre lágrimas- que te estoy suplicando que no me dejes?
-Es tan difícil para vos darte cuenta que estoy frente a vos con el orgullo en el subsuelo suplicándote que no me dejes, suplicándote que a pesar de ellas elijas amarme?

Y al fin pudiste verlo a los ojos. Empañada y humillada, pero lo lograste.



Feliz Navidad. Gracias a las que siguen leyendo y las que se fueron lola viene la mejor parte, voy a intentar subirles más seguidito, pero la luz y el calor no son buena combinación.

martes, 10 de diciembre de 2013

Capítulo 25

-Pau?
-...
-Amor, estás bien?

Palabras que deberían reconfortarte, hoy, ahora, no lo hacían.
Tu cabeza no paraba de maquinar (para variar no?), tu parte racional (si, en algún lado había una parte racional) intentaba recordar toda la conversación, no solo pedazos. Quizás no fuese todo como pensaste, quizás hay otra explicación.
Si, seguro que si, te repetías.

-Mi amor, si no me respondes, entro, me estás preocupando...
-Estoy bien Pedro, anda a acostarte- e intentaste que tu voz no suene quebrada.
-Puedo pasar?

Y el loro se apresuraba a ponerse los guantes de box. La situación no ayudaba a disminuir esa poca simpatía que le tenía.


-No, Pedro. Ya voy yo. Acostate- le pedías (lo más neutral que te salía) mientras te incorporabas del piso, porque esa situación de piso-ovillo-demacrada-bidet-inodoro era bastante patética.


El, te esperaba con la lámpara de la mesita de luz encendida, y tapado con las sábanas.


-Estás bien? Me asuste.


Cínico.


-Un mal momento, ya va a pasar.
-Querés pedirme algo?
-Si, un vaso de agua, me traes?- le pediste para ganar un poco de tiempo.


-Acá- te dijo mientras te entregaba un vaso de los de Coca-Cola, color violeta (¿Qué? Bueno, tu fanatismo por la gaseosa tenía que tener algún premio)

Te ovillaste, del lado contrario de él, obvio, porque todavía no habías decidido si creerle o no.


-Pedro?
-Si, mi vida?
-Vos nunca me mentirías o ocultarías cosas, no?


Ja.


-No, claro que no amor.

Y lo sentiste sincero. ¿Qué? De verdad. No es que quieras inconscientemente creer que todo fue un mal entendido, se notaba en su voz que no mentía.

Y en tu mente, el loro agitaba su piecito contra el piso "Ajá". Loro traidor. No soporta verte feliz.


***


No podías decirle otra cosa. Además técnicamente no le mentías. Técnicamente.


-Pau, te despertas?- le preguntabas mientras llenabas de besos su cuello
-Mmmm- y te pareció que te corría de su cuello. Quizás paranoia tuya.
-Te lavas la cara y los dientes y te espero con el desayuno?- le preguntaste haciéndote el romántico.
-Que me queres decir?- te atacó. Si, te atacó.
-Que... que te espero con el desayuno gorda
-No, vos me quisiste decir que tengo mal aliento
-Qué? No gorda...
-Ahora me estas diciendo gorda?
-Eh?


Hola. No, nunca entenderías a las mujeres.


Decidiste mejor retirarte de a poquito, antes de que te tire con la primer almohada que encontrara.
Estaba demasiado sensible.

Oiga, sensible?

Si sensible + el encierro del baño....no, no imposible.

¿O posible?

Dios. Pongan los fideos que estamos todos.


Te ignoró toda la mañana. Si, toda. Ni hablar de la ida al trabajo.
Y cuando pensaste que volvería con vos, te tiró un "Me voy de Victoria"


Vos, aprovechaste para comentarle que irías a jugar al paddle con Nan.
Pudiste notar, y claramente no era una percepción tuya, como su cara se transformaba, pero no había chances que te descubriera después de 3 meses.


-Podría ir a verlos, no? Qué te parece?- te preguntó finalmente
-Qué? No no. A nan no le gusta jugar con público.
-Pero ni me va a ver, dame la dirección y voy con Vic.
-Nono, Paula, habla con tu amiga, yo tengo que hablar con Nan de...de su novia.
-Desde cuando tiene novia Nan?
-Qué es un interrogatorio? No se, hace un tiempo
-No me dijiste nada
-Y tampoco te tengo que decir todo, no rompas



***


-Tenés razón, no tenes por que decirme todo, solo espero que no me ocultes cosas que nos afecte
-De qué hablas? Por qué tenes ganas de pelear?
-No tengo ganas de pelear, mejor me voy



-Es un estúpido! Te dije que no me caía bien
-Pero podemos ser racionales?
-Racionales Paula? Vos te escuchas? Otra vez? Y sabes a que me refiero
-Es distinto. El es distinto
-Por favor, Poly, lo conocés hace cuanto? 5 meses exagerando?
-No importa, se que no me miente
-Ay Poch- te dijo agachándose frente a vos, que estabas sentada en el sillón azul francia (si, azul francia) de su casa- qué necesitas? Querés que lo sigamos?
-Qué? No. No seas ridícula.
-Contame que escuchaste, a ver.


Vos le contaste todo. Con lujo de detalles. Ella se corría un mechón de la cara. Daba vueltas por el living y te escuchaba.

-La verdad? No se que más necesitas- te dijo mientras se tiraba al lado tuyo suspirando- es como que tenes la pared frente tuyo y vos, conscientemente querés ir a chocartela. Si tanto confias en el, por qué no lo encaras? Y te sacás las dudas?

Vos agachaste tu mirada.

-Dale Pau, hablemos
-Porque tengo miedo de lo que pueda decirme, si? Contenta?
-Claro que no, hasta que no le saque la cabeza de su cuerpo a ese tarado que tenes como novio no voy a estar contenta. Y uffffff esa muerta viene a parecer ahora? Que se piensa? No tenes suficiente con las vivas que viene una que ya casi estaba en el cajón para robarte al abogadito?

Y sonreíste.

-Victoria! No le digas así, no estaba muerta, pero nunca me imagine que se despertara.
-Hay que sacarla del camino YA. Yo preferiría que lo borremos a el del mapa, pero bueno, se ve que con vos no tengo quorum. Estás hasta las manos eh?- se burló de vos.
-Un poco- admitiste.



***


LA noche había sido terrible. Pero terrible.

Ella, apenas recordaba tu historia, como para recordar que te había dejado en el altar como un estúpido.
Los médicos, te habían aconsejado no forzar ningún recuerdo, pero ya llevaban meses así.
Ella pensaba que ustedes seguían juntos.


-Cuando me vas a sacar de acá?
-No puedo Jua
-Pero tenemos que terminar de preparar la boda- te dijo. Y a vos te mató recordar esos días previos.
-Ya va a haber tiempo
-Pero por qué sigo acá?
-Es lo mejor Juani, ya vas a salir y todo va a estar bien.
-Y nos vamos a casar?
-Todo va a estar bien - y le eludiste el tema
-Por qué me esquivas? Ya no me decís te amo, como antes
-Cuando salgas de acá va a ser todo como antes
-Hay otra, verdad?

Y fue lo último que recordás antes de que sus gritos se empiecen a escuchar.
Estaban sentados en un banco blanco de la clínica y los otros pacientes (y familiares) empezaban a mirarlos.
Nunca la habías visto así. Antes de que pudieras pensar algo, te encontrabas esquivando sus puños y patadas.
Sus lágrimas caían rápidamente. Quizás a la misma velocidad en que sus gritos aumentaban, más y más.
Pronto dos enfermeros se acercaron a ella, inyectándole un calmante.
La tomaron de los brazos (uno cada uno) y lo último que viste fue: ella relajándose, venciéndose, y gritándote "te amo"


Y ahora eras vos, el que se vencía, el que cubría con sus manos su cara, mientras subía las piernas al banco.

¿Qué era esto? ¿Por qué a vos? ¿Por qué si ya había seguido adelante? Y nuevamente, Paula, ella era tu principio y tu fin. Tu paz y tu tormenta. 
Te sentías mal ocultándoselo, pero sabías que era por su bien.
En tu cabeza, su imagen casi suplicándote que no la lastimes, que no le mientas, se repetía una y otra vez.

Y no sabías para donde ir, que hacer, que sentir. 
¿Qué rumbos deberías tomar?

Por un lado, Juana, ella no tenía la culpa, pero esto te estaba matando. De alguna manera se lo debías. Los medicos te lo habian dicho, era un milagro que hoy esté así. 
Todavía te sentias culpable por el accidente, sentias que de alguna manera esto lo remediaba, al menos un poco. Dentro tuyo, necesitabas devolverla a la vida, a la rutina...
Pero sin vos, claramente; porque vos ya tenías a Paula. 
Te encantaría poder hablarlo con ella, pero esto era tu "tema" y no el de ella. Esta vez, te tocaba a vos repartir, jugar y barajar de nuevo.

Con su imagen, casi desprotegida, con sus ojos verdes iluminados, en tu mente, repitiéndose, cual martirio... te decías a vos mismo "Si supieras que esto no lo elegí, mi amor"



***

Algo debías hacer, esto no podía quedar así, tu desvelo te estaba matando.


Lograste escabullirte de él, al fin.
Había estado muy pegote. Con culpa, lo había definido Victoria (y claramente tu conciencia, lease loro parlanchín, estaba de acuerdo)


Nunca habías hecho algo semejante. Habías implorado a Zaira su uniforme de enfermera. Tenías que hacerlo. Debías conocerla.


Con el ambo, cofia y barbijo puesto (Dios! Que calor), ingresaste.
Tus "pares" te hablaban en lo que a vos te pareció bastante cercano a un chino mandarín nivel avanzado. Intentabas mirar para abajo, porque si veían tu cara de NoSeDeQueMierdaMeHablasYMeEstoyCagandoDeCalor te iban a descubrir, de una.

-Clara, Juana de la habitación 215 está en el jardín?- escuchaste. Así que Clara, bueno, ya conocías a alguien.
-Si, Facundo, ya esta mejor. - mejor? estuvo peor? y encima, Facundo, que ironía, pensaste.


Saliste al patio de la clínica, y pensaste que la internación debía costar mínimo, no se, 6 juicios ganados.
Sacaste la foto de Juana de tu bolsillo (y rogabas que Pedro no haya notado el pequeño hurto, no por el hurto en sí, sino porque de ser así, significaría que recurre a su fotografía para no extrañarla).

Viste a una mujer muy parecida a ella, y te acercaste.


La tenías a solo unos pasos. Ella te miró fijamente, y pestaño varias veces.

Miró al costado y empezó a gritar.




Loca de mierda. Tenías que salir de ahí antes de que algo pasara.

Pero algo te detuvo.


-Qué mierda haces acá?- te preguntó.

Te diste vuelta.



Ahí estaba él. Atónito y enojado.



-Qué haces acá?- te dijo mientras te arrastraba a un costado y tiraba de tu barbijo (y supusiste que no era para besarte desenfrenadamente)
-Yo...
-Quién mierda te dio permiso Paula para venir acá? Mirá como estas vestida, que haces? La desestabilizaste. Quién te contó? Dios, tengo tantas preguntas para hacerte, pero ahora tengo que ver como esta ella, porque con tu pendejada pudiste hacer cualquier cosa, te das cuenta?- te preguntó mientras te zamarreaba nervioso.


-Me voy a ver como se siente- te dijo finalmente.


Y a vos las lágrimas (tras, que eras de lágrimas fáciles) te brotaban sin parar.


-Y yo?
-Y vos qué?- te dijo sin darse cuenta, suspirando.
-A mi no me preguntas como me siento? No te das cuenta que vine porque te amo?No te das cuenta que vine a ver que tenía ella, para que te rías en mi cara tres meses? - le preguntaste llorando, hipando, desenfrenadamente


Y por primera vez, se dio vuelta. Y te miró. Pero tus ojos verdes, ya no querían, al menos no podían, en ese momento, mirarlo, sentirlo enojado.
No querías que ella vuelva, porque vos ya lo amabas demasiado. Y ahora, dolía. Mucho.



La curiosidad mató al gato.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Capítulo 24

De todo lo que habías aprendido con el durante todos estos tres meses, sin dudas, esto era lo que más te gustaba.
Despertarte antes y recorrer sus facciones con tu mirada (aunque a veces no soportabas la tentación y lo hacías con la yema de tus dedos).
Cada cicatriz que supiste descubrir, a fuerza de tiempo y amor, era tu perdición.
Cada día que habían pasado juntos, te dejaba una anécdota, sobre cada parte de su cuerpo.

-Podrías contarme qué paso, no?
-Si ya sabes que pasó para qué queres que te lo cuente?
-Porque quiero que confíes en mi
-Y vos? Vos confias en mi Paula?
-Qué es esto? Qué me estas preguntando?
-Si confias en mí, creo que no es muy difícil
-Y yo creo que estás siendo muy irónico, que te pasa? Te estoy preguntando por qué tenes el labio sangrando
-Nahuel, me pelee con tu amigo, contenta?
-Y por qué te pegó? Lo voy a llamar- le dijiste mientras buscabas con la mirada tu celular
-Lo vas a llamar para preguntarle como está el? o querés saber por qué me pego?
-Sos tarado? Qué te pasa? Otra vez con los celos?
-No son celos, no seas ridícula
-Ridícula? Bueno esta ridícula te va a mostrar donde está la puerta, que casualmente está sin llave.
-No seas exagerada, no voy a ir a mi departamento
-Y donde pensas dormir?
-Con vos, sos mi novia no?
-Hasta que te avivaste, me vas a decir por qué estás así y por qué te peleaste con Nahuel?
-Porque el tarado de tu amigo dice que me vio hablando con Silvia y discutimos y bueno..
-Solo discutieron? Vos no le dijiste nada?
-Bueno quizás, probablemente, le haya dicho algo que sabía que le iba a doler- te dijo rascándose la nuca
-Quizás probablemente? Como es eso? Que le dijiste Pedro? Por qué te rascas la nuca? Eso haces cuando estas nervioso
-No quiero hablar de esto
-Pedro...
-Bueno, si, le dije lo de la hermana, pense que sabía!!!! Pero el empezó, te juro mi amorr!
-A veces no encuentro diferencias entre vos y Lautaro- le dijiste yéndote para la cocina
-Entonces no estas enojada?- te preguntó desde el umbral de la puerta.

Te mordiste el labio inferior.

-No, no estoy enojada con vos. Vamos al baño que te voy a curar ese labio
-Con besos?
-Después...


Sus labios, claramente, entraban en la zona de tu perdición. Amabas recorrerlos con tus labios, con tus dedos, o simplemente sentirlos sobre tu piel.

Lo viste abrir un ojo.

-Si te pido el desayuno es mucho ?
-Mmmmm no se si lo haría en este momento - le dijiste mientras acomodabas tus piernas, una a cada lado de su cuerpo.
-Creo que alguien está muy cariñosa para irse a trabajar en una hora
-Y quién te dijo que iba a ir a trabajar?
-No se, se me ocurrió porque hoy es...¿miércoles?
-Se te ocurre cada cosa mi amor...salvo que no tenés en cuenta que me pedí el día.
-Qué? No, no vale. No es justo.

Y ya se estaba encabronando. Tuviste que aumentar un poco la fuerza de tu cuerpo para que no se levantara y te volara por los aires.


-Shhhh no te muevas más- le pediste en su oído.
-Pero no es justo- te reprochó
-También te pedí el día a vos- y te encargaste del lóbulo de su oreja izquierda.
-Ah bueno entonces creo que si me gusta.....


***

Acomodabas un poco las cosas. Tu mente al menos ya no era el torbellino que era antes, y en parte se lo debías a ella.

Solo un lapso de un poco más de tres meses, te habían bastado para conocerla, para saber que quizás si, quizás era ella.

3 meses que aprendiste a recorrerla, a conocerla, a no invadirla (porque ella también es complicada).
Sorteabas la "simpatía" de tu suegro para con vos, aunque te costó un poco entenderla. Quizás cuando tengas hijos, lo entenderías mejor.
A veces te parecía hasta excesivo su comportamiento, como si vos desearas lastimarla.
Vos, que la amabas como no recordabas haberlo hecho antes.
Vos, que te habías metido en un problema al decirle a tu mamá que habías encontrado a alguien que amabas más que a ella. Celocitis aguda.
Vos, que nada te gustaba más que verla sonreír.
Vos, que soñabas con ella...despierto y dormido.


Ahora te encontrabas cocinando para esperarla, seguro venía cansada. Te preocupó un poco que haya ido al médico, sin querer que la acompañes. Es más, prefiriendo ir con su amiga Victoria (que según sus palabras todavía estabas " a prueba")


Y ahora que el silencio te acompañaba, aunque sentías la música sonar de fondo. Los recuerdos te invadían y todo aquello que quisiste sacar en estos días ( y semanas) de tu mente ahora volvían para preocuparte.

-No necesito hablar con vos
-Yo creo que si
-No, y punto final
-Y qué pasa si?
-No quieras venir a arruinar todo
-Esto sería arruinarlo para vos?
-Claramente. Qué duda tenes?
-La que deberías tener vos... no es claro?
-No.


-Y ahora qué querés?
-Necesito ser clara
-Y yo necesito que te alejes de mí, me vas a traer problemas. Nos acostamos un par de veces si? Pero por más cruel que suene, nunca sentí ni voy a sentir nada por vos
-Un día te vas a arrepentir de estas palabras
-Es una amenaza?
-Una advertencia
-Mantenete vos y tu advertencia lejos de mi y mi mujer, entendido?
-Cuando menos lo esperes vas a tener noticias mías.


Sentiste unos brazos alrededor de tu cuerpo y te sobresaltaste.

-Ay amor! Te asusté?
Te reíste nervioso y la abrazaste más fuerte contra vos, como si eso la protegiera.

-Te amo, lo sabes no?- le confesaste
-Ay mi vida, estás muy tierno o me querés contar algo?
-Si...me voy a sincerar.

Ella pestaño varias veces. Viste sus ojos verdes tras sus pestañas maquilladas. Unos aros de perla le daban esa luz que tanto te gustaba.
El brillo de sus ojos comenzó a desarmarte.

-Paso algo? Hice algo?- te preguntó

Vos tomabas coraje, quizás todo sea más fácil de a dos... Eso dicen al menos.

-Lo arruiné todo?- te preguntó

Y su inseguridad te mataba.

-No Pau, nada de eso- le dijiste acercándote a ella.

-Solo que..
-Solo que qué?
-Viste Silvia?
-Si, que paso?- te preguntó entrecerrando los ojos.

Ibas a hablar pero el teléfono de ella comenzó a sonar. Un mensaje.

-Perdón amor... Es Lucre, mi compañera de la facu te acordas?
-Si si, paso algo?
-Parece que el novio le oculta cosas... lo está siguiendo
-Que loca !!
-Si, por suerte a mi no me pasa...porque yo confío a ciegas en vos, y se que no me quemo, no mi amor?- te medio preguntó tragando saliva.
-Claro- le dijiste intentando que la saliva te pase por la garganta.
-Me hablabas de Silvia...-retomó ella.
-No, era una boludez...
-Pero decime
-Que...que se toma unos días en el trabajo...eso, si, eso me dijeron. Comemos?
-Tanto lío por eso? Sos raro gordo eh!



***


Hacer el amor con el, bajaba tus decibeles, claramente.
Sentías que era de madrugada. Odiabas interrumpir tu sueño, pero lo que más te gustaba en esos moemtnos era buscar con tu pie el cuerpo de él y volverte a dormir abrazándolo.

Tu pie buscaba y buscaba, pero no llegaba a nada. Eso n te gustaba.
Te diste vuelta, buscándolo.
La cama estaba revuelta, y las sábanas blancas hechas un lío.

El despertador (que había traído él de su casa a tu departamento, porque es super mañoso) marcaba 2.23 am, donde estaría?

La soledad y el silencio comenzaban a angustiarte. Era raro, si hasta recién estabas super feliz.
Sentiste ruidos en la cocina, y pensaste que quizás había ido por un vaso de agua. Y eso te tranquilizó.

Caminaste sigilosa y te detuviste en el umbral de la puerta cuando lo escuchaste hablar bajito por su celular.


-No, ahora no puedo...
-...
-Si, está en la cama
-...
-No, todavía no pude decirle
-...
-No, iba a decirle lo otro y no me animé, imaginate esto...
-...
-Si, la conozco... la va a afectar
-...
-Ella como está?
-...
-Son secuelas del accidente no?
-...
-No se que hacer
-...
-Creo que otras semanas así, diciéndole que voy a jugar al paddle con vos cuando en realidad la voy a visitar a ella no voy a soportar....
-...
-Pero la amo
-...
-Y por ella no se...
-...
-Si Paula se entera me mata. Mejor te corto...acordate mañana jugamos al paddle más temprano


Volvías a tu habitación mucho más desanimada, claro está.
Fuiste al baño, para que no te encuentre.
Te desplomaste entre el bidet y el inodoro.
Agachada, con la cabeza casi tocando tus rodillas.
Sollozando en silencio.
Y sus palabras venían una y otra vez a tu mente.
"Cuando en realidad la voy a ver a ella"

Y te ovillabas cada vez más.

Cada palabra sonaba como un eco, cerrabas los ojos como si eso detuviera que las palabras resonaran dentro tuyo, como si eso evitara lo que escuchaste.
Y las puntadas eran cada vez más fuerte. Un dolor emocional, que se transformaba en un dolor físico.
Ya ni siquiera te daban ganas de secar tus lágrimas, que te atormentaban, más y más.
Confiar a ciegas, que ilusa.

Si tenías que definir que sentías, básicamente dirías que si alguien te arrancara (literalmente hablando) el corazón, no te dolería tanto.
¿Por qué te echaste a amar, a confiar, cuando ni siquiera habías logrado, aún, volver a hacerlo con vos misma?



Y si, a veces al destino no le gusta lo blanco o lo negro.
A veces nos decidimos a hacer las cosas bien demasiado tarde.
A veces, se ama tanto que se disfruta, y también duele.

A veces, escuchar una conversación tras la puerta, nos puede alegrar el día... otras veces no.





Va para vos, te quiero hasta el infinito, me vas a tener que bancar para SIEMPRE.