Preparabas la cena, después de un día agotador. Los cruces con Pedro, te habían dejado de cama.
Últimamente, pensabas demasiado en él. Eso te asustaba. Hacía mucho tiempo que en tu cabeza no rondaba alguien.
Y que sea él, con sus mambos, que no sabes si vos tenías más que el o viceversa. Eso sí que no era un buen combo.
Y ahora te asustas. Porque si, porque es la primera vez que te permitis pensar que es lo que pasa, porque hay algo de él que te llama la atención y todavía no sabes que es, y sin embargo tu cerebro, tu loco y traicionero (aunque no tanto como el bobo y ciego de tu corazón) cerebro, te traía a colación el tema Pedro como si de verdad te importara, como si de verdad pensaras en él de otra manera. Loco y traicionero. Nada más lejos. Pedro no te movía ni un pelo. Ni uno. En serio.
Moviste tu nariz. Un aroma inundaba tus fosas nasales. Una descripción bastante poética para no caer en el básico y simple: flaca se te quema la comida!!!!
Negro. Bueno, quizás con mucho amor ves un gris oscuro en tus milanesas. Claramente, incomibles.
Por suerte tenías la ensalada todavía.
-BBM Nahuel: Poly estás ocupada?
-Vos: No, solo cenando decime
-BBM Nahuel: y qué cenas?
-Vos: Ensalada
-BBM Nahuel: Sola? Que aburrido y raro en vos.
-Vos: Me querías decir algo?
-BBM Nahuel: ah si, cenamos mañana?
-Vos: Bueno dale...
-BBM Nahuel: Ah... y no sabes quién me pidió tu número?
-Vos: Quién?
-BBM Nahuel: Pedro, el abogado, tu inepto jajajja
Ok. Relax. Recordá no te muevLE PIDIO TU NÚMEROOOOO
Inhalo. Exhalo. Inhalo. Exhalo.
Había un momento en que su mirada te trasmitía miedo, pero ahora, a la distancia no podías recordar exactamente como se sentía.
-Vos: Y se lo diste??
-BBM Nahuel: no poly! Claro que no, tranquila vos.
Tranquila. Buscar en el diccionario la palabra tranquila.
E inmediatamente te acordaste de Vicky, que siempre te aconsejaba bajar un poco las revoluciones.
Vos eras de las que se enganchaba el primer día y así te iba.
Para vos era todo o nada. Blanco o negro.
Pero eso tenía que cambiar, o terminarías incrustada contra la pared más cercana.
***
-No te parece que está demás una pollera roja?
-Pero me queda lindo el color
-Eso es lo que a vos te parece- mientras la mesa de roble recibía un puñetazo.
-Bueno es la última vez que la uso
-La última vez no me sirve. Cambiate!-se escuchó
El llanto se sentía en la habitación. Ni la primera, ni la última vez.
-Que no llores, mierda!
-No...no te e-enojes- tartumedeó ella.
El se acerco a ella y tomó su barbilla.
-No quise gritarte mi amor, pero vos no cooperás. Y no me gusta enojarme,a vos tampoco te gusta que yo me enoje no?
-Nono
-Así me gusta mi vida- mientras un beso se depositaba en la frente de ella.
Ella se iba. Y de pronto escuchó.
-Ese labial rojo tiralo
-Pero me lo regaló tu hermana
-Escuchame una cosita - y el agarre de la mano de ella era cada vez más fuerte- me importa una mierda quien te lo regaló si?
El quiso besarla. Ella corrió la cara.
Los 5 dedos de la palma derecha chocaron de lleno con la mejilla izquierda de ella.
Ella se horrorizó. El se disculpó, como hace ya varios años. Un "te amo" y un "yo no quiero, pero me obligas" tapó nuevamente todo.
Te levantaste sobresaltado. Todo traspirado. Tu hermana te miraba desde arriba. Preocupada. Muy Carolina.
-Estás bien? Qué pasó? Delirabas pepe
-La escena de la pollera roja, se desliza en mi mente una y otra vez, no puedo evitarlo-le confesaste sollozando
-Ya pasó Pedro, dejá de castigarte. Ya lo hablamos muchas veces.
-Te juro que intento pero tengo esas escenas grabadas en mi mente y se proyectan cuando menos lo espero
-Tenés que perdonarte, ella ya te perdonó. Por algo te viniste a Capital no? Te acordas? Había que dejar todos esos recuerdos en Córdoba.
-Hoy me dijeron algo, que el miedo era algo más mío que de los demás, vos que pensas?
-Quién te dijo eso?
-Una compañera, pero no importa vos qué pensas?
-Que sin duda quiero conocer a esa compañera...Si querés seguir adelante perdonate a vos mismo. Dejá ir al pasado, en todos y cada uno de los sentidos, te lo digo.
***
-Y Ester es divina, una santa. Pero no se como va a seguir, me estas escuchando Victoria?
-Si, pero no entiendo nada de eso y lo sabés.
-A vos te pasa algo.
-Vino Facundo a verme.
Y así te lo tiró. Una divina.
-Que quería?- le preguntaste
-Dice que está arrepentido. Que se equivocó, pero que no funcionó con Natalia.
-Que lindo. Me lo dice ahora, desde que lo encontré en la cama con ella supe que no iba a funcionar. Miserables.
-No se que decirte amiga, vos sabés que estoy de tu lado.
-Pero vos no me entendés, porque tu vida es perfecta, porque a vos no te juraron amor eterno, no te juraron esperarte a que estuvieras preparada. A vos no se te ocurrió darle una sorpresa a tu novio, prometido, mejor dicho y llevarte la sorpresa vos. Pero seamos sinceras Vic, a vos nunca te tocó sufrir por amor.
-Pero tu vida tampoco fue un espanto, Pau, no exageres.
-Decime cuál fue mi armoniosa vida? Juan que resultó gay? Lucas que me hizo cornuda con cuanto bichito de dos patas se le cruzara? Martín, que cuando terminé de engancharme volvió con su ex? Facundo, mi gran amor, que me propone casamiento, y lo encuentro en la cama con mi mejor amiga? Cuál es tu concepto de exageración? Contame, que me interesa
-No te enojes conmigo, a mi me pareció...
-A vos no te pareció nada, porque mientras yo circulaba de fracaso en fracaso, vos estabas demasiado ocupada en tu vida perfecta con tu novio perfecto y tus perfectos hijos como para fijarte en mí.
-Qué? En serio pensas eso de mí Pau?
Cerraste los ojos. Porque la catarsis no era lo tuyo. Y porque sabías que la estabas lastimando, y sin embargo, no te importó. Por primera vez, focalizaste en vos, sin importarte a quien te llevaras puesta en el camino.
Las lágrimas recorrían tus mejillas.
-No quiero pelear con vos Vic, pero hoy siento que di demasiado a todos, y nadie se detuvo a mirarme a mi, la gente solo me veía, que no es lo mismo.
-Hoy estoy cansada de todo, de todos, no es contra vos, simplemente exploté- continuaste
Tomaste tu bolsa y la dejaste ahí, mirándote expectante y ...triste. Te mataba. Pero tu tristeza era aún peor.
Hubieras preferido que sea solo un vacío de amor. Solo una egoísta postura de que te faltaba tu media naranja. Hubieras preferido que tu problema fuera no tener un novio, querer, ansiar, una familia, tuya, y no tenerla.
Pero te sentías peor que eso.
Sentías que tu vida fue nula hasta el momento, que viviste por para los demás.
Eras totalmente independiente, nunca creíste en relaciones largas. Siempre quisiste la casa, lso hijos y el perro, pero el paso medio, la relación larga, la confianza, siempre fueron tu punto débil.
Y lo de Facundo te hizo pensar. Cuántas veces lo habías pateado, cuántas veces le dijiste que no, que no querías una familia, no querías casarte, que era muy pronto, que tu carrera era tu prioridad.
Y hoy, que podías darle no solo prioridad sino exclusividad, te sentías vacía. Sola.
Y el reloj giraba porque no te esperaba (ni a vos ni a nadie). Y los días pasaban y aunque estuvieras en medio de la Creamfield, aun así, te sentirías sola. Porque era algo interno. Casi tanto como el consejito que le habías dado a Pedro, con aires de superada, con ínfulas de psicologa, con su vida resuelta.
Y así era vos, Paula. Puertas para afuera: vida ideal.
Pero cuando la puerta se cerraba, y vos quedabas sola en tu casa, el tic tac del reloj, te pasaba factura.
Hola, que bueno que leas la novela.
Unas cositas:
1) hasta aquí es lo que sería la introducción de la novela, la parte que sigue se supone que tendrá más acción (?
2) esta semana y parte de la otra me tomo unos días (sabrán entender) y no va a haber.
3) No hay tres. Gracias.
lunes, 23 de septiembre de 2013
sábado, 21 de septiembre de 2013
Capítulo 6
-Que te pasa flaco? Soltameee- le gritaste
Y viste como te miraba con los ojos en blanco. Y su dedo seguía en tu clavícula.
-Salí Pedro!- Le gritó Joaquín.
El retrocedió y vos sentiste arder el lugar que su dedo dejó vacío.
-Estás bien?-te preguntó, mientras el inepto permanecía alejado en la pared lateral del hall central.
-Yo...yo no hice nada, te juro-medio tartamudeaste.
-No, claro que no Chaves, vení a la oficina así vemos esas cosas que me trajiste y te podés volver.
-Si, seguro.-asentiste, mientras mirabas a un Pedro perdido, casi ausente.
-Despejate y volvé pendejo- se dirigió Joaquín a él
***
Te mirabas al espejo. Te lavabas la cara. Inhalabas. Exhalabas. Te rascabas la nuca.
Hasta el día de hoy, 2 años después, Juana, figuraba entre tus principales problemas.
Decidiste volver a tu oficina y antes de entrar escuchaste una conversación.
-Estás bien?-la voz de Clara, sin lugar a dudas.
-Si. Te puedo ser sincera?-preguntó ella.
-Si, claro.
-Me dio miedo. Por primera vez un hombre me dio miedo.
Te tensaste. Porque si. Porque juraste no repetir la historia. Porque ese no es el Pedro que querés mostrar, porque ese no sos vos, en serio no eras vos. Hoy lo entendías, pero te costó años de terapia.
Y como si el cuello no te estuviera quedando lo suficientemente rojo, te comenzaste a rascar la nuca nuevamente.
Volviste a agudizar el oído, ya que vos pensabas, pero ellas seguían charlando.
-Pero es eso nada más.
-Si, supongo, pero me asustaron sus ojos. Tenían una mezcla de dolor, tristeza y bronca que me nubló. En general tengo experiencia con los hombres, pero me descolocó.
-No es mal tipo, solo mujeriego.
-Hace mucho lo conocés?
-Dos años
-Pensé que tendría novia.
-No, es un picaflor, dudo que tenga sentimientos.
Y no, no tenías. Al menos eso mostrabas. Frío y calculador, como te había enseñado tu padre, si es que algo te había enseñado.
-No parece mal tipo-escuchaste su voz.
-No, pero es muy cerrado por momentos, no creo que alguien pueda conocerlo. Cuentan, y que quede entre nosotras...-y te tensaste imaginando lo que podría venir.
-... es un rumor de pasillo viste...Y es como medio novelezco
-Bueno, dale- la apuró Paula, y vos sonreíste. No sabés bien por qué. Solo te gustó que sea tan ansiosa
-Algunos dicen que lo plantaron en el altar, otros que la única persona con la que se abrió un 100% no está mas...Como que no cuenta el cuento, viste?
Tu sangre hervía. No sabías que circulaban esos rumores. Pero intentabas tranquilizarte. No querías asustar a Paula, más de lo que estaba.
-Recién escuché a unos de los cadetes que decía que hoy está así por eso...pero no se si por el altar o la muertita.....
No va más.
-Que sea la última vez que hables de mi, ok?- le dijiste, lo más calamdo que pudiste, desde la puerta.
Pero parece que no fue suficiente. La veías temblar. Cómo si fueras a hacerle algo.
-Perdón Alfonso, no va a volver a pasar-te contestó.
Paula solo miraba el escritorio. Sentías el miedo que te tenía. Porque nada de eso te era distante, raro, nada te sonaba a otra sintonía.
-Paula, podemos hablar?- le pediste, mientras Clara se retiraba.
-Nada que hablar,ya se, tuviste un mal día, todo bien- y te esquivo la mirada nuevamente
-Esperá-le pediste tomándole la muñeca
Y ella miró el agarre
-Perdón, te lastimé?-le preguntaste. Medir tu fuerza siempre fue tu objetivo.
-No
***
El te miraba expectante.
-No me mires así, no pasa nada.-le dijiste
-Si pasa, no quiero que pienses que soy mal tipo o algo de eso
-No lo pienso- le dijiste, sin saber si estabas 100% convencida.
-No soy violento
-No se porque tenemos esta conversación, si yo no te dije nada.
-Pero lo siento, veo el miedo en tus ojos
-Mis ojos no trasmiten nada, porque vos no me trasmitís nada- quisiste sonar fría.
-Quién te mintió así? Tus ojos hablan..
-Para poeta tengo a Neruda, en serio. Y está todo bien, tuviste un mal día ya me lo dijiste
-Dejame mostrarte que soy un buen tipo Paula. Aceptame un café.
-No gracias.
-Por qué?
-No necesito que me muestres nada, eso lo necesitas vos. Vos necesitas saber que no sos violento, vos querés que el mundo te acepte, vos querés que te vean como mujeriego, como vacío de emociones.
-Todo eso en dos días? Sos vidente o psicologa?-te gastó.
-Se de hombres. Se que no te importa si yo te tengo miedo o no. Te importa que vos te tenes miedo, y contra eso nada. Yo no te conozco, no me interesa tampoco. Sos mi "enemigo" en un juicio, tan simple como eso.
-Te juro que no quiero que pienses cualquiera de mí.
-Y eso por qué?
-No se. Pero me encantaría saberlo.
Y te miró a los ojos. Sus ojos color miel te proyectaron dulzura y también miedo, como un niño pequeño.
A veces, el miedo es más interno que externo. A veces el enemigo está en casa. Eso pensaste.
Y viste tanto temor en sus ojos, que tu miedo se equiparó con el de él. Y así, mirándose a los ojos, fija e intensamente, estaban en la misma sintonía... y no se sentía tan mal.
miércoles, 18 de septiembre de 2013
Capítulo 5
-Podemos hablar?-te preguntó
-De qué?-le preguntaste, intentando no mirarlo a los ojos
-Por ahí me fui de mambo
-Por ahí no es mi problema
-Pero te traté mal
-Vos decís? No somos amigos, Pedro, no jodas.
-Por lo menos me decís Pedro -te dijo sonriéndote de costado
-Te agarró una parálisis o siempre sonreís cuando decís pelotudeces?
Viste su tonta (y hermosa, y muy sexy) sonrisa desaparecer. Paula 1- Inepto 0.
Si, ganaste la batalla. Y nada te gustaba más que ganar. Bueno por ahí, estar tirada en la cama con la lluvia golpeando la ventana, mate y torta fritas podía llegar a empatarlo. (igual, era un ideal porque nunca podías quedarte tranquila y quieta)
Decidiste retirarte a la oficina ya que todavía tenías mucho trabajo por hacer.
Nahuel te esperaba con una capuccino sin azúcar, como a vos te gustaba.
-Difícil la cosa?
-Era lo que esperábamos. No, ni siquiera yo se cual es el rumbo que puede tomar esto
-No te preocupes, Poly, lo que sea tiene que ser lo mejor para el menor, si?
-Claro que lo se Nahuel
-Y me querés contar que pasa?
-Qué pasa con que?- le preguntaste frunciendo la mirada
-Con el abogado. Los rumores vuelan Poly
-No paso nada, y los rumores ya sabes lo que pienso, no seas conventillero.
***
Que mina histérica. Seguro en todo Buenos Aires había cerca de 850000 abogadas (bueno, si, exageras), y a vos te habían cruzado con este loca, maniática, histérica y terriblemente sensible abogada.
Si tuvieses una bola de cristal, te encantaría preguntar como iba a terminar todo.
Hoy, era un día especial para vos, y por lo tanto, todo lo que girara en torno a vos iba a ser una amenaza constante.
Tu mamá te había llamado temprano, para ver como estabas.
Tu hermana había organizado un super día divertido y lleno de distracciones, como si vos no supieses que fecha era.
Como si no supieras que habían pasado dos años.
Dos años de felicidad inconclusa, de aquello que no fue pero pudo ser. Dos años de replantearte toda tu vida con un "que hubiera pasado si".
Si al menos hace 5 años atrás no le hubieses preguntado si se quería casar con vos, hoy todo sería distinto. O no. Pero si, estabas seguro que si.
Te diste vuelta para buscar unos papeles y cuando volteaste nuevamente, volcaste toda (si, toda) la taza de cafe sobre unos papeles.
Puteaste a los dioses griegos, latinos, árabes, irlandeses, y a los del océano Pacífico también.
-Claraaaaaaaa! Por qué dejaste el café ahí?-le preguntaste a tu compañera
-Escuchame una cosita- te dijo acercándose a vos lentamente- que nos hayamos acostado un par de veces no te da el derecho de gritarme, entendés? O te hago un dibujito?
-Pero yo no deje el café ahí nenaaaaaaa!-le gritaste mientras golpeabas con el puño cerrado tu escritorio.
-Alfonso! Qué pasa?-te retó tu jefe. Se escucha en todo el edificio-siguió.
-Nada, solo que...
-Pero que es ese chiquero?????
-No, solo que..
-Puede estar más atento Alfonso? Es inepto usted? Por que no seca el café?
Y te colgaste. Como cada vez que te decían inepto. Bueno, no es que te lo dijeran todos los días. La única que te lo dice siempre es la abogada histérica (y hermosa).
O sea, inepto, como si vos no fueras apto para algo, pero por favor.
-Alfonso, me está escuchando? Trate de no hacer papelones que hace poco estamos en este edificio.
Y lo escuchaste murmurar un: "quién me habrá mandado a contratarlo"
Hace un mes se habían instalado en un edificios de 5 pisos, ustedes en el tercero.
Había un buffet por por piso. El único que todavía no habías visitado era el quinto.
-Por Dios lo que está la minita del quinto!!!!!!-entró hablando (con voz elevada) Joaquín, el abogado de causas penales.
-Quién es?- le preguntaste mientras se te hacía agua la boca.
Y para que negarlo. Últimamente tu vida era de cazador, y te iba bastante bien. Hernán tenía la loca (muy muy muy muy loca) teoría que era una especie de miedo a enamorarse. Por favor.
Para vos, simplemente era sinónimo de libertad. Era no tener que decir "que lindo que te quedó mi amor" cada vez que ella iba a la peluquería, era no tener que dejar de ver un partido para ver esas películas que las mujeres vieron 350 veces y terminan llorando, y encima de todo rematan un "ves, por que no sos como él?" : no se, por que no soy actor, quizás? por que no me pagan millones de dólares por unas cuantas escenas? Y lo que siempre quisiste responder "Y por qué vos no sos Megan Fox ( tu actriz favorita)?".
Tu vida era no tener que pelear con un estúpido "Cortá vos, no dale, cortá vos". Le cortabas y te llegaba un mensajito: "me cortaste?" .
-No, ni idea como se llama! Pero si te la ganas sos un genio. Igual, yo creo que le caí bien, eh.
-jajaja, no tenes chances Joaco!
-En el almuerzo me voy a dar una vueltita
-En un rato viene a traerme unos papeles, por ahí tenes suerte.
-Ya me cambiaste el humor, nene
***
Tenías memoria de pajarito y de uno muy chiquito. Muy muy chiquito. Menos para el trabajo.
Y esto que era mitad trabajo, justo, entro en la categoría de "memoria pajarito", te dijo piso 2 o 3? LPM! Bueno quizás si preguntabas por él...Juan...o Joaquin? Ay era con J estabas segura.
Después de haber pasado un papelón en el piso dos preguntando por "un abogado que su nombre empieza con j", llegaste al piso 3.
Te atendió una chica "Clara" decía el cartelito. Muy amable por cierto, pero la ropa te la debo. Si era de la salada decías mucho.
Ropa. Recordar: se acerca el cumpleaños de tu ahijado. Buscar regalo.
Y pensar en tu ahijado te llevó a recordar la conversación que horas antes habías tenido con tu hermana.
Flor, la que nunca quiso una atadura, un nada, hoy te convertía en tía por segunda vez.
Por primera vez en tu vida, no supiste si tenías más ganas de llorar o de reír. La envidia, de alguna manera, te carcomía las neuronas, mientras tu hermana estaba frente tuyo, café mediante, esperando tu reacción.
"mi mundo lo contiene todo" "mi mundo lo contiene todo", te repetías, inhalabas y exhalabas. Listo. Estabas preparada para esbozar una sonrisa y felicitar a tu hermana, con la buenísima noticia de que iba a ser madre y vos no podías ni siquiera encontrar un estúpido hombre que no te coloque unos cuernos más grandes que los del reno. LPM. Inhalar. Exhalar. Se te estaba yendo la cordura nuevamente. Vamos Paula, felicitala a Flor, vos podes, te repetías. Pffffff como si a vos te importara llegar a tu casa y que no haya nadie, si te importara esperar a que tus amigas planifiquen sus vacaciones para ver si les quedaba algún huequito como para organizar algo juntas y no tener que quedarte asandote en tu departamento todo el verano.
Pero de a poco lo ibas entendiendo, hoy, por más que estuvieras rodeada por 3345 personas, te sentirías sola.
Y aprovechaste para desahogarte, total ella iba a pensar que llorabas de felicidad.
-Querida, me acompañas?-te interrumpió Clara.
-Ay sisi, perdón, colgué.- y te reíste, fuerte. Porque vos te reís fuerte.
-Joaco, te traen unos papeles- escuchaste decir.
Te acercaste lentamente y alguien te sorpendió a tus espaldas...
-Chaves que sorpresa- te susurraron al oído.
-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-gritaste
-Para loca! Qué pasó?
-Sos tonto nene? Me asustaste! Qué hacés acá?
-Trabajo acá.
Y frunciste el ceño. Porque si. Porque no estabas segura si tenerlo cerca era una buena opción.
-Podemos hablar?-finalmente te preguntó.
Le hiciste una seña a Joaquin que ya volvías y saliste con Pedro de la oficina, al hall del piso 3.
-Disculpame tengo un día demasiado complicado, de esos que querés borrar del calendario viste?
-Todos tenemos uno de eso, supongo. Pasa que yo no acostumbro a trasladarlo al trabajo
-Disculpame, no todos somos tan perfectos.
-Vos son inepto que es distinto-le dijiste riéndote tratando de remontar el clima.
A él le sonó el teléfono. Se alejó para contestar pero quedó lo suficientemente cerca para que puedas escuchar, mientras él te daba la espalda.
-No, no voy a hacer nada.
-
-No, no necesito que te quedes
-
-En serio, no me jodas.
-
-Trabajando
-
-Que no la nombres te pedí.
-
-No, no estoy de mal humor. Vos me estás poniendo de mal humor que es distinto
-
-Bueno, si, si voy a ir. No te dije porque quiero ir solo.
-
-Basta Nan, Juana no es responsable de nada. Y punto final me escuchaste?
Eso fue lo último que oíste. Una especie de amenaza. Así que lío de polleras. Típico.
-Algún problema?- intentaste averiguar
-Nada.
-Así que lío de polleras? Juanita te trae loquito Alfonso?
Viste como se acercaba a vos lentamente, con los ojos abiertos como platos, furioso, acorralandote contra la pared, y golpeando con su dedo índice tu clavícula te dijo:
-Nunca, en tu vida, vuelvas a mencionarla me entendiste?
-De qué?-le preguntaste, intentando no mirarlo a los ojos
-Por ahí me fui de mambo
-Por ahí no es mi problema
-Pero te traté mal
-Vos decís? No somos amigos, Pedro, no jodas.
-Por lo menos me decís Pedro -te dijo sonriéndote de costado
-Te agarró una parálisis o siempre sonreís cuando decís pelotudeces?
Viste su tonta (y hermosa, y muy sexy) sonrisa desaparecer. Paula 1- Inepto 0.
Si, ganaste la batalla. Y nada te gustaba más que ganar. Bueno por ahí, estar tirada en la cama con la lluvia golpeando la ventana, mate y torta fritas podía llegar a empatarlo. (igual, era un ideal porque nunca podías quedarte tranquila y quieta)
Decidiste retirarte a la oficina ya que todavía tenías mucho trabajo por hacer.
Nahuel te esperaba con una capuccino sin azúcar, como a vos te gustaba.
-Difícil la cosa?
-Era lo que esperábamos. No, ni siquiera yo se cual es el rumbo que puede tomar esto
-No te preocupes, Poly, lo que sea tiene que ser lo mejor para el menor, si?
-Claro que lo se Nahuel
-Y me querés contar que pasa?
-Qué pasa con que?- le preguntaste frunciendo la mirada
-Con el abogado. Los rumores vuelan Poly
-No paso nada, y los rumores ya sabes lo que pienso, no seas conventillero.
***
Que mina histérica. Seguro en todo Buenos Aires había cerca de 850000 abogadas (bueno, si, exageras), y a vos te habían cruzado con este loca, maniática, histérica y terriblemente sensible abogada.
Si tuvieses una bola de cristal, te encantaría preguntar como iba a terminar todo.
Hoy, era un día especial para vos, y por lo tanto, todo lo que girara en torno a vos iba a ser una amenaza constante.
Tu mamá te había llamado temprano, para ver como estabas.
Tu hermana había organizado un super día divertido y lleno de distracciones, como si vos no supieses que fecha era.
Como si no supieras que habían pasado dos años.
Dos años de felicidad inconclusa, de aquello que no fue pero pudo ser. Dos años de replantearte toda tu vida con un "que hubiera pasado si".
Si al menos hace 5 años atrás no le hubieses preguntado si se quería casar con vos, hoy todo sería distinto. O no. Pero si, estabas seguro que si.
Te diste vuelta para buscar unos papeles y cuando volteaste nuevamente, volcaste toda (si, toda) la taza de cafe sobre unos papeles.
Puteaste a los dioses griegos, latinos, árabes, irlandeses, y a los del océano Pacífico también.
-Claraaaaaaaa! Por qué dejaste el café ahí?-le preguntaste a tu compañera
-Escuchame una cosita- te dijo acercándose a vos lentamente- que nos hayamos acostado un par de veces no te da el derecho de gritarme, entendés? O te hago un dibujito?
-Pero yo no deje el café ahí nenaaaaaaa!-le gritaste mientras golpeabas con el puño cerrado tu escritorio.
-Alfonso! Qué pasa?-te retó tu jefe. Se escucha en todo el edificio-siguió.
-Nada, solo que...
-Pero que es ese chiquero?????
-No, solo que..
-Puede estar más atento Alfonso? Es inepto usted? Por que no seca el café?
Y te colgaste. Como cada vez que te decían inepto. Bueno, no es que te lo dijeran todos los días. La única que te lo dice siempre es la abogada histérica (y hermosa).
O sea, inepto, como si vos no fueras apto para algo, pero por favor.
-Alfonso, me está escuchando? Trate de no hacer papelones que hace poco estamos en este edificio.
Y lo escuchaste murmurar un: "quién me habrá mandado a contratarlo"
Hace un mes se habían instalado en un edificios de 5 pisos, ustedes en el tercero.
Había un buffet por por piso. El único que todavía no habías visitado era el quinto.
-Por Dios lo que está la minita del quinto!!!!!!-entró hablando (con voz elevada) Joaquín, el abogado de causas penales.
-Quién es?- le preguntaste mientras se te hacía agua la boca.
Y para que negarlo. Últimamente tu vida era de cazador, y te iba bastante bien. Hernán tenía la loca (muy muy muy muy loca) teoría que era una especie de miedo a enamorarse. Por favor.
Para vos, simplemente era sinónimo de libertad. Era no tener que decir "que lindo que te quedó mi amor" cada vez que ella iba a la peluquería, era no tener que dejar de ver un partido para ver esas películas que las mujeres vieron 350 veces y terminan llorando, y encima de todo rematan un "ves, por que no sos como él?" : no se, por que no soy actor, quizás? por que no me pagan millones de dólares por unas cuantas escenas? Y lo que siempre quisiste responder "Y por qué vos no sos Megan Fox ( tu actriz favorita)?".
Tu vida era no tener que pelear con un estúpido "Cortá vos, no dale, cortá vos". Le cortabas y te llegaba un mensajito: "me cortaste?" .
-No, ni idea como se llama! Pero si te la ganas sos un genio. Igual, yo creo que le caí bien, eh.
-jajaja, no tenes chances Joaco!
-En el almuerzo me voy a dar una vueltita
-En un rato viene a traerme unos papeles, por ahí tenes suerte.
-Ya me cambiaste el humor, nene
***
Tenías memoria de pajarito y de uno muy chiquito. Muy muy chiquito. Menos para el trabajo.
Y esto que era mitad trabajo, justo, entro en la categoría de "memoria pajarito", te dijo piso 2 o 3? LPM! Bueno quizás si preguntabas por él...Juan...o Joaquin? Ay era con J estabas segura.
Después de haber pasado un papelón en el piso dos preguntando por "un abogado que su nombre empieza con j", llegaste al piso 3.
Te atendió una chica "Clara" decía el cartelito. Muy amable por cierto, pero la ropa te la debo. Si era de la salada decías mucho.
Ropa. Recordar: se acerca el cumpleaños de tu ahijado. Buscar regalo.
Y pensar en tu ahijado te llevó a recordar la conversación que horas antes habías tenido con tu hermana.
Flor, la que nunca quiso una atadura, un nada, hoy te convertía en tía por segunda vez.
Por primera vez en tu vida, no supiste si tenías más ganas de llorar o de reír. La envidia, de alguna manera, te carcomía las neuronas, mientras tu hermana estaba frente tuyo, café mediante, esperando tu reacción.
"mi mundo lo contiene todo" "mi mundo lo contiene todo", te repetías, inhalabas y exhalabas. Listo. Estabas preparada para esbozar una sonrisa y felicitar a tu hermana, con la buenísima noticia de que iba a ser madre y vos no podías ni siquiera encontrar un estúpido hombre que no te coloque unos cuernos más grandes que los del reno. LPM. Inhalar. Exhalar. Se te estaba yendo la cordura nuevamente. Vamos Paula, felicitala a Flor, vos podes, te repetías. Pffffff como si a vos te importara llegar a tu casa y que no haya nadie, si te importara esperar a que tus amigas planifiquen sus vacaciones para ver si les quedaba algún huequito como para organizar algo juntas y no tener que quedarte asandote en tu departamento todo el verano.
Pero de a poco lo ibas entendiendo, hoy, por más que estuvieras rodeada por 3345 personas, te sentirías sola.
Y aprovechaste para desahogarte, total ella iba a pensar que llorabas de felicidad.
-Querida, me acompañas?-te interrumpió Clara.
-Ay sisi, perdón, colgué.- y te reíste, fuerte. Porque vos te reís fuerte.
-Joaco, te traen unos papeles- escuchaste decir.
Te acercaste lentamente y alguien te sorpendió a tus espaldas...
-Chaves que sorpresa- te susurraron al oído.
-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh-gritaste
-Para loca! Qué pasó?
-Sos tonto nene? Me asustaste! Qué hacés acá?
-Trabajo acá.
Y frunciste el ceño. Porque si. Porque no estabas segura si tenerlo cerca era una buena opción.
-Podemos hablar?-finalmente te preguntó.
Le hiciste una seña a Joaquin que ya volvías y saliste con Pedro de la oficina, al hall del piso 3.
-Disculpame tengo un día demasiado complicado, de esos que querés borrar del calendario viste?
-Todos tenemos uno de eso, supongo. Pasa que yo no acostumbro a trasladarlo al trabajo
-Disculpame, no todos somos tan perfectos.
-Vos son inepto que es distinto-le dijiste riéndote tratando de remontar el clima.
A él le sonó el teléfono. Se alejó para contestar pero quedó lo suficientemente cerca para que puedas escuchar, mientras él te daba la espalda.
-No, no voy a hacer nada.
-
-No, no necesito que te quedes
-
-En serio, no me jodas.
-
-Trabajando
-
-Que no la nombres te pedí.
-
-No, no estoy de mal humor. Vos me estás poniendo de mal humor que es distinto
-
-Bueno, si, si voy a ir. No te dije porque quiero ir solo.
-
-Basta Nan, Juana no es responsable de nada. Y punto final me escuchaste?
Eso fue lo último que oíste. Una especie de amenaza. Así que lío de polleras. Típico.
-Algún problema?- intentaste averiguar
-Nada.
-Así que lío de polleras? Juanita te trae loquito Alfonso?
Viste como se acercaba a vos lentamente, con los ojos abiertos como platos, furioso, acorralandote contra la pared, y golpeando con su dedo índice tu clavícula te dijo:
-Nunca, en tu vida, vuelvas a mencionarla me entendiste?
lunes, 16 de septiembre de 2013
Capítulo 4
Hace cuatro días que conocías al inepto, a Pedro. Parecía que a el no le gustaba que lo llames así, pero tampoco eran amigos como para que vos aceptes sus reglas de juego. Y de juegos sabías algo, después de tener que dar vuelta no una página, sino casi un libro, algo habías aprendido.
Alfonso. Alfonso. Alfonso. Pedro. Pedro. Inepto. Pedro. Abogado. Tu enemigo. Bueno, si, quizás sos un poco exagerada. No, muy exagerada no. Un poco.
Alfonso. Alfonso. Alfonso. Pedro. Pedro. Inepto. Pedro. Abogado. Tu enemigo. Bueno, si, quizás sos un poco exagerada. No, muy exagerada no. Un poco.
Ester, 29 años- comenzaste explicando.Criada por su tía soltera, hermana de su padre. A los 16 años, 13 años atrás, queda embarazada y su tía Andrea, la obliga a darla en adopción.
-Cómo la obliga?- te interrumpió el.
-Era menor de edad, ingenua
-Tan ingenua como para quedar embarazada?
-Cálmense- les pidió el intermediador. Chaves, siga exponiendo su parte. Alfonso, no sea impaciente. Y Chaves...la ingenuidad estuvo de más, limítese a hacer una descripción objetiva del caso.
- Una tarde de Otoño, 27 de Marzo daba a luz en la clínica Maternal Privada Del Sol. Una semana después 3 de Abril, según cuenta mi clienta, la tía la convence de recostarse un rato, mientras la bebé dormía.
-Permiso para indagar- escuchaste del otro lado
-Concedido
-No hubo alguna situación sospechosa? Nada que provocara una alerta?- preguntó el inepto, mientras anotaba vaya uno a saber que cosa en una libreta.
Miraste a Ester, porque esa respuesta no tenías. La viste un poco blanca. Un poco? La pared blanca del fondo era más oscura.
-No-dijo casi inaudible. Yo...yo confiaba en ella, estaba sola, mi novio se había marchado ni bien supo la noticia. Rosa era mi única familia, mis padres habían muerto, yo no sabía lo que era un calor de hogar...
-No pregunté historia familiar, solo si no había circunstancias que ameriten otra postura de su parte- la interrumpió Pedro y a vos te partió el alma. Insensible.
-Prosiga-te indicó el intermediador
-Cuando Ester se levanta se encuentra en penumbra y encerrada en la casa.
-Que esté en penumbras no aporta nada-escuchaste murmurar a Pedro
-Me limito a trasmitir lo que dice mi defendida
-Considero inapropiado el término defendida, en este caso mi cliente no es atacante, y el rótulo de su cliente deja entrever una antagonía inexistente entre las partes.
-A qué quiere llegar?
-A la custodia absoluta y definitiva para mi cliente- dijo él, mirándote a los ojos (bueno, al menos eso pensaste)
-Qué?-le preguntaste incrédula
-Esto es una mediación Alfonso, se trata de ...
-Se de que se trata una mediación- interrumpió al mediador.
Decir que tenías los ojos como platos, era poco gráfico para tu situación.
-Y cuál sería la parte de la mediación?- le preguntaste
-Que no pediríamos una orden de restricción
-Una orden de restricción? Mi clienta es la madre de la menor. Sería inconcebible.
-La madre de la menor es mi clienta-disculpe Chaves. Su clienta solo supo embarazarse y llevarla 9 meses.
No la vio crecer. No vio cuando le salió su primer diente, no cuidó su primer fiebre, no...
-Alfonso, deténgase YA!- se oyó el grito del mediador.
Y vos lo miraste desconcertada. Es que en serio no podía ver más allá del expediente? Si. Si. Entendías que el era la otra parte, que era tu contra (y que estaba re contra bueno). Pero un punto medio? Ni siquiera debía saber lo que significa el punto medio.
-La idea es llegar a un acuerdo, no llegar a un juicio, creo que ambos lo saben y están lo suficientemente capacitados para lograrlo. Vamos a hacer un break de media hora y vemos como sigue.
***
Break. Break. Porteño. (Bueno, si, odiabas un poco a los porteños). Nunca decir receso genio.
Ibas bien. Estabas contento y charlando con Mirta, que te decía que eras igualito a su sobrino. Que amor. Ponele.
-Pedro? Podemos hablar?- escuchaste de una Paula enfundada en un traje negro pegado (bastante) a su cuerpo.
-Terminó el break?- le dijiste guiñándole el ojo.
-No pero quizás...
-Entonces no- le respondiste rápidamente mientras te mordías el labio inferior.
-Es que yo pense...
-Ese es tu problema. Mejor no pienses, Chaves. Si me permitís...-y te retiraste.
Seguiste recorriendo el pasillo y decidiste ocupar el tiempo que restaba para hacer unos llamados que necesitabas. Hoy era un día especial para vos.
-Alfonso, ya termino el receso. No nos demore con su ineptitud- te dijo Paula con unos ojos oscuros, distintos de alguna manera a los que te habían cautivado en algún momento (bueno no cautivado, porque nadie te cautiva)
-Gracias, Chaves. Tengo reloj.
-Entonces mírelo de vez en cuando.
-No me tuteas?
-No corresponde. Debería saberlo.
-Otra vez retomamos.- dijo un ¿cansado? mediador.
-Quisiera exponer que la menor ha tenido una vida estupenda, los lazos forjados con la familia adoptante mi defendida son increíbles. Adjunto acá un informe de la asistente social que confirma lo que estoy diciendo. Hace trece años que el hogar del menor es saludable, amoroso y cordial, como fue el objetivo al momento de que mi clienta obtuvo la adopción.
Antes que pregunte la otra parte, el proceso judicial nada tuvo que ver con el proceso de apropiación a que se hace referencia. La situación a considerar es que ellos ampararon a un bebé que fue abandonado...
-Objeción! No fue abandonado
-Desconocemos las situaciones reales Chaves.
-Por eso mismo, no puede plantear una defensa desde la incertidumbre
-Perfecto. Mi punto es, no se puede separar a una criatura de quienes lo criaron, lo vieron crecer, permanecieron noches en vela, curaron las heridas...
-Alfonso, esto no es un consultorio amoroso. Es una me-dia-ción. Nuestro objetivo es lograr lo mejor para el menor, en lo posible sin llegar a una instancia judicial.- intervino el mediador.
-Concuerdo totalmente, todos sabemos lo que hacen los padres, y mi defendida justamente se vio imposibilitada.
-Su postura es simplemente de alguien que no es madre.
Viste sus mejillas colorearse de rojo.
-Mi situación personal no viene al caso. He defendido gente acusada de homicidio y nunca fui homicida. Una postura bastante incorrecta.
-Chaves, Alfonso, acompañenme.
-Esto no es una guerra ni una lucha de egos. Si no pueden controlar sus problemas personales que son bastante evidentes, voy a pedir que sean sustituidos. Proxima reunión: lunes 24 15:30 hs. No me importa como pero resuelvan sus complejos, buscamos una solución para el menor y para las dos familias, entiendo que la madre biológica quiera recuperarla, y que la adoptante tenga miedo de perder el vínculo, pero somos un juzgado de menores. Acá defendemos al menor, con sus egos hagan lo que quieran.
***
Tocó tu punto débil. El muy canalla.
"Alguien que no es madre"
-Estás bien?-te preguntó él.
-No es tu problema.
En un mundo de vencedores y vencidos. Todo es blanco o negro.
¿La sangre tira? Padres son los que crían. Los que están. Los que marcan que seguir. Enseñan un camino, pero no lo recorren por uno. Dan herramientas y dejan volar.
A veces, esas posibilidades son arrebatadas, y se debate lo justo. Lo injusto. ¿Qué es la justicia? ¿Cuál es el punto de medición?
A veces, esas posibilidades no son arrebatadas ni ejercidas, simplemente se ven imposibilitadas. Más allá de las ganas, a veces no llega y cuesta. A veces no llega y duele. Y las grietas se abren y se acentúan. Y mientras más lo pensamos, el reloj biológico (y social) gira más rápido.
Porque la vida, siempre, es a contrareloj.
-Cómo la obliga?- te interrumpió el.
-Era menor de edad, ingenua
-Tan ingenua como para quedar embarazada?
-Cálmense- les pidió el intermediador. Chaves, siga exponiendo su parte. Alfonso, no sea impaciente. Y Chaves...la ingenuidad estuvo de más, limítese a hacer una descripción objetiva del caso.
- Una tarde de Otoño, 27 de Marzo daba a luz en la clínica Maternal Privada Del Sol. Una semana después 3 de Abril, según cuenta mi clienta, la tía la convence de recostarse un rato, mientras la bebé dormía.
-Permiso para indagar- escuchaste del otro lado
-Concedido
-No hubo alguna situación sospechosa? Nada que provocara una alerta?- preguntó el inepto, mientras anotaba vaya uno a saber que cosa en una libreta.
Miraste a Ester, porque esa respuesta no tenías. La viste un poco blanca. Un poco? La pared blanca del fondo era más oscura.
-No-dijo casi inaudible. Yo...yo confiaba en ella, estaba sola, mi novio se había marchado ni bien supo la noticia. Rosa era mi única familia, mis padres habían muerto, yo no sabía lo que era un calor de hogar...
-No pregunté historia familiar, solo si no había circunstancias que ameriten otra postura de su parte- la interrumpió Pedro y a vos te partió el alma. Insensible.
-Prosiga-te indicó el intermediador
-Cuando Ester se levanta se encuentra en penumbra y encerrada en la casa.
-Que esté en penumbras no aporta nada-escuchaste murmurar a Pedro
-Me limito a trasmitir lo que dice mi defendida
-Considero inapropiado el término defendida, en este caso mi cliente no es atacante, y el rótulo de su cliente deja entrever una antagonía inexistente entre las partes.
-A qué quiere llegar?
-A la custodia absoluta y definitiva para mi cliente- dijo él, mirándote a los ojos (bueno, al menos eso pensaste)
-Qué?-le preguntaste incrédula
-Esto es una mediación Alfonso, se trata de ...
-Se de que se trata una mediación- interrumpió al mediador.
Decir que tenías los ojos como platos, era poco gráfico para tu situación.
-Y cuál sería la parte de la mediación?- le preguntaste
-Que no pediríamos una orden de restricción
-Una orden de restricción? Mi clienta es la madre de la menor. Sería inconcebible.
-La madre de la menor es mi clienta-disculpe Chaves. Su clienta solo supo embarazarse y llevarla 9 meses.
No la vio crecer. No vio cuando le salió su primer diente, no cuidó su primer fiebre, no...
-Alfonso, deténgase YA!- se oyó el grito del mediador.
Y vos lo miraste desconcertada. Es que en serio no podía ver más allá del expediente? Si. Si. Entendías que el era la otra parte, que era tu contra (y que estaba re contra bueno). Pero un punto medio? Ni siquiera debía saber lo que significa el punto medio.
-La idea es llegar a un acuerdo, no llegar a un juicio, creo que ambos lo saben y están lo suficientemente capacitados para lograrlo. Vamos a hacer un break de media hora y vemos como sigue.
***
Break. Break. Porteño. (Bueno, si, odiabas un poco a los porteños). Nunca decir receso genio.
Ibas bien. Estabas contento y charlando con Mirta, que te decía que eras igualito a su sobrino. Que amor. Ponele.
-Pedro? Podemos hablar?- escuchaste de una Paula enfundada en un traje negro pegado (bastante) a su cuerpo.
-Terminó el break?- le dijiste guiñándole el ojo.
-No pero quizás...
-Entonces no- le respondiste rápidamente mientras te mordías el labio inferior.
-Es que yo pense...
-Ese es tu problema. Mejor no pienses, Chaves. Si me permitís...-y te retiraste.
Seguiste recorriendo el pasillo y decidiste ocupar el tiempo que restaba para hacer unos llamados que necesitabas. Hoy era un día especial para vos.
-Alfonso, ya termino el receso. No nos demore con su ineptitud- te dijo Paula con unos ojos oscuros, distintos de alguna manera a los que te habían cautivado en algún momento (bueno no cautivado, porque nadie te cautiva)
-Gracias, Chaves. Tengo reloj.
-Entonces mírelo de vez en cuando.
-No me tuteas?
-No corresponde. Debería saberlo.
-Otra vez retomamos.- dijo un ¿cansado? mediador.
-Quisiera exponer que la menor ha tenido una vida estupenda, los lazos forjados con la familia adoptante mi defendida son increíbles. Adjunto acá un informe de la asistente social que confirma lo que estoy diciendo. Hace trece años que el hogar del menor es saludable, amoroso y cordial, como fue el objetivo al momento de que mi clienta obtuvo la adopción.
Antes que pregunte la otra parte, el proceso judicial nada tuvo que ver con el proceso de apropiación a que se hace referencia. La situación a considerar es que ellos ampararon a un bebé que fue abandonado...
-Objeción! No fue abandonado
-Desconocemos las situaciones reales Chaves.
-Por eso mismo, no puede plantear una defensa desde la incertidumbre
-Perfecto. Mi punto es, no se puede separar a una criatura de quienes lo criaron, lo vieron crecer, permanecieron noches en vela, curaron las heridas...
-Alfonso, esto no es un consultorio amoroso. Es una me-dia-ción. Nuestro objetivo es lograr lo mejor para el menor, en lo posible sin llegar a una instancia judicial.- intervino el mediador.
-Concuerdo totalmente, todos sabemos lo que hacen los padres, y mi defendida justamente se vio imposibilitada.
-Su postura es simplemente de alguien que no es madre.
Viste sus mejillas colorearse de rojo.
-Mi situación personal no viene al caso. He defendido gente acusada de homicidio y nunca fui homicida. Una postura bastante incorrecta.
-Chaves, Alfonso, acompañenme.
-Esto no es una guerra ni una lucha de egos. Si no pueden controlar sus problemas personales que son bastante evidentes, voy a pedir que sean sustituidos. Proxima reunión: lunes 24 15:30 hs. No me importa como pero resuelvan sus complejos, buscamos una solución para el menor y para las dos familias, entiendo que la madre biológica quiera recuperarla, y que la adoptante tenga miedo de perder el vínculo, pero somos un juzgado de menores. Acá defendemos al menor, con sus egos hagan lo que quieran.
***
Tocó tu punto débil. El muy canalla.
"Alguien que no es madre"
-Estás bien?-te preguntó él.
-No es tu problema.
En un mundo de vencedores y vencidos. Todo es blanco o negro.
¿La sangre tira? Padres son los que crían. Los que están. Los que marcan que seguir. Enseñan un camino, pero no lo recorren por uno. Dan herramientas y dejan volar.
A veces, esas posibilidades son arrebatadas, y se debate lo justo. Lo injusto. ¿Qué es la justicia? ¿Cuál es el punto de medición?
A veces, esas posibilidades no son arrebatadas ni ejercidas, simplemente se ven imposibilitadas. Más allá de las ganas, a veces no llega y cuesta. A veces no llega y duele. Y las grietas se abren y se acentúan. Y mientras más lo pensamos, el reloj biológico (y social) gira más rápido.
Porque la vida, siempre, es a contrareloj.
viernes, 13 de septiembre de 2013
Capítulo 3
-A vos te parezco un tipo inepto?
-Eh? Pedro fumaste algo en el trabajo?- te preguntó Caro, mientras te servía el almuerzo.
-No, porque una mina...
-Obvio. Ya me tenés un poco cansada Pepe, todo es una mina en tu vida
-No, no dije una minita, es una mina. Es distinto. Esta es una boba.
-Y te dijo inepto?- te preguntó ella, sentándose frente a vos
-No te lo había dicho yo ya?-le preguntaste
-Y eso te molestó?
-No. Pero me pareció cualquiera. Porteña tenía que ser. De que te reís?- le preguntaste al verla sonreír.
-Nada pepito, nada.
En tu vida una mina te desprecio y mucho menos te habían llamado inepto.
Habías acumulado bronca y no sabías muy bien por qué. Decidiste tomar tus cosas e ir al gimnasio.
Llegaste (vos y tu musculosa blanca, aquella sin la cual no ibas al gimnasio) y decidiste hacer un poco de box, nada más relajante.
-Te ayudo lindo?-escuchaste. Y cerraste los ojos
-No, Giselle. No necesito ayuda.
-Si querés te puedo secar la transpiración, o hacerte transpirar un poquito más- te dijo acercandose y con una voz que quiso hacer sonar seductora, por tu espalda.
-Ya está. Te avisé de una que no quería nada más que una noche.
-Me dijiste que me llamabas.
-Que te llamaba si me aburría, y no me aburri.
-Pero seguro no te divertiste tanto. Estás un poco tenso, lindo.
-Tomá, divertite con esto-le dijiste arrojándole la toalla blanca que tenías sobre tu hombro.
Bueno, claramente tu buen humor no iba a aparecer en el gimnasio. Nota mental: no acostarse con cualquiera. Menos si cualquiera va a un lugar que vos frecuentas todos los días
"Trae verduras". Un SMS de tu hermana.
"Mamá pregunta porque no la llamas" Segundo SMS
"Creo que desconfiguré el whatsapp" Tercer SMS
"Bañate y abrigate que hace frío. Y si, ya me di cuenta que estos no son mensajes del whapp y me los va a cobrar"
Tu hermana y la era tecnológica. Todo un tema. Pero TODO un tema. Peor que tu mamá.
Tu mamá, esa si que era el amor de tu vida. Todavía recordas cuando los papás de tu compañerito del jardín se separaron, y vos le preguntaste a tu papá si no se podían divorciar ellos también, así vos te casabas con ella. Si, así era tu relación con tu mamá. Y no, no era un complejo ni de Edipo, ni de Electra, ni ninguno parecido.
Que loco, la única verdura que identificas fácilmente es la única que técnicamente no es una verdura sino un fruto. Tomate. Si, ustedes son 3 más el bebé ( tu hermana siempre repetía tengo que comer por dos), o sea, 4, si 4 kg de tomates, eso llevarías.
Entonces serían: 4 kg de tomate (y la cajera te sonríe, acaso nunca nadie le compro tomate?), 3 plantas de lechuga, 2 pepinos (porque a vos no te gustaban) y 2 kg de zanahorias (esas serían todas para vos).
Pagaste en el medio de una confusión, ya que te pareció que la cajera te guiñaba el ojo.
Tomaste la bolsa y retomaste el camino a casa de tu hermana. Vivías solo pero comías en su casa. El más chico y el más mimado (el más boludo te diría tu hermano).
No pudiste evitar recordar tu última conversación con Juan, tu mejor amigo.
-Y entonces?-te preguntó fernet de por medio
-Entonces qué?
-Cuándo vuelve Pedro?
-Ah ya te pegó mal eh!!!
-No. Solo que estoy acá, pero estoy esperando a mi amigo
-Yo estoy acá, no se de que hablas
-Conmigo no, Alfonso
-Con vos y con todos, estoy acá
-Un día la vas a tener que soltar
-LA solté, salí con varias después de eso, no se de que hablás...
-Lo mismo me dijiste entre Alejandra y Juana...y vos sabés que hasta Jua no te creí.
-No la nombres
-Eso es porque no la dejaste ir!. Pedro, mirame-te dijo- ella ya no está.
-Hielo tenes?
Y lo viste sacudir su cabeza, al mismo tiempo que te alcanzaba la cubetera.
Hasta Juana, Ale era EL capítulo de tu vida. Pero Juana, es tu debilidad. Tu vacío. Ella era tu cable a tierra. Tu alma gemela. Y era obvio que la habías soltado, pero no era tiempo o no te sentías cómodo para arrancar una nueva relación seria, ya no más. ¿Para qué?
***
Querías, querías, querías un perro. Pero no pasabas mucho tiempo en tu departamento. Y dudabas que llevarla a los juicios y audiencias fuese una solución potable.
Un día tu vida se acomodaría y te comprarías un perro. Pero no un chiguagua. Son feos y chiquitos, y hacen mucho ruido. Tampoco un rottweiler, a Lauti le daban miedo.
Pasaste caminando por el gimnasio de a la vuelta de tu casa (que claramente nunca habías pisado) y por el ventanal del frente, viste al inepto con una chica colgada (cual mono) a su espalda. Gatero, pensaste. Y si era obvio, seguro que era su amante, y capaz esta sería la mina con la que engaña a su novia que seguramente está en su casa preparándole una rica merienda o algo. No proyectes, Paula, no proyectes. Otra vez tu cerebro hablando. No todos son como tus ex. Es que nunca ibas a tener un ex potable? Un actual? Alguito? Jummm, maldita vida.
Bueno, siempre ibas a tener tu peor es nada: Nahuel.
***
-A ver, que se supone que voy a hacer con tanto tomate?
-No son tantos, son solo 4
-Si, 4 kilos pedro!!!!!
Ok. Parece que tu hermana estaba de mal humor. Nota mental: huir de mujeres con mal humor.
-Tengo mucho trabajo yo, sabes, me voy para el departamento
-Sin comer?
-Me hago un te no te preocupes-le dijiste dándole un beso y acariciando su panza de 5 meses.
Llegaste a tu departamento y sonaba el teléfono. Una y otra vez. Sin parar.
El identificador de llamadas: lo mejor que te pudo pasar en la vida.
Ariana. Y esta quién es? Ah. La última. Morocha. Como Juana. Nota mental: no dar teléfono fijo a los fatos.
Y volvía a sonar. Pero es que estas mujeres no tienen dignidad? Y sentiste tu risa. Y eso te aflojó. Tanto, que hasta se te cruzó por la cabeza atenderla.
Te acercaste al identificador y viste ahí a tu mamá.
-Por qué hace tres días que no me llamas, Pedro?
-Hola mami, yo bien, gracias, muy amable de tu parte.
-No juegues conmigo, pense que te habían raptado, menos mal que tu hermana si me atiende el teléfono
Y te le reíste a la distancia, con ganas de tenerla en frente y alzarla por los aires como hacías siempre. El nene de mamá. Y casi podías imaginarte a tu papá, tras de ustedes, riéndose de vos.
Después de casi una hora de charla, y que tu mamá se haya asegurado que estas vivo y salvo decidiste buscar una buena peli e ir a dormir. Mañana volverías al juzgado por otra citación. Solo esperabas que esta vez no te colgaran.
***
Milanesas de soja. Sin dudas, tus preferidas. Ya te sentías "pepona, pepona" como te decía tu abuela.
Paula Masoquista, ese podría ser tu nombre.
Te diste un permitido (porque en general el mirar películas románticas, para amar a los actores y odiar un poco más a tu exs era tarea de los sábados por la noche) y le diste play a tu película favorita.
-Sonríe.
- No.
- Sonríe.
- No tengo motivos para sonreír.
- Esta bien, dentro de 7 segundos voy a pedirte que te cases conmigo.
(Ella sonríe.)
Y te acordaste de vos. Al fin y al cabo es tu vida. Y todo te recuerda a vos. Tampoco es que fueras una loca maníaca depresiva no? No. No. Dije que no . No y punto. NO.
"Querés casarte conmigo?" Y desde el día en que te lo preguntaron esa frase te da vuelta. Si no estas preparado, ni lo preguntes.
05:30 am. Sueño. Mucho.
Preparaste tu jugo de naranja, tu café con leche. Tomaste el jugo de naranja (rápido, porque se le iban las vitaminas) y luego el café con tres tostadas con manteca, solo porque la mermelada de frutilla (la única que comías) se había acabado.
Llegaste a la oficina y Nahuel te esperaba con un café.
-Así no andas cruzándote con ineptos, querida.
-Ni me hagas acordar. Qué tengo para hoy?
-mmm, Oscar todavía no llegó. Así que por ahora papeleos-te dijo señalando un par de expedientes.
-Ok, mejor arranco.
En la hora del almuerzo decidiste que lo mejor era ir a un McDonalds.
Cuando retornabas al trabajo, escuchaste una voz bastante familiar.
-Te llamé- dijo a tus espaldas
-Y yo apagué el teléfono- dijiste para continuar caminando.
-Pau, esperá no me podés evadir siempre. Hablemos!
-No, no y no. Hace dos meses que me lo venís pidiendo, que te hace pensar que cambie de opinión?
-Qué esta vez no me tiraste nada por la cabeza?- te dijo haciéndose el chistoso
-Esta vez tengo solo mi cartera, y es demasiado valiosa.
Viste como te rodeaba para quedarte frente a vos.
-Me tenés que entender, nada de lo que pasó fue al propósito
-Pero lo hiciste, y eso para mi es suficiente
-Fue un desliz y nosotros no....
-No, yo siempre te fui clara, y basta, no quiero verte.
Te tomó con fuerza del brazo y quiso acercarte a él.
-Que haces? Salí- le gritaste intentándo separarte (inútilmente)
-Pau yo te amo...
-Basta Facundo, andate.
-Sos sordo rubiecito?- escuchaste que alguien decía a tus espaldas.
-Volá, flaco.
Te tomaron de los hombros y te viste siendo colocada por alguien a sus espaldas. Notese: primero, alguien era el inepto; segundo: alguien tenía una muy linda espalda; tercero: Polo, perfume Polo; cuarto: tiene unos rulitos en el cuello muy lindos. Repitamos puntos 3 y 4. Perfume+ rulitos.
No sabés en que parte de tu elaboración de las principales ventajas del inepto había pasado algo que hacía que vieras la espalda de tu ex, perdiéndose en tu adorada Capital.
-Estas bien?-te preguntó.
-Seguro- le dijiste sonriendo. Y como la bipolaridad esos días era tu mejor amiga te largaste a llorar.
***
Llora. La rubia llora. Ay no. Odiabas que las mujeres lloraran, por que son tan sensibles? Capaz hiciste cualquier boludes y echaste al novio.
Veías sus ojos verdes (hermosos y no es una nota mental) inundarse de a poco.
-Querés.....?
Y te interrumpió, obvio. Te abrazó y mojó con sus lágrimas tu camisa color celeste claro. Y por primera vez no te importó (tu camisa obvio, el temita del llanto aún te preocupaba)
-Ay perdoname, te manche todo, pero se seca, y mi rimmel no se corre, o se corrió?- te preguntó abriéndote (si, a vos) los ojos de par en par.
-No, no se corrió.
-Gracias inepto-te dijo hipando.
-Emm, Paula no? -la viste asentir y seguiste- si no te jode me podes decir Pedro?
Se sentaron en los escalones más cercanos.
Ella mirando al frente, con la mirada perdida (supones) te dijo:
-No lo amo- y se echó a reír.
-Y eso es bueno?- le preguntaste, al mismo tiempo que pensabas como una persona puede cambiar de ánimo tan rápido.
-Eso es- te respondió, con la seriedad de quien termina de exponer un teorema.
-Esto es muy loco, estoy seguro que....
-Hola lindo-se escuchó.
Giselle.
Sentiste a la abogada mitad neurótica, mitad (no, enteramente pero que quede acá) hermosa levantarse e irse.
La soledad no siempre pega igual. No siempre pega. Hoy los caminos los cruzaban. Hoy no eran dos personas: eran dos historias.
Cuando la sociedad pone un límite, un tope, a veces es difícil cruzar esa barrera, sin cumplir nuestros preceptos, nuestras promesas, nuestros ideales.
Con amores que no fueron, que pudieron ser, dejando y siendo dejados. Con hijos que no llegaron, con mil historias que contar.
La soledad? O el bullicio total? Volviendo a apostar el corazón? O vendarlo con vacíos reales?
Hombres Vs. Mujeres. Nada es igual.
-Eh? Pedro fumaste algo en el trabajo?- te preguntó Caro, mientras te servía el almuerzo.
-No, porque una mina...
-Obvio. Ya me tenés un poco cansada Pepe, todo es una mina en tu vida
-No, no dije una minita, es una mina. Es distinto. Esta es una boba.
-Y te dijo inepto?- te preguntó ella, sentándose frente a vos
-No te lo había dicho yo ya?-le preguntaste
-Y eso te molestó?
-No. Pero me pareció cualquiera. Porteña tenía que ser. De que te reís?- le preguntaste al verla sonreír.
-Nada pepito, nada.
En tu vida una mina te desprecio y mucho menos te habían llamado inepto.
Habías acumulado bronca y no sabías muy bien por qué. Decidiste tomar tus cosas e ir al gimnasio.
Llegaste (vos y tu musculosa blanca, aquella sin la cual no ibas al gimnasio) y decidiste hacer un poco de box, nada más relajante.
-Te ayudo lindo?-escuchaste. Y cerraste los ojos
-No, Giselle. No necesito ayuda.
-Si querés te puedo secar la transpiración, o hacerte transpirar un poquito más- te dijo acercandose y con una voz que quiso hacer sonar seductora, por tu espalda.
-Ya está. Te avisé de una que no quería nada más que una noche.
-Me dijiste que me llamabas.
-Que te llamaba si me aburría, y no me aburri.
-Pero seguro no te divertiste tanto. Estás un poco tenso, lindo.
-Tomá, divertite con esto-le dijiste arrojándole la toalla blanca que tenías sobre tu hombro.
Bueno, claramente tu buen humor no iba a aparecer en el gimnasio. Nota mental: no acostarse con cualquiera. Menos si cualquiera va a un lugar que vos frecuentas todos los días
"Trae verduras". Un SMS de tu hermana.
"Mamá pregunta porque no la llamas" Segundo SMS
"Creo que desconfiguré el whatsapp" Tercer SMS
"Bañate y abrigate que hace frío. Y si, ya me di cuenta que estos no son mensajes del whapp y me los va a cobrar"
Tu hermana y la era tecnológica. Todo un tema. Pero TODO un tema. Peor que tu mamá.
Tu mamá, esa si que era el amor de tu vida. Todavía recordas cuando los papás de tu compañerito del jardín se separaron, y vos le preguntaste a tu papá si no se podían divorciar ellos también, así vos te casabas con ella. Si, así era tu relación con tu mamá. Y no, no era un complejo ni de Edipo, ni de Electra, ni ninguno parecido.
Que loco, la única verdura que identificas fácilmente es la única que técnicamente no es una verdura sino un fruto. Tomate. Si, ustedes son 3 más el bebé ( tu hermana siempre repetía tengo que comer por dos), o sea, 4, si 4 kg de tomates, eso llevarías.
Entonces serían: 4 kg de tomate (y la cajera te sonríe, acaso nunca nadie le compro tomate?), 3 plantas de lechuga, 2 pepinos (porque a vos no te gustaban) y 2 kg de zanahorias (esas serían todas para vos).
Pagaste en el medio de una confusión, ya que te pareció que la cajera te guiñaba el ojo.
Tomaste la bolsa y retomaste el camino a casa de tu hermana. Vivías solo pero comías en su casa. El más chico y el más mimado (el más boludo te diría tu hermano).
No pudiste evitar recordar tu última conversación con Juan, tu mejor amigo.
-Y entonces?-te preguntó fernet de por medio
-Entonces qué?
-Cuándo vuelve Pedro?
-Ah ya te pegó mal eh!!!
-No. Solo que estoy acá, pero estoy esperando a mi amigo
-Yo estoy acá, no se de que hablas
-Conmigo no, Alfonso
-Con vos y con todos, estoy acá
-Un día la vas a tener que soltar
-LA solté, salí con varias después de eso, no se de que hablás...
-Lo mismo me dijiste entre Alejandra y Juana...y vos sabés que hasta Jua no te creí.
-No la nombres
-Eso es porque no la dejaste ir!. Pedro, mirame-te dijo- ella ya no está.
-Hielo tenes?
Y lo viste sacudir su cabeza, al mismo tiempo que te alcanzaba la cubetera.
Hasta Juana, Ale era EL capítulo de tu vida. Pero Juana, es tu debilidad. Tu vacío. Ella era tu cable a tierra. Tu alma gemela. Y era obvio que la habías soltado, pero no era tiempo o no te sentías cómodo para arrancar una nueva relación seria, ya no más. ¿Para qué?
***
Querías, querías, querías un perro. Pero no pasabas mucho tiempo en tu departamento. Y dudabas que llevarla a los juicios y audiencias fuese una solución potable.
Un día tu vida se acomodaría y te comprarías un perro. Pero no un chiguagua. Son feos y chiquitos, y hacen mucho ruido. Tampoco un rottweiler, a Lauti le daban miedo.
Pasaste caminando por el gimnasio de a la vuelta de tu casa (que claramente nunca habías pisado) y por el ventanal del frente, viste al inepto con una chica colgada (cual mono) a su espalda. Gatero, pensaste. Y si era obvio, seguro que era su amante, y capaz esta sería la mina con la que engaña a su novia que seguramente está en su casa preparándole una rica merienda o algo. No proyectes, Paula, no proyectes. Otra vez tu cerebro hablando. No todos son como tus ex. Es que nunca ibas a tener un ex potable? Un actual? Alguito? Jummm, maldita vida.
Bueno, siempre ibas a tener tu peor es nada: Nahuel.
***
-A ver, que se supone que voy a hacer con tanto tomate?
-No son tantos, son solo 4
-Si, 4 kilos pedro!!!!!
Ok. Parece que tu hermana estaba de mal humor. Nota mental: huir de mujeres con mal humor.
-Tengo mucho trabajo yo, sabes, me voy para el departamento
-Sin comer?
-Me hago un te no te preocupes-le dijiste dándole un beso y acariciando su panza de 5 meses.
Llegaste a tu departamento y sonaba el teléfono. Una y otra vez. Sin parar.
El identificador de llamadas: lo mejor que te pudo pasar en la vida.
Ariana. Y esta quién es? Ah. La última. Morocha. Como Juana. Nota mental: no dar teléfono fijo a los fatos.
Y volvía a sonar. Pero es que estas mujeres no tienen dignidad? Y sentiste tu risa. Y eso te aflojó. Tanto, que hasta se te cruzó por la cabeza atenderla.
Te acercaste al identificador y viste ahí a tu mamá.
-Por qué hace tres días que no me llamas, Pedro?
-Hola mami, yo bien, gracias, muy amable de tu parte.
-No juegues conmigo, pense que te habían raptado, menos mal que tu hermana si me atiende el teléfono
Y te le reíste a la distancia, con ganas de tenerla en frente y alzarla por los aires como hacías siempre. El nene de mamá. Y casi podías imaginarte a tu papá, tras de ustedes, riéndose de vos.
Después de casi una hora de charla, y que tu mamá se haya asegurado que estas vivo y salvo decidiste buscar una buena peli e ir a dormir. Mañana volverías al juzgado por otra citación. Solo esperabas que esta vez no te colgaran.
***
Milanesas de soja. Sin dudas, tus preferidas. Ya te sentías "pepona, pepona" como te decía tu abuela.
Paula Masoquista, ese podría ser tu nombre.
Te diste un permitido (porque en general el mirar películas románticas, para amar a los actores y odiar un poco más a tu exs era tarea de los sábados por la noche) y le diste play a tu película favorita.
-Sonríe.
- No.
- Sonríe.
- No tengo motivos para sonreír.
- Esta bien, dentro de 7 segundos voy a pedirte que te cases conmigo.
(Ella sonríe.)
Y te acordaste de vos. Al fin y al cabo es tu vida. Y todo te recuerda a vos. Tampoco es que fueras una loca maníaca depresiva no? No. No. Dije que no . No y punto. NO.
"Querés casarte conmigo?" Y desde el día en que te lo preguntaron esa frase te da vuelta. Si no estas preparado, ni lo preguntes.
05:30 am. Sueño. Mucho.
Preparaste tu jugo de naranja, tu café con leche. Tomaste el jugo de naranja (rápido, porque se le iban las vitaminas) y luego el café con tres tostadas con manteca, solo porque la mermelada de frutilla (la única que comías) se había acabado.
Llegaste a la oficina y Nahuel te esperaba con un café.
-Así no andas cruzándote con ineptos, querida.
-Ni me hagas acordar. Qué tengo para hoy?
-mmm, Oscar todavía no llegó. Así que por ahora papeleos-te dijo señalando un par de expedientes.
-Ok, mejor arranco.
En la hora del almuerzo decidiste que lo mejor era ir a un McDonalds.
Cuando retornabas al trabajo, escuchaste una voz bastante familiar.
-Te llamé- dijo a tus espaldas
-Y yo apagué el teléfono- dijiste para continuar caminando.
-Pau, esperá no me podés evadir siempre. Hablemos!
-No, no y no. Hace dos meses que me lo venís pidiendo, que te hace pensar que cambie de opinión?
-Qué esta vez no me tiraste nada por la cabeza?- te dijo haciéndose el chistoso
-Esta vez tengo solo mi cartera, y es demasiado valiosa.
Viste como te rodeaba para quedarte frente a vos.
-Me tenés que entender, nada de lo que pasó fue al propósito
-Pero lo hiciste, y eso para mi es suficiente
-Fue un desliz y nosotros no....
-No, yo siempre te fui clara, y basta, no quiero verte.
Te tomó con fuerza del brazo y quiso acercarte a él.
-Que haces? Salí- le gritaste intentándo separarte (inútilmente)
-Pau yo te amo...
-Basta Facundo, andate.
-Sos sordo rubiecito?- escuchaste que alguien decía a tus espaldas.
-Volá, flaco.
Te tomaron de los hombros y te viste siendo colocada por alguien a sus espaldas. Notese: primero, alguien era el inepto; segundo: alguien tenía una muy linda espalda; tercero: Polo, perfume Polo; cuarto: tiene unos rulitos en el cuello muy lindos. Repitamos puntos 3 y 4. Perfume+ rulitos.
No sabés en que parte de tu elaboración de las principales ventajas del inepto había pasado algo que hacía que vieras la espalda de tu ex, perdiéndose en tu adorada Capital.
-Estas bien?-te preguntó.
-Seguro- le dijiste sonriendo. Y como la bipolaridad esos días era tu mejor amiga te largaste a llorar.
***
Llora. La rubia llora. Ay no. Odiabas que las mujeres lloraran, por que son tan sensibles? Capaz hiciste cualquier boludes y echaste al novio.
Veías sus ojos verdes (hermosos y no es una nota mental) inundarse de a poco.
-Querés.....?
Y te interrumpió, obvio. Te abrazó y mojó con sus lágrimas tu camisa color celeste claro. Y por primera vez no te importó (tu camisa obvio, el temita del llanto aún te preocupaba)
-Ay perdoname, te manche todo, pero se seca, y mi rimmel no se corre, o se corrió?- te preguntó abriéndote (si, a vos) los ojos de par en par.
-No, no se corrió.
-Gracias inepto-te dijo hipando.
-Emm, Paula no? -la viste asentir y seguiste- si no te jode me podes decir Pedro?
Se sentaron en los escalones más cercanos.
Ella mirando al frente, con la mirada perdida (supones) te dijo:
-No lo amo- y se echó a reír.
-Y eso es bueno?- le preguntaste, al mismo tiempo que pensabas como una persona puede cambiar de ánimo tan rápido.
-Eso es- te respondió, con la seriedad de quien termina de exponer un teorema.
-Esto es muy loco, estoy seguro que....
-Hola lindo-se escuchó.
Giselle.
Sentiste a la abogada mitad neurótica, mitad (no, enteramente pero que quede acá) hermosa levantarse e irse.
La soledad no siempre pega igual. No siempre pega. Hoy los caminos los cruzaban. Hoy no eran dos personas: eran dos historias.
Cuando la sociedad pone un límite, un tope, a veces es difícil cruzar esa barrera, sin cumplir nuestros preceptos, nuestras promesas, nuestros ideales.
Con amores que no fueron, que pudieron ser, dejando y siendo dejados. Con hijos que no llegaron, con mil historias que contar.
La soledad? O el bullicio total? Volviendo a apostar el corazón? O vendarlo con vacíos reales?
Hombres Vs. Mujeres. Nada es igual.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Capítulo 2
Te colgaste pensando. Para variar un poco.
-Gorda, Pau, me escuchas?
-Eh, si estaba en otro, me decías Vic?
-Que el viernes no voy a estar para la cena con las chicas, nos vamos con Luca a San Bernardo. Asi que va a quedar para la próxima. Ah y me dijo Clara que el sabad...
-Me dejó- la interrumpiste, mientras partías un grisin. Si, la feria-continuaste ya con voz normal.
-Que el sabado ...qué??- Te preguntó Victoria, que apenas te había oído.
-Una feria Vic -le aclaraste-...de diseño supongo, eso es lo que me ibas a decir?
-No, Pau, cuando decís "me dejó" a qué te referís exactamente?
-A eso, a Facundo... Cambio la yerba porque esta horrible ya...
-Qué te pasa gorda? Me querés contar? Me decís que te dejó así como quién dice me compre un caramelo?- y sentiste que te abrazó.
-Por que me abrazas?- le preguntaste. Personas ariscas y vos.
-Se que estás mal amiga.
-No. Claro que no, ya lo dijo Luis Fonsi nada es para siempre.
-Ah y a vos no te importa?
-Así que San Bernardo? Que bueno que nunca hayan vendido esa casita
-Pau, estamos hablando de vos.
-No, VOS, estás hablando de mí. Fue solo un comentario.
~Fin flashback~
A ver ... en alguna parte tiene que estar, por acá, a ver este cajón, no acá no...-repetías en voz alta. Costumbre que te acompaño toda tu vida, incluso en tu época de estudio, que parecías maestra ciruela repitiendo los artículos del código civil.
Si algo te faltaba era que suene tu celular, en medio de ese quilombo. Por suerte estaba en sonido, costumbre rara en vos.
-Hola...ah Ester si, todo bien.
-...
-No, vos tranquila, yo llevo todo
-...
-Igual quiero que sepas que lo de hoy no es nada decisivo
-...
-No, no lo digo por eso.
-...
-No, la verdad que no se quien es... Alfonso me dijeron. Creo que es cordobés radicado en Capital
-...
-Si y no te preocupes, termino de buscar mi saco y salgo para allá.
-...
-Yo voy antes porque tengo otras cosas que hacer antes, vos anda al horario normal.
-...
-Chau, nos vemos.
Diosssssssssssss- gritaste. Este saco, yo no puedo salir sin el saco, a ver, donde, quizás en el otro placard...Esos eran los momentos en que extrañabas vivir con tu mamá: ella siempre sabía donde encontrar todo...un gps humano.
Eureka! y le sonreíste al retrato que tenías con tus abuelos en la mesita de luz.
***
Después de posponer básicamente unas 10 veces el despertador, tomaste conciencia que tenías una audiencia.
Hace 5 años años vivías en capital, al principio en casa de tu hermana. Hoy ya eras un hombre independizado.
Los casos de familia nunca te interesaron, pero es lo que te habían asignado.
Mirta, mamá adoptiva. 50 años.
La verdad es que mucho no te interesaba, pero habías planeado dejar en jaque mate a la otra parte. Entendías el dolor de la madre biológica. Pero aún así, tus fuerzas estaban en tu defensa.
Entraste apuradísimo con café en mano, y 10 minutos tarde. Que caos la ciudad, quién te habrá mandado a mudarte a la jungla. Cola por todos lados, piquetes, tránsito, gente, palomas (que odiabas profundamente). Y sumale, que ayer habías escuchado de una invasión de ratas. Lo que te faltaba, el último que apague la luz.
En tu apuro te llevaste puesto a alguien y ya sentías el café caliente derramarse por tu mano derecha. Temías levantar la mirada y toparte con tu jefe. Sería el fin.
-Imbécil-te gritaron
Y a vos sin mirar, te pareció la voz más angelical del mundo.
Levantaste tus ojos marrones y te topaste con unos ojos verdes. Los más lindos que habías visto en tu vida, sin dudas.
Se la veía furiosa. Habías manchado su camisa blanca.
Era increíble pero su expresión era de furia, pero sus ojos, tan dulces, tan potentes, tan hermosos, y tan... tristes. Nunca habias visto una mirada tan penetrante y tan triste a la vez.
-Perdoname, yo...yo venía distraído- le dijiste dudando, tartamudeando, y con tu tonada cordobesa a flor de piel.
-Si, ya me di cuenta, idiota.
-Dejame que te ayude, con todos los papeles encima, seguro que no podes
-Que ni puedo que? A ver por que no voy a poder? Por que soy mujer eh? Típico machista. Imbécil, distraído y encima te crees superman.
Ok. A las palomas, las ratas, los autos, y los problemas de la jungla, agregale mujeres lindas e histéricas. Porteña de cepa. Seguro.
-Pero sabes qué? Ojalá no solo te haya manchado, sino también te haya quemado, tarada.
-Caballeros eran los de antes!!!!!!!!!-te gritó.
-Locaaaaaaa-le gritaste un poco más despacio, pero aún así te aseguraste que te escuche.
***
Llegaste temprano y acomodaste todo. Día perfecto.
-Salgo a buscar un café.- le comentaste a tu compañero.
-Si, dale tenés una hora tranquila Pau
-Si llama Ester...
-Si, ya sé-te interrumpió Nahuel, tu compañero, "la tranquilizo, le explico que venga en una hora, y le digo que saliste"
Ibas repasando todos los papeles que necesitarías ese día, tan especial para vos.
Llevabas tu traje, el que te había acompañado siempre, el que no fallaba, nada puede ir mal.
Tu mente relajada tarareaba "Entra en mi vida" de Sin bandera (que odiabas profundamente, pero en la radio ya la habían pasado cuatro veces en lo que iba del día). No entendías: "te comencé por extrañar, pero empecé a necesitarte luego" Necesitarte? Que onda? Y si, típico de hombres. Te necesitan como madre sustituta.
Tus relaciones no habían sido del todo buenas últimamente. No pudiste frenar a tiempo, o no quisiste, las horas de terapia no habían servido aún para arribar a alguna conclusión válida para vos.
Hoy, con 34 años te replanteabas un poco de todo. Culpabas a los libros, las historias y las películas. Quizás buscabas ideales en un mundo de imperfecciones.
Hoy, con 34 años, sentías que todos a tu alrededor iban formando sus propias familias, creando sus espacios, de alguna manera te sentías vacía, la vida giraba alrededor tuyo y solo te dabas cuenta por el reloj.
"El tren pasa una sola vez" te dijeron allá lejos, y vos se ve que no compraste pasaje.
La vida te fue sorprendiendo con destiempos. Con ilusiones rotas.
Cuando alguien proyecto algo serio con vos, vos no estabas preparada. Cuando diste el 100%, la vida se rió de vos. Amaste a destiempo, amaste no correspondidamente. Te lastimaron, sufriste y perdonaste.
Los días pasaban, tu vida pasaba, y seguías así, sola, vos, tus plantas y tu trabajo.
Tu entrono te preguntaba por qué estabas sola, que responder cuando ni vos lo sabías. ¿Por qué una mujer está sola? ¿Será que te cerrabas para que no te lastimen?
Tus asaltos de dudas fueron interrumpidos por un café en tu camisa blanca de seda.
Levantaste tus ojos y la furia se apoderó de vos. El, con un traje de Ralph Lauren sin dudas (eran tus favoritos) ni siquiera te miraba. Tu enojo fue, claramente, en ascenso. Seguramente un engreído, un tarado que se lleva el mundo por delante. Un dandi, o peor, un nene mimada, de altas esferas.
-Imbécil- le gritaste.
Y fue ahí cuando viste sus ojos color miel, clavarse en tu mirada. Como en la película más romántica (de esas que veías cada dos por tres, helado/chocolate y cajita de pañuelos por delante) te heló la piel, no sabés bien por qué (y pensaste que sería una buena pregunta para Laura, tu psicologa, aunque raramente te hablaba durante la terapia. Para hablar sola me pongo un grabador en casa, le repetías). Tus manos sudaban, ante el contacto visual, no es que fuera Brad Pitt el hombre, pero su mirada parca y dulce a la vez te conmovían, te elevaban del plano. Su voz interrumpió el momento.
-Perdoname, yo...yo venía distraído-te dijo, y bueno, que pretendía que le agradezcas que no fue al propósito? Eso te exasperó.
-Si, ya me di cuenta, idiota.
-Dejame que te ayude, con todos los papeles encima, seguro que no podes
-Que no puedo que? A ver por que no voy a poder? Por que soy mujer eh? Típico machista. Imbécil, distraído y encima te crees superman.
-Pero sabes qué? Ojalá no solo te haya manchado, sino también te haya quemado, tarada.
-Caballeros eran los de antes!!!!!!!!!-le gritaste y el tuvo el tupé de rematar con un:
-Locaaaaaaa
Bueno, lo reconocés, quizás se te fue la mano. No sabés bien por que. Miraste tu camisa y agradeciste que no tuvieras el traje puesto.
¿Cómo podía ser si te había parecido una mirada super dulce, que lo hubieses tratado así? Al final, ibas a pensar que Laura tenía razón y no era nadie más que vos misma la que te impedía abrirte a los demás, especialmente a los hombres.
En ese momento recordaste tus palabras a Victoria, tu mejor amiga: "no voy a permitir que lo que pasó con mis ex arruine mi vida". Cerebro traicionero. ¿Eh? ¿Que tenía que ver? Al final, fue un simple choque, el era un boludo que te arruinó la camisa y seguro era un engreído, un picaflor y un arruina vida de mujeres, estabas segura.
Con tu autoestima y tu orgullo, solucionado y reparado, con tus técnicas de autoconvencimiento, que muchas veces te nublaban la realidad, retomaste tu camino a la oficina. Con la camisa manchada, pero la frente en alto.
-Ey Chaves, estaba rico el café?- se burló Nahuel, tu compañero
-Que gracioso nene. Un boludo, engreído, idiota y agggggggg no me hagas acordar. Ester llamó?
-No, parece que la señora está más tranquila que vos, Poly.
-Yo estoy tranquila, pasa que no se, nunca tuve un caso de estos. Encima mi camisa es un desastre. Todo culpa del inepto ese.
-Pero quién era Poly?
-Ni idea, ojalá supiera.
-Si, Oscar, ya me lo dijiste.
-Y yo no...
-Si, ya se, vos no hablas porque quedarse callado sea delito- le repetiste con un tono cansado su frase de cabecera "Yo no hablo porque quedarse callado sea delito, se de lo que hablo")
-Bueno, si lo sabes tenelo presente.
***
Y si, claramente en esta ciudad de mierda la gente está demasiado al pedo, sino no se explica que te hagan venir a una audiencia que no se iba a llevar a cabo, porque estabas seguro que todo esto era obvio antes siquiera que hubiera sonado tu primer despertador (y eso era unas cuantas horas atrás)
Desajustaste tu corbata. Colgaste tu saco negro en tu hombro derecho y estabas por salir cuando viste a la linda, pero increíblemente histérica chica a la que volcaste tu café.
Tu cabeza discutía si deberías ir a disculparte o no. Además no tenías mucho que hacer. Viste como un chico se acercaba a ella y la tomaba por los hombros. Casi sin darte cuenta te comenzaste a rascar la nuca (que fue cualquiera, porque vos solo te rascas la nuca cuando estás nervioso).
Decidiste que una buena opción sería disculparse cuando estaba con el chico (que suponías era su novio) así no le agarraba uno de esos berrinches y/o ataques de histeria femenina en sus peores días.
Aunque si ese era el novio no te la podrías llevara la cama, lo cual no sería un buen punto. Bueno, eso fue lo que pensaste con Jacky...En fin, al menos para que tu conciencia te deje tranquila (y para dejar de rascarte la nuca porque parecía perro sarnoso) te decidiste por acercarte a ella.
-Hola, Pedro es mi nombre- le dijiste con tu sonrisa de costado a ella, y extendiendo tu mano hacia él.
-Que tal, Nahuel y ella Paula- te respondió el acompañante de la histérica.
-Hola - respondió ella secamente
-Quería disculparme por lo del café
-jajajajajjaja, vos sos el inepto?- preguntó Nahuel sosteniéndose la panza mientras se descostillaba de la risa.
-Cómo inepto?-le preguntaste con el ceño fruncido.
La viste sonrojarse.
-Si, disculpame, me extralimité. Tenía un día complicado. Todo bien Pedro.
-Inepto?- le repreguntaste aún digiriéndolo.
-Eso y otras cositas dije, pero no te preocupes
-Así que inepto...
-Ay si nene que denso, ya está todo bien, que tengas un gran día.
Y la viste irse. O sea, ella te decía inepto y encima se iba cual protagonista de novela de la tarde. Increíble.
-Poly no es fácil- te palmeó Nahuel.
Quedaste solo en el hall, y tu celular sonó: "Te espero" "Ya no", respondiste. Mientras, intentabas recordar que línea de subte debías tomar (quién te habrá mandado a mudarte a la jungla)
-Se que estás mal amiga.
-No. Claro que no, ya lo dijo Luis Fonsi nada es para siempre.
-Ah y a vos no te importa?
-Así que San Bernardo? Que bueno que nunca hayan vendido esa casita
-Pau, estamos hablando de vos.
-No, VOS, estás hablando de mí. Fue solo un comentario.
~Fin flashback~
A ver ... en alguna parte tiene que estar, por acá, a ver este cajón, no acá no...-repetías en voz alta. Costumbre que te acompaño toda tu vida, incluso en tu época de estudio, que parecías maestra ciruela repitiendo los artículos del código civil.
Si algo te faltaba era que suene tu celular, en medio de ese quilombo. Por suerte estaba en sonido, costumbre rara en vos.
-Hola...ah Ester si, todo bien.
-...
-No, vos tranquila, yo llevo todo
-...
-Igual quiero que sepas que lo de hoy no es nada decisivo
-...
-No, no lo digo por eso.
-...
-No, la verdad que no se quien es... Alfonso me dijeron. Creo que es cordobés radicado en Capital
-...
-Si y no te preocupes, termino de buscar mi saco y salgo para allá.
-...
-Yo voy antes porque tengo otras cosas que hacer antes, vos anda al horario normal.
-...
-Chau, nos vemos.
Diosssssssssssss- gritaste. Este saco, yo no puedo salir sin el saco, a ver, donde, quizás en el otro placard...Esos eran los momentos en que extrañabas vivir con tu mamá: ella siempre sabía donde encontrar todo...un gps humano.
Eureka! y le sonreíste al retrato que tenías con tus abuelos en la mesita de luz.
***
Después de posponer básicamente unas 10 veces el despertador, tomaste conciencia que tenías una audiencia.
Hace 5 años años vivías en capital, al principio en casa de tu hermana. Hoy ya eras un hombre independizado.
Los casos de familia nunca te interesaron, pero es lo que te habían asignado.
Mirta, mamá adoptiva. 50 años.
La verdad es que mucho no te interesaba, pero habías planeado dejar en jaque mate a la otra parte. Entendías el dolor de la madre biológica. Pero aún así, tus fuerzas estaban en tu defensa.
Entraste apuradísimo con café en mano, y 10 minutos tarde. Que caos la ciudad, quién te habrá mandado a mudarte a la jungla. Cola por todos lados, piquetes, tránsito, gente, palomas (que odiabas profundamente). Y sumale, que ayer habías escuchado de una invasión de ratas. Lo que te faltaba, el último que apague la luz.
En tu apuro te llevaste puesto a alguien y ya sentías el café caliente derramarse por tu mano derecha. Temías levantar la mirada y toparte con tu jefe. Sería el fin.
-Imbécil-te gritaron
Y a vos sin mirar, te pareció la voz más angelical del mundo.
Levantaste tus ojos marrones y te topaste con unos ojos verdes. Los más lindos que habías visto en tu vida, sin dudas.
Se la veía furiosa. Habías manchado su camisa blanca.
Era increíble pero su expresión era de furia, pero sus ojos, tan dulces, tan potentes, tan hermosos, y tan... tristes. Nunca habias visto una mirada tan penetrante y tan triste a la vez.
-Perdoname, yo...yo venía distraído- le dijiste dudando, tartamudeando, y con tu tonada cordobesa a flor de piel.
-Si, ya me di cuenta, idiota.
-Dejame que te ayude, con todos los papeles encima, seguro que no podes
-Que ni puedo que? A ver por que no voy a poder? Por que soy mujer eh? Típico machista. Imbécil, distraído y encima te crees superman.
Ok. A las palomas, las ratas, los autos, y los problemas de la jungla, agregale mujeres lindas e histéricas. Porteña de cepa. Seguro.
-Pero sabes qué? Ojalá no solo te haya manchado, sino también te haya quemado, tarada.
-Caballeros eran los de antes!!!!!!!!!-te gritó.
-Locaaaaaaa-le gritaste un poco más despacio, pero aún así te aseguraste que te escuche.
***
Llegaste temprano y acomodaste todo. Día perfecto.
-Salgo a buscar un café.- le comentaste a tu compañero.
-Si, dale tenés una hora tranquila Pau
-Si llama Ester...
-Si, ya sé-te interrumpió Nahuel, tu compañero, "la tranquilizo, le explico que venga en una hora, y le digo que saliste"
Ibas repasando todos los papeles que necesitarías ese día, tan especial para vos.
Llevabas tu traje, el que te había acompañado siempre, el que no fallaba, nada puede ir mal.
Tu mente relajada tarareaba "Entra en mi vida" de Sin bandera (que odiabas profundamente, pero en la radio ya la habían pasado cuatro veces en lo que iba del día). No entendías: "te comencé por extrañar, pero empecé a necesitarte luego" Necesitarte? Que onda? Y si, típico de hombres. Te necesitan como madre sustituta.
Tus relaciones no habían sido del todo buenas últimamente. No pudiste frenar a tiempo, o no quisiste, las horas de terapia no habían servido aún para arribar a alguna conclusión válida para vos.
Hoy, con 34 años te replanteabas un poco de todo. Culpabas a los libros, las historias y las películas. Quizás buscabas ideales en un mundo de imperfecciones.
Hoy, con 34 años, sentías que todos a tu alrededor iban formando sus propias familias, creando sus espacios, de alguna manera te sentías vacía, la vida giraba alrededor tuyo y solo te dabas cuenta por el reloj.
"El tren pasa una sola vez" te dijeron allá lejos, y vos se ve que no compraste pasaje.
La vida te fue sorprendiendo con destiempos. Con ilusiones rotas.
Cuando alguien proyecto algo serio con vos, vos no estabas preparada. Cuando diste el 100%, la vida se rió de vos. Amaste a destiempo, amaste no correspondidamente. Te lastimaron, sufriste y perdonaste.
Los días pasaban, tu vida pasaba, y seguías así, sola, vos, tus plantas y tu trabajo.
Tu entrono te preguntaba por qué estabas sola, que responder cuando ni vos lo sabías. ¿Por qué una mujer está sola? ¿Será que te cerrabas para que no te lastimen?
Tus asaltos de dudas fueron interrumpidos por un café en tu camisa blanca de seda.
Levantaste tus ojos y la furia se apoderó de vos. El, con un traje de Ralph Lauren sin dudas (eran tus favoritos) ni siquiera te miraba. Tu enojo fue, claramente, en ascenso. Seguramente un engreído, un tarado que se lleva el mundo por delante. Un dandi, o peor, un nene mimada, de altas esferas.
-Imbécil- le gritaste.
Y fue ahí cuando viste sus ojos color miel, clavarse en tu mirada. Como en la película más romántica (de esas que veías cada dos por tres, helado/chocolate y cajita de pañuelos por delante) te heló la piel, no sabés bien por qué (y pensaste que sería una buena pregunta para Laura, tu psicologa, aunque raramente te hablaba durante la terapia. Para hablar sola me pongo un grabador en casa, le repetías). Tus manos sudaban, ante el contacto visual, no es que fuera Brad Pitt el hombre, pero su mirada parca y dulce a la vez te conmovían, te elevaban del plano. Su voz interrumpió el momento.
-Perdoname, yo...yo venía distraído-te dijo, y bueno, que pretendía que le agradezcas que no fue al propósito? Eso te exasperó.
-Si, ya me di cuenta, idiota.
-Dejame que te ayude, con todos los papeles encima, seguro que no podes
-Que no puedo que? A ver por que no voy a poder? Por que soy mujer eh? Típico machista. Imbécil, distraído y encima te crees superman.
-Pero sabes qué? Ojalá no solo te haya manchado, sino también te haya quemado, tarada.
-Caballeros eran los de antes!!!!!!!!!-le gritaste y el tuvo el tupé de rematar con un:
-Locaaaaaaa
Bueno, lo reconocés, quizás se te fue la mano. No sabés bien por que. Miraste tu camisa y agradeciste que no tuvieras el traje puesto.
¿Cómo podía ser si te había parecido una mirada super dulce, que lo hubieses tratado así? Al final, ibas a pensar que Laura tenía razón y no era nadie más que vos misma la que te impedía abrirte a los demás, especialmente a los hombres.
En ese momento recordaste tus palabras a Victoria, tu mejor amiga: "no voy a permitir que lo que pasó con mis ex arruine mi vida". Cerebro traicionero. ¿Eh? ¿Que tenía que ver? Al final, fue un simple choque, el era un boludo que te arruinó la camisa y seguro era un engreído, un picaflor y un arruina vida de mujeres, estabas segura.
Con tu autoestima y tu orgullo, solucionado y reparado, con tus técnicas de autoconvencimiento, que muchas veces te nublaban la realidad, retomaste tu camino a la oficina. Con la camisa manchada, pero la frente en alto.
-Ey Chaves, estaba rico el café?- se burló Nahuel, tu compañero
-Que gracioso nene. Un boludo, engreído, idiota y agggggggg no me hagas acordar. Ester llamó?
-No, parece que la señora está más tranquila que vos, Poly.
-Yo estoy tranquila, pasa que no se, nunca tuve un caso de estos. Encima mi camisa es un desastre. Todo culpa del inepto ese.
-Pero quién era Poly?
-Ni idea, ojalá supiera.
-Paula!!!!!-te llamó tu jefe
-Si?-te presentaste ante él sacudiendo tu falda negra y sacandole las arrugas (como si tu mano fuera una plancha. Tarada)
-Volvé a tu casa que se suspende todo
-Cómo que se suspende?
-Si, se reprogramó la audiencia.
-Ah bueno, pero el caso sigue verdad?
-Si, Paula el caso sigue. Te dije que estabas demasiada metida para mi gusto no?-Si?-te presentaste ante él sacudiendo tu falda negra y sacandole las arrugas (como si tu mano fuera una plancha. Tarada)
-Volvé a tu casa que se suspende todo
-Cómo que se suspende?
-Si, se reprogramó la audiencia.
-Ah bueno, pero el caso sigue verdad?
-Si, Oscar, ya me lo dijiste.
-Y yo no...
-Si, ya se, vos no hablas porque quedarse callado sea delito- le repetiste con un tono cansado su frase de cabecera "Yo no hablo porque quedarse callado sea delito, se de lo que hablo")
-Bueno, si lo sabes tenelo presente.
***
Y si, claramente en esta ciudad de mierda la gente está demasiado al pedo, sino no se explica que te hagan venir a una audiencia que no se iba a llevar a cabo, porque estabas seguro que todo esto era obvio antes siquiera que hubiera sonado tu primer despertador (y eso era unas cuantas horas atrás)
Desajustaste tu corbata. Colgaste tu saco negro en tu hombro derecho y estabas por salir cuando viste a la linda, pero increíblemente histérica chica a la que volcaste tu café.
Tu cabeza discutía si deberías ir a disculparte o no. Además no tenías mucho que hacer. Viste como un chico se acercaba a ella y la tomaba por los hombros. Casi sin darte cuenta te comenzaste a rascar la nuca (que fue cualquiera, porque vos solo te rascas la nuca cuando estás nervioso).
Decidiste que una buena opción sería disculparse cuando estaba con el chico (que suponías era su novio) así no le agarraba uno de esos berrinches y/o ataques de histeria femenina en sus peores días.
Aunque si ese era el novio no te la podrías llevara la cama, lo cual no sería un buen punto. Bueno, eso fue lo que pensaste con Jacky...En fin, al menos para que tu conciencia te deje tranquila (y para dejar de rascarte la nuca porque parecía perro sarnoso) te decidiste por acercarte a ella.
-Hola, Pedro es mi nombre- le dijiste con tu sonrisa de costado a ella, y extendiendo tu mano hacia él.
-Que tal, Nahuel y ella Paula- te respondió el acompañante de la histérica.
-Hola - respondió ella secamente
-Quería disculparme por lo del café
-jajajajajjaja, vos sos el inepto?- preguntó Nahuel sosteniéndose la panza mientras se descostillaba de la risa.
-Cómo inepto?-le preguntaste con el ceño fruncido.
La viste sonrojarse.
-Si, disculpame, me extralimité. Tenía un día complicado. Todo bien Pedro.
-Inepto?- le repreguntaste aún digiriéndolo.
-Eso y otras cositas dije, pero no te preocupes
-Así que inepto...
-Ay si nene que denso, ya está todo bien, que tengas un gran día.
Y la viste irse. O sea, ella te decía inepto y encima se iba cual protagonista de novela de la tarde. Increíble.
-Poly no es fácil- te palmeó Nahuel.
Quedaste solo en el hall, y tu celular sonó: "Te espero" "Ya no", respondiste. Mientras, intentabas recordar que línea de subte debías tomar (quién te habrá mandado a mudarte a la jungla)
lunes, 9 de septiembre de 2013
Capítulo 1
Capítulo 1
Un amor que no fue. Y si hubiera sido? Y si hubieras cedido?
Tu vida, un eterno dejavu. Eternos replanteos.
"Qué edad tenes?" "De novia verdad?" "Ah no?" . Eternas constantes.
Si tenías que definirte das siempre el 100%, amiga auténtica y presente, hija amorosa, una tía ejemplar. Abogada, de ley. Te recibiste a tus 24 años y desde esa edad ejercías.
De afuera, parecés la mujer ideal.
Llenas tu día de compromisos, quizás para llegar cansada, quizás para no notar que nadie te espera, nadie te cocina, nadie limpia tu casa.
Muchas veces te preguntaste, por qué estas sola. Dedicaste demasiado tiempo a quién no lo merecía? El destino te jugó una mala pasada? Tus ganas de formar una familia eran y son infinitas; las posibilidades, cada vez más remotas.
A veces, simplemente sentías que te dieron las coordenadas equivocadas.
A veces, sentías que lo que tenías no servía. Que tu carrera no llenaba tus vacíos.
Un vacío de amor.
-Tenés que salir más- te aconsejaba Vicky, tu mejor amiga mientras te cebaba un mate
-Es que no se si tengo ganas
-Encerrada en cuatro paredes no vas a conocer a nadie
-El tacto? Lo dejaste en tu casa?
-Dale Pau, somos amigas hace mucho. Antes me decías que así estabas bien, que después de bueno... él, no querías saber nada con los hombres y te entendí de alguna manera, porque dentro de todo te veía bien. Hoy te veo y no sos vos, no podés atarte a tu carrera, a tus sobrinos, no podes estar siempre para todos. Lo sabes, no?
-Basta vic, en serio me hace mal...
-Es que simplemente, no quiero verte así...-te dijo tu mejor amiga abrazándote.
Flashback
-Un picnic? - te preguntó incrédulo
-Si, dale amor
-Bueno bajo al almacén a comprar jamón y queso, pan hay no?
-Sii, yo mientras busco la canastita que nos regaló tu mamá el año pasado...
-Pero sacale esos moños berretas que le puso Juanita, sino no salgo.- te dijo él con el ceño fruncido
Y lo amaste más, así, todo enojadito.
El se ubicó bajo el árbol y vos entre sus piernas.
-Como te tratan en el nuevo trabajo? - te preguntó, y ni vos te creíste que estuviera interesado.
-Re bien amor, no sabes, somos 5. 4 mujeres y el jefe.
-guarda con el jefe eh!
-jajajajjajaa, podría ser mi papá, Facu!
-Pero no lo es
Te diste vuelta para quedar enfrentados. Para poder llenarlo de besos. Él, te atrajo, y te pegó más a su cuerpo. Y ahí te quedaste inspirando su perfume, perdida en su aroma.
-Qué pensas?- le susurraste en el oído al verlo tan distraído.
-En vos, en mi, en que te amo, y en que me encantaría formar una familia con vos.
Las palabras mágicas. Te tensaste y saliste de sus brazos.
-Qué? A vos no te gustaría formar una familia conmigo?
-Emm, si, no lo pensé, supongo que si. Pero vos decis ahora?
-Y... acá en el parque no....
-Tonto- y lo golpeaste suavemente en el hombro
Ya se estaban por ir y te paraste a vaciar el mate en el cesto de basura.
Sentiste su respiración en tu espalda.
-En serio quiero que formemos una familia-te dijo dándote vuelta
-Yo no- le dijiste mirándolo a los ojos. No por ahora, teneme paciencia-retomaste tomando la canasta en tus manos.
Viste sus ojos azules perder su brillo, y le diste un beso, como para remontar el clima. Susurraste un te amo, y escuchaste un yo también.
~.~.~.~
Si algo te habían enseñado, y habías aprendido, era ser objetiva, imparcial, casi fría.
Tus cientes siempre habían permanecido en la esfera profesional. Considerabas hasta peligroso involucrarte más de lo necesario.
Sin embargo, algo no estaba funcionando.
No podías ni querías mantenerte aislada. Nadie en el buffet tenía ganas de tomar el caso. Vos, ni bien tomaste el expediente en tus manos, lo quisiste. La querías defender, ayudar, como nunca te había pasado.
Ester. 29 años. A los 16, se vió obligada por su tía, la persona que la criaba, a entregar en adopción a su hijo recién nacido. Trece años después, luego de grandes y costosas investigaciones, dió con su paradero. Hoy, solo quería recuperarlo, las puertas se le cerraban, y así llegó al buffet en el que trabajabas.
Luego de una extensa charla con ella, tus palabras fueron "vamos a lograrlo".
Nunca debiste hacerlo, nunca debiste prometer algo que del vamos sabías que era difícil. Tomaste como personal algo que nunca debió traspasar las puertas de tu oficina.
Mañana, tendrías la primer audiencia.
Bbm Flor: necesito que hablemos, cuando te veo?
Bbm Pau: tengo una audiencia mañana, el jueves recién...todo ok? Lauti?
Bbm Flor: no te asustes hermanita todo bien...Lauti por ahora bien.
Bbm Pau: por ahora? que le pasa a mi ahijado?
Bbm Flor: Nada pau, el jueves hablamos, besos.
Flor, tu hermana. Raro. Tu primera idea fue algo relacionado con el hombre de tus días: Lautaro. Tu sobrino y ahijado. Tu cable a tierra.
Lauti tenía tres años y era lo más cercano al demonio de tazmania que podías imaginar, tu pequeño diablito.
Vicky siempre te decía que a veces parecías demasiado aferrada al nene, más de una vez te había sorprendido con su gran simpatía (notese la ironía): el no es tu hijo, lo sabes pau?
Tu hermana es eso, es tu hermana, no es una proyección tuya, te repetía.
Y si, lo sabías, claro que lo entendías. Y a veces la maldita envidia (desconocías si de la buena o la mala, solo rogabas que fuese la primera) hacía que pienses porque ella si y vos no.
Ustedes eran antítesis. Ella nunca terminó de estudiar. Vos si. Ella era extrovertida y vos tímida. Ella amaba festejar su cumpleaños, vos desde que tenes uso de razón le preguntas a tus padres si no se puede borrar esa fecha del calendario (y no es por el hecho de que los años pasan y tus proyectos van frustrándose poco a poco. No. No es eso. No y punto final). Ella morocha de ojos marrones. Vos rubia de ojos verdes. Flor nunca soñó con el vestido blanco y los hijos, vos si, y paradójicamente y quizás lo que más te "dolía" de alguna manera era justamente eso. Aunque intentabas no pensarlo. Vivir el día a día. Hora a hora. Pero el final del día pesaba...vaya que pesaba.
Había cosas que no te gustaban hacer, ir al supermercado claramente encabezaba la lista. Pero sos demasiado obsesiva con tus cosas como para que alguien vaya por vos.
Tu mente no paraba de maquinar en la audiencia, y en las ganas que tenías de ayudar a Ester. No parabas de pensar en las ironías de la vida: tantas madres abandonando a sus hijos y vos mañana tendrías la difícil lucha de lograr, al menos, acercar a las partes.
Pensabas, en lo difícil de la situación, pero también lo difícil de la otra madre.
Tercera vuelta que dabas, y seguías pensando.
Desviaste tu mirada al carrito y te diste cuenta que no tenías nada más que una planta de lechuga, definitivamente esto te estaba afectando. Y no lo podías permitir.
Ibas caminando hacia atrás y torpe (como siempre) te chocaste con un hombre, cuyo perfume inundó tus fosas nasales. Intentaste, esbozar una sonrisa que se borró instantáneamente cuando un nene de unos 4 años aproximadamente se abrazó a sus piernas, desviando su atención, rompiendo con el contacto visual, que creíste habías conseguido.
Por que un hombre tan lindo estaría soltero? Por qué se fijaría en vos? Por que la vida te daría algo de manera simple? Si en 34 años el destino te engaño cruelmente, si los hombres nunca fueron tu punto fuerte, si el amor solo había llegado a destiempo a tu vida, por que tendría que ser distinto ahora?
Tu trance fue interrumpido por el sonido del celular. Solo con ver quién llamaba te bastaba para llevar tu humor a -5 y apagar el teléfono.
Un amor que no fue. Y si hubiera sido? Y si hubieras cedido?
Tu vida, un eterno dejavu. Eternos replanteos.
"Qué edad tenes?" "De novia verdad?" "Ah no?" . Eternas constantes.
Si tenías que definirte das siempre el 100%, amiga auténtica y presente, hija amorosa, una tía ejemplar. Abogada, de ley. Te recibiste a tus 24 años y desde esa edad ejercías.
De afuera, parecés la mujer ideal.
Llenas tu día de compromisos, quizás para llegar cansada, quizás para no notar que nadie te espera, nadie te cocina, nadie limpia tu casa.
Muchas veces te preguntaste, por qué estas sola. Dedicaste demasiado tiempo a quién no lo merecía? El destino te jugó una mala pasada? Tus ganas de formar una familia eran y son infinitas; las posibilidades, cada vez más remotas.
A veces, simplemente sentías que te dieron las coordenadas equivocadas.
A veces, sentías que lo que tenías no servía. Que tu carrera no llenaba tus vacíos.
Un vacío de amor.
-Tenés que salir más- te aconsejaba Vicky, tu mejor amiga mientras te cebaba un mate
-Es que no se si tengo ganas
-Encerrada en cuatro paredes no vas a conocer a nadie
-El tacto? Lo dejaste en tu casa?
-Dale Pau, somos amigas hace mucho. Antes me decías que así estabas bien, que después de bueno... él, no querías saber nada con los hombres y te entendí de alguna manera, porque dentro de todo te veía bien. Hoy te veo y no sos vos, no podés atarte a tu carrera, a tus sobrinos, no podes estar siempre para todos. Lo sabes, no?
-Basta vic, en serio me hace mal...
-Es que simplemente, no quiero verte así...-te dijo tu mejor amiga abrazándote.
Flashback
-Un picnic? - te preguntó incrédulo
-Si, dale amor
-Bueno bajo al almacén a comprar jamón y queso, pan hay no?
-Sii, yo mientras busco la canastita que nos regaló tu mamá el año pasado...
-Pero sacale esos moños berretas que le puso Juanita, sino no salgo.- te dijo él con el ceño fruncido
Y lo amaste más, así, todo enojadito.
El se ubicó bajo el árbol y vos entre sus piernas.
-Como te tratan en el nuevo trabajo? - te preguntó, y ni vos te creíste que estuviera interesado.
-Re bien amor, no sabes, somos 5. 4 mujeres y el jefe.
-guarda con el jefe eh!
-jajajajjajaa, podría ser mi papá, Facu!
-Pero no lo es
Te diste vuelta para quedar enfrentados. Para poder llenarlo de besos. Él, te atrajo, y te pegó más a su cuerpo. Y ahí te quedaste inspirando su perfume, perdida en su aroma.
-Qué pensas?- le susurraste en el oído al verlo tan distraído.
-En vos, en mi, en que te amo, y en que me encantaría formar una familia con vos.
Las palabras mágicas. Te tensaste y saliste de sus brazos.
-Qué? A vos no te gustaría formar una familia conmigo?
-Emm, si, no lo pensé, supongo que si. Pero vos decis ahora?
-Y... acá en el parque no....
-Tonto- y lo golpeaste suavemente en el hombro
Ya se estaban por ir y te paraste a vaciar el mate en el cesto de basura.
Sentiste su respiración en tu espalda.
-En serio quiero que formemos una familia-te dijo dándote vuelta
-Yo no- le dijiste mirándolo a los ojos. No por ahora, teneme paciencia-retomaste tomando la canasta en tus manos.
Viste sus ojos azules perder su brillo, y le diste un beso, como para remontar el clima. Susurraste un te amo, y escuchaste un yo también.
~.~.~.~
Si algo te habían enseñado, y habías aprendido, era ser objetiva, imparcial, casi fría.
Tus cientes siempre habían permanecido en la esfera profesional. Considerabas hasta peligroso involucrarte más de lo necesario.
Sin embargo, algo no estaba funcionando.
No podías ni querías mantenerte aislada. Nadie en el buffet tenía ganas de tomar el caso. Vos, ni bien tomaste el expediente en tus manos, lo quisiste. La querías defender, ayudar, como nunca te había pasado.
Ester. 29 años. A los 16, se vió obligada por su tía, la persona que la criaba, a entregar en adopción a su hijo recién nacido. Trece años después, luego de grandes y costosas investigaciones, dió con su paradero. Hoy, solo quería recuperarlo, las puertas se le cerraban, y así llegó al buffet en el que trabajabas.
Luego de una extensa charla con ella, tus palabras fueron "vamos a lograrlo".
Nunca debiste hacerlo, nunca debiste prometer algo que del vamos sabías que era difícil. Tomaste como personal algo que nunca debió traspasar las puertas de tu oficina.
Mañana, tendrías la primer audiencia.
Bbm Flor: necesito que hablemos, cuando te veo?
Bbm Pau: tengo una audiencia mañana, el jueves recién...todo ok? Lauti?
Bbm Flor: no te asustes hermanita todo bien...Lauti por ahora bien.
Bbm Pau: por ahora? que le pasa a mi ahijado?
Bbm Flor: Nada pau, el jueves hablamos, besos.
Lauti tenía tres años y era lo más cercano al demonio de tazmania que podías imaginar, tu pequeño diablito.
Vicky siempre te decía que a veces parecías demasiado aferrada al nene, más de una vez te había sorprendido con su gran simpatía (notese la ironía): el no es tu hijo, lo sabes pau?
Tu hermana es eso, es tu hermana, no es una proyección tuya, te repetía.
Y si, lo sabías, claro que lo entendías. Y a veces la maldita envidia (desconocías si de la buena o la mala, solo rogabas que fuese la primera) hacía que pienses porque ella si y vos no.
Ustedes eran antítesis. Ella nunca terminó de estudiar. Vos si. Ella era extrovertida y vos tímida. Ella amaba festejar su cumpleaños, vos desde que tenes uso de razón le preguntas a tus padres si no se puede borrar esa fecha del calendario (y no es por el hecho de que los años pasan y tus proyectos van frustrándose poco a poco. No. No es eso. No y punto final). Ella morocha de ojos marrones. Vos rubia de ojos verdes. Flor nunca soñó con el vestido blanco y los hijos, vos si, y paradójicamente y quizás lo que más te "dolía" de alguna manera era justamente eso. Aunque intentabas no pensarlo. Vivir el día a día. Hora a hora. Pero el final del día pesaba...vaya que pesaba.
Había cosas que no te gustaban hacer, ir al supermercado claramente encabezaba la lista. Pero sos demasiado obsesiva con tus cosas como para que alguien vaya por vos.
Tu mente no paraba de maquinar en la audiencia, y en las ganas que tenías de ayudar a Ester. No parabas de pensar en las ironías de la vida: tantas madres abandonando a sus hijos y vos mañana tendrías la difícil lucha de lograr, al menos, acercar a las partes.
Pensabas, en lo difícil de la situación, pero también lo difícil de la otra madre.
Tercera vuelta que dabas, y seguías pensando.
Desviaste tu mirada al carrito y te diste cuenta que no tenías nada más que una planta de lechuga, definitivamente esto te estaba afectando. Y no lo podías permitir.
Ibas caminando hacia atrás y torpe (como siempre) te chocaste con un hombre, cuyo perfume inundó tus fosas nasales. Intentaste, esbozar una sonrisa que se borró instantáneamente cuando un nene de unos 4 años aproximadamente se abrazó a sus piernas, desviando su atención, rompiendo con el contacto visual, que creíste habías conseguido.
Por que un hombre tan lindo estaría soltero? Por qué se fijaría en vos? Por que la vida te daría algo de manera simple? Si en 34 años el destino te engaño cruelmente, si los hombres nunca fueron tu punto fuerte, si el amor solo había llegado a destiempo a tu vida, por que tendría que ser distinto ahora?
Tu trance fue interrumpido por el sonido del celular. Solo con ver quién llamaba te bastaba para llevar tu humor a -5 y apagar el teléfono.
lunes, 2 de septiembre de 2013
Prólogo
Si y no.
Blanco y negro.
Un sueño y un amor.
Pero el amor es más fuerte?
Que pasaría si lo que proyectaste toda tu vida no se cumple? El golden retriever, el patio, marido y los hijos...utopía?
La lucha de la rutina, sueño e ilusiones.
Lo que para otros es natural, para vos es un desafío.
La sociedad, y sus presiones.
Vos, y tus presiones.
La fatiga, el cansancio, las ilusiones se comparten?
El reloj biológico apremia?
Paula. Pedro. Amor. Tiempo. Presión.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)