miércoles, 2 de abril de 2014

Capítulo 37

Caminabas por los pasillos del edificio, hoy te había tocado salir más temprano del departamento de Paula, aparentemente tenías trabajo acumulado, no recordabas estar tan atrasado con las actas que debías presentar.

Te habían asignado un divorcio bastante problemático pero ya casi resuelto, hacía bastante tiempo que trabajabas en el.

Se acercaba el almuerzo y te preguntabas si Paula estaba libre para almorzar con vos.
Hacía rato que te habías acostumbrado a las miradas curiosas que te habían perseguido toda la mañana, como acusándote, como persiguiéndote.

Como si no fuese poco con la loca de Silvia, tenías que lidiar con curiosas que pensaban tener algún tipo de derecho para reprobar tu conducta, tus actos, tus pasos. Necesitabas un poco de paz, de aire fresco, y se te ocurrió que tu novia sería capaz de proporcionártelo.


Te acercaste a su oficina y escuchaste voces. Frunciste el ceño al descubrir la voz de Silvia, muy compinche con Paula, te pareció demasiada camaradería.



Entraste y miraste desde la puerta. Silvia se alertó, no así Paula que estaba de espaldas.



-Qué querés?-  te preguntó Silvia, haciéndote frente.

Paula se alertó y se dio vuelta.

Tu cara lo decía todo, no la habías visto en toda la mañana y sin dudas te sorprendió.




-Qué, qué te pasó?- le preguntaste temblando, mientras te acercabas a ella preocupado.
-Por favor dejame Pedro, ya lo hablamos - te dijo con lágrimas en los ojos.
-Qué es todo esto Pau?- tu voz sonaba bastante preocupada. Extendiste la palma de tu mano pero ella se escabulló de tu alcance.
-No me toques, por favor.- su voz sonaba bastante apagada, como derritiendo cada palabra, cada sílaba, cada letra.

-No otra vez- te pidió para salir corriendo.




-De verdad se siente terrible que te dejen no Pepe?- te preguntó Silvia girando en su silla de computadora.
-Que tenes que ver en todo esto?- le preguntaste
-Yo? Nada...Yo no le pegué...vos podes decir lo mismo?



Inhalaste y exhalaste. Varias veces. Necesitabas salir de ahí.




***



Si de algo servía tener una amiga modelo, era que maquillaba como los dioses.


Hace dos años, cuando cortó con uno de sus novios (no recordas cual porque en ese entonces Zaira jugaba a 25 puntas), tu amiga voló a Los Angeles para un curso de maquillaje caracterizado. Aparentemente era para cuando incursione en el cine (cosa que nunca hizo, y probablemente nunca haga).


Nunca te había parecido demasiado útil ese curso que se mando ella (ni a vos, ni a todo su entorno, que se le rió en la cara cuando ella lo comentó, bastante frustrante fue a decir verdad)


Esta mañana no te había parecido tan inútil ese curso y la llamaste inmediatamente.

Por alguna extraña razón ella estaba despierta, y vos avisaste en el trabajo que te retrasarías un poco por unos inconvenientes, nada mejor para cubrirte un poco.


-Espero sea demasiado importante, porque sabes que esta no es mi mejor hora- te dijo entrando y tirando su cartera en el sillón.
-Es bastante urgente sabes...
-Y por qué se supone que no te podes maquillar vos solita?-  te preguntó mientras ponía el agua para el mate (con plena libertad)
-Porque necesito...algo más...característico...- le dijiste sutilmente
-Más característico?- y ahora si tenías toda su atención.
-Te acordas el curso de LA?
-El curso por el que te reíste 4 días seguidos, incluso cuando me llevaste al aeropuerto?
-Ay nena, no seas rencorosa....si, ese.
-Claro que me acuerdo, cuando había cortado con Matías...o era Lucas? No, creo que era Manuel...bueno alguno de esos era seguro.- dijo pensativa como si realmente fuera importante.
-Necesito que me maquilles un ojo
-Uno solo? Siempre fuiste medio deforme, pero te superas día a día. Tiene algo que ver el bombón?
-El bombón sería Pedro?- le preguntaste con una sonrisa en tu cara
-Claro, aunque estoy muy enojada, por que se supone que Victoria lo conoce y yo no?
-jajjajajajaja
-No es gracioso Paula, por qué no me lo presentas a mí? Me dijo Vic que conociste a tu suegra
-Ey...por qué sabes tanto?
-Mirá querida acá la enojada tendría que ser yo...decime que tenes algo para comer porque muero de hambre
-No estés enojada, quería tenerlo seguro para que no se quiera ir con vos- le dijiste riendo mientras bajabas unas palmeritas que habías comprado ayer.


Te acordabas de la mañana y te reías sola. Y menos mal que sola, porque sino tu historia tendría poca credibilidad.

-Entonces a ver si entiendo...vos pretendes que te maquille un ojo para aparentar que el potro cordobés te pegó?
-Ves que cuando querés tus neuronas hacen contacto cachorra?- le dijiste vos
-Tarada- te dijo pegándote en el hombro.


Ibas por el pasillo rumbo al baño de mujeres, entraste y a los dos minutos sentiste abrirse la puerta.
La cerró y te miró.


***


-Qué paso? Que hiciste?
-Vas a arruinar todo...lo hablamos en casa, por favor
-Necesito saber que pasa
-Ya casi la tengo...se siente en confianza... por favor Pedro...
-En casa hablamos, te amo, lo sabes no?
-Chau maltratador, chau chau.



-Qué me miras?- le preguntaste
-Yo no te miro
-Entonces parece
-No siempre es lo que parece, no?- te preguntó Joaquín, aunque desconocías en que medida te lo preguntaba, y en que medida lo afirmaba.


Guardaste todo para irte a casa, y al fin tener esa charla que se debían con Paula.
Pasaste por la puerta de su oficina y la escuchaste.

-Deberías denunciarlo- decía Nahuel parado al lado de tu novia.
-Si queres te acompaño- tiró Silvia
-Y vos? vas a denunciarlo?- preguntó Paula
-Emmm... no se, por qué?
-Porque quizás si vos lo hicieras yo me animaría- arriesgo Paula- total solo revisarían la veracidad de tus golpes.


Silvia se paró de la silla y empezó a caminar hacia la puerta

-No, yo simplemente no puedo hacer eso, después de todo es el padre de mi hijo.


Vos, decidiste dejarte ver.


-Es eso? O qué cualquier medico podría darse cuenta que esos no son golpes de un tercero?- le preguntaste mirándola a los ojos.





No todo es lo que parece. No todo parece lo que es.
Detrás de un buen maquillaje...se esconde una gran mentira...o un gran dolor.



TO BE CONTINUED.





jueves, 6 de marzo de 2014

Capítulo 36

Tus ojos en sus ojos. Tus ojos verdes en sus ojos marrones. Y esos otros ojos, que los miraban desde varias esquinas.
Vos, aun sentada en el piso, esperando algo quizás.
Él, no parecía capaz de sacarte la mirada de encima.

Y la viste a ella, Silvia, tirar de su brazo, demandando su atención.
El se dio vuelta y todo eran sonidos para vos, no distinguías los gritos, pero escuchabas a Pedro, Silvia y Nahuel alternadamente.

Tu jefe se acercó a vos, y se agachó a tu altura. Recién en ese momento, te diste cuenta donde estabas. Y el dolor del golpe, también pareció acordarse.

-Pedrooo!- gritaste mirando hacia donde el estaba.

Él, se volvió hacia vos, ocupando el lugar de tu jefe.
Te levantó en sus brazos, y vos te acurrucaste en él, para luego susurrar un "me duele".


"Un golpazo" les había dicho el médico gordito que los atendió en la sala de urgencias del hospital. Hielo y muchos mimos, te había recetado.
Pedro parecía entre preocupado e ido. Presente y distante.
Llegaban a tu departamento y el colocaba las llaves en el llavero (inusual en él) con un cuidado desmedido, como si las llaves fuesen de cristal... o como si quisiera retrasar el momento.


-Acostate Pau, ahora te llevo un te-  te dijo aun sin darse vuelta.
-Vení conmigo- le pediste
-En un ratito- cedió el.
-Ahora. No hagas de todo un problema, y no retrases la charla que nos debemos



***


-No fui yo- le soltaste mientras acomodabas los almohadones tras su espalda.
-Qué cosa no fuiste vos?- te preguntó frunciendo el ceño (un gesto muy tuyo)
-Fui a hablar con ella, si, pero no le pegue- le comenzaste a explicar mientras caminabas alrededor de la cama
-Si seguís caminando me vas a hacer un agujero en el dormitorio

Y le sonreíste.

-Pedro...yo no necesito explicaciones de ese tipo, me duele que pienses eso.
-Yo pensé que la charla era por lo que había dicho Silvia
-No, amor, yo no estaría con vos si pienso algo así, por qué siempre pensas por mí?
-Tengo miedo- reconociste acercándote
-De qué?- te preguntó ella.
-De que te quieras ir- y mirándola a los ojos, te sentaste en el borde de la cama.
-Dudo que aplastándome la mano pueda ir a algún lado
-Jajajaja, perdón- y te corriste un poco, poniendo su mano en tu regazo.
-Por qué siempre pensas que me quiero ir?
-Estamos discutiendo?- le preguntaste tímidamente
-No Pedro no estamos discutiendo- te dijo ella resoplando
-A veces pienso que no podes ser sincera conmigo...no del todo
-Qué querés decir?
-Que yo por menos ya me hubiese ido
-Por menos? Qué me queres decir? Que me vaya? No es muy caballero de tu parte- te dijo más confundida aun
-Nono, apenas puedo explicarme. A veces pienso que es demasiado, no se es como que había demasiada letra chica en el contrato.
-Me he comido peores letras chicas, no te preocupes.
-Entonces?
-Entonces qué?- te preguntó ella y vos diste vuelta a la cama para acostarte a su lado.
-Que de que querías hablar
-De como vamos a seguir, vos pensas que ella va a llegar a denunciarte?
-Pero no hice nada! Te juro.
-Ya se que no hiciste nada, lo se, pero ella monto un circo que era bastante creíble, yo pienso que está loca, tenes un imán con las locas.
-Juana no está loca- le dijiste apoyándote en tu codo con la cabeza sobre tu mano.


***

Si tan solo fuese la cuasi finada tu problema, apunto el loro parlanchín mientras se mecía en su columpio (sí, tenía un columpio de madera). Yo te avise que tenías que huir del cordobés, apunto una vez más, el alado poco simpático para con tu novio. Aunque a decir verdad nunca fue una conciencia muy objetiva, sino más bien molesta, y egocéntrica.
Y ahora la loca parecías vos, si tenías en cuenta el hilo de tus pensamientos: debatiendo el mérito (aparentemente inexistente) de tu conciencia. Seguramente habías llegado tarde al reparto y no había mas del tipo angelito y demonio, y te tocó el alado amargo y botón.



-Pau...pau...me escuchas?- te preguntó Pedro tocando tu hombro.
-Ah sí, me decías?
-En que pensabas?- te preguntó curioso.

Bordo.
Sería muy poco inteligente contarle que tenías un loro parlanchín como conciencia y que aparentemente le deseaba que se mude a Plutón.

-Yo eh...en nada, repetime lo que me decías!
-Todo?- te preguntó abriendo de par en par esos ojos marrones que te encantaban.


Y te provocó besarlo. Y lo besaste. Porque tenías ganas y punto.


-Y eso?- te preguntó. Parece que estaba con ganas de charlar
-Tenía ganas de besarte y te besé. Algún problema?
-No, salvo que me encanta- te dijo intentando atraerte hacia él. Seguramente vio tu mueca de dolor porque se disculpó inmediatamente.
-Estoy bien, solo duele un poco. Ahora si contame
-No, te decía lo de Jua que los médicos dicen que va avanzando, quizás pronto pueda hacer una recuperación ambulatoria
-Pero ahí no tenemos nada que ver ya, no?
-Emmm... bueno no se ... nada como nada...emm
-Dios! No tiene familia?
-Si, un hermano que...
-Ves? Ahí está, el hermano se va a encargar, una menos.
-Es que yo todavía me siento un poco culpable- murmuró el rosando tus labios con su dedo índice.
-Y te vas a sentir culpable mucho más? O pensas que en algún momento podemos llegar a ser solo nosotros dos...sin terceros?
-Como lo decís suena bastante comprensible- te dijo besándote. Vos le sonreíste.
-Ok, yaya después me ocupo de la finada, la fui a visitar el otro día te conte? Soy un ángel...
-Paula...- te dijo el en tono de reproche.
-No te conte? Pense que si, pero fui re simpática, te juro y no me disfrace de enfermera- le dijiste guiñándole un ojo.
-Lo decía por lo de finada, pobre Juana.
-Bueno... bueno...cuasi finada, está mejor?
-Sos terrible
-Así me amas..
-Mucho.
-Pense en Silvia, para mí ese hijo no es tuyo.
-Para mí tampoco, vos por que lo pensas?
-Por el acting de hoy, es innecesario si en un ADN salta que sos el padre, no te parece, no se, demasiados cabos sueltos.
-Lo decís como abogada o como mujer?
-Sentido común de abogada mujer.
-Hoy me asusté todos mirando...ella con los golpes, creo que es capaz de hacer cualquier cosa.
-Y yo creo que puedo manejarla...pero necesito que me des vía libre.


***


-Qué pensas hacer?
-Me das vía libre?- te pregunto esquivando tu pregunta.
-Te vas a cuidar?
-Siempre.
-Entonces sí, solo no hagas nada de lo que tengamos que preocuparnos.
-Lo prometo. Dormimos? No tengo hambre


Vos te levantaste a apagar la luz, y viste como los calmantes poco a poco empezaban a hacer mella en ella.
Viste sus ojos verdes cansados.
Viste su pelo desordenado sobre las almohadas blancas.
Viste su sonrisa disminuyendo a cada instante.
Viste su paz y te gustó. Ella te gustó. Y no querías que nada la aparte de vos.

Te acostaste y apagaste el velador.

-Hasta mañana amor- le dijiste.

Ella se amoldó a tu cuerpo.


5 minutos después volviste a prender el velador.

-Si de verdad fuera un contrato, pedirías la resolución contractual?

La viste sonreír.

-Si querés la nulidad vas a tener que usar otra vía Alfonso... no me asusta ni la letra chiquita, ni los vicios redhibitorios.

-Te amo.
-Entonces es de mutuo acuerdo, yo también te amo.





jueves, 13 de febrero de 2014

Capítulo 35

Habían vuelto hace horas de lo de tu suegra.
Pedro, se había acostado y vos estabas cambiándote después de un baño relajante de espuma.

Vos, te ponías un camisón de encaje color crema. Pretendías sorprender a tu novio.
Desde la puerta de la habitación, te paraste en el marco, pensando que notaría tu presencia...pero no.
Frunciste el ceño imaginando que no podría tardar mucho en mirar hacia donde estabas.
Pero, aparentemente estaba demasiado ocupado con su computadora.

Le tosiste (si, le tosiste a él), pero nada.

-Qué hacés?- le preguntaste acercándote a la cama

El, cerró rápidamente la computadora y apagó la luz del velador.

-Sisi, ya dormimos- te dijo algo apurado
-Pedro...qué hacías?- le preguntaste acostándote a su lado
-Nada...nada... ya apague mi amor, hasta mañana- te dijo y se dio media vuelta

Prendiste la luz del velador y te sentaste en la cama. Te cruzaste de brazos.

-Pedro...- lo llamaste
-No ibamos a dormir?- te preguntó mirándote
-No, eso es lo que vos pretendes hacer me parece
-Pensé que era lo que me pedías
-Si me hubieses mirado te hubieses dado cuenta que lo que quería era otra cosa

El abrió los ojos de par en par y te miró.
Sacudiste tu mano indicándole que ya había pasado.


-Perdón, estaba en otra - se lamentó
-En qué estabas?
-Nada importante Pauli
-Otra vez con secretos?
-De verdad querés saber?- te preguntó mientras abría la tapa de la notebook


Miraste la pantalla y lo miraste a él.



***

-Pensé que quizás sea tiempo de encararlo no?- le preguntaste

Ella se acercó y depositó un beso en tus labios.

-Leíste algo?- te preguntó
-Estaba en eso
-Y por qué me lo escondías?
-No se... me daba vergüenza...
-Tonto... a ver... vamos a ver... acá abro esto en esta pestaña y la imagen está acá- te decía mientras con agilidad se deslizaba por la página de internet.
-El primero me da un poco de miedo, pero el segundo creo que no es tan riesgoso
-A ver... si, acá, ves? Dice 0.5% de riesgo..- te decía ella super concentrada en la pantalla
-Creo que ya superó la 14 eso debería servir no?
-Claro...entonces lo que se podría hacer es una amniocentésis
-Y eso? Como sería?
-Esperá que estoy leyendo Pedro!!- te retó.

Te quedaste mirándola y te preguntaste que estaría sintiendo ella. Que se le pasaría por la cabeza. Si para vos era rara la situación, para ella lo sería el doble. Agradeciste haberla encontrado. Agradeciste, que ella, tu pequeña gran lucifer estuviera ahí para vos. La amaste más si es que fuera posible. La admiraste aún un poco más. Y soñaste con que tal vez las cosas podrían acomodarse, o mejor dicho, soñaste con el momento en que eso sucedía, la viste de blanco, la viste con panza, y la viste en el pasto de una casa grande, sentada en el suelo, haciendo un picnic con vos, con perros y bebés alrededor.
Ella interrumpió tus pensamientos.

-Bueno, la cosa es que el médico utiliza una aguja a través del abdomen para extraer algo del líquido amniótico alrededor del bebé.
-No entiendo
-Bueno aparentemente el líquido ese tiene células que el bebé fue liberando durante su desarrollo.
-Y pensas que le hará mal?
-No se- te dijo frunciendo sus labios- creo que eso lo vas a tener que hablar con Silvia.


***

Te levantaste contenta por alguna razón. Preparaste el desayuno mientras esperabas a que el se levantara.

-Buenas buenas amor- te saludó- hoy es el gran día.
-Gran día?
-Voy a hablar con Silvia y sacarnos esta duda de una vez y por todas
-Pedro...-le dijiste acercándote a el y te sentaste en la silla más cercana- yo ... quiero que sepas que estoy con vos, cualquiera sea el resultado... y cualquiera sea la solución que quieras tomar. Después de todo un hijo es siempre una bendición.
-Gracias Pau...me hace bien saber que estás ahí...que estas ahi para mi.


Entraron al edificio y se separaron al subir al ascensor.

Llegó el mediodía y el te escribió para que almuercen juntos pero vos estabas tapada de trabajo, recién podrías verlo a la salida.


***


-Hola- la saludaste.

Ella te sonrió.

-Necesitamos hablar- le dijiste
-Ya se me nota la panza- te dijo acariciando su abdomen.

Vos, tragaste pesado.

-De qué querés hablar?- te preguntó acercándose a vos.
-No es obvio? Tenemos algo pendiente y quiero sincerarme
-Y yo quiero que dejes a Paula- te dijo implacable con sus ojos negros.
-Qué? -le preguntaste incrédulo.
-Vamos a ser papás...supongo que es lo correcto- te dijo confundida.
-Por lo pronto vos vas a ser mamá- le dijiste- y eso no tiene nada que ver con mi relación con Paula.

Ella te miró entre confundida y dolida.

-Y vos que pretendes? Que seamos una familia moderna donde mi marido se acuesta con su amante pero tiene un hijo conmigo?
-Tu marido? Yo no me voy a casar con vos

Y la sentías cada vez más confundida

-No viniste a pedirme eso?- te recriminó.
-No. Vine a pedirte un ADN.
-Qué? - prácticamente te escupió.
-Ya estuve averiguando no es riesgoso, tiene un margen muy pequeño.
-No me pienso hacer un ADN. Está en vos creerme o no.
-Entonces no te creo- le dijiste y fuiste a buscar tus cosas, para después ir por Paula.


No encontrabas el maletín y ya no aguantabas más estar ahí. Media hora despúes de tu charla con Silvia ya estabas yendo a buscar a tu amor.


Llegaste al piso de Paula y la viste de espalda conversando con alguien.


-Ya estas gorda?- le preguntaste


Ella se dio vuelta y la escena te sorprendió.



***


-Qué es esto?- lo escuchaste preguntar.

Ella gritó fuerte y eso te asustó aun más.


-Vos me hiciste esto, salvaje!!- lo acusó una Silvia con el ojo morado y el labio partido- me pediste hablar del bebé, te dije que no quería abortar y mirá...- dijo ella entrecortándose


El miraba atónito la situación y vos simplemente no lo creías capaz de algo así.



-Al final sos un violento como tu papá - le gritó ella llorando desconsolada


Lo mirabas y el no hablaba. Vos tampoco.
Y ahí fue cuando la voz de ella sonó una vez más.



-Te voy a denunciar!!! No me extrañaría que los rumores fueran verdad, y que te complotabas con tu papá para pegarle a tu mamá casi llevándola al otro mundo- gritó.



Nahuel y tu jefe se dieron vuelta al escucharla.
Joaquín entraba y quedo tieso.
Pedro avanzó hecho una furia.

Y vos te pusiste entre los dos. Su peso te derribó, y terminaste golpeando tus costillas con el escritorio, para aterrizar sobre el piso de la oficina, quejándote del dolor mientras llevabas tu mano derecha al lugar del golpe.


Vos, lo mirabas desde abajo. Él, te miraba espantado. Ellos, todos, seguían en silencio.



miércoles, 5 de febrero de 2014

Capítulo 34



-¿Qué pasa? ¿Por qué esas caras? ¿Metí la pata, tal vez?- preguntó tu madre alternando la mirada para uno u otro lado
-Permiso, voy a lavar los platos mientras charlan ustedes
-No, no hay nada que decir, Pau quedate- le pediste
-Quizás...quizás te sirve hablar con ella, cualquier cosa estoy en la cocina- dijo tu novia con la voz temblorosa, recogiendo los platos y demás utensilios.
-No entiendo nada, Pedro, ¿que está pasando? No me asustes- te preguntó confundida y te advirtió.
-Es que guau... no se como llego esto a tus oídos ma... Es un tema que tenemos entre pinzas con Pau


Viste como ella miraba de reojo hacia la cocina, donde tu novia lavaba los platos. Viste como se acercaba, lentamente a tu cabeza.


-¿Es que acaso ella, no quiere al bebé? ¿Quiere abortar? ¿Es eso?- te preguntó en un susurro.


Sacudiste rápidamente tu cabeza, imaginando lo absurdo que sería eso, y al mismo tiempo cuanto te gustaría ver la panza de Paula hincharse día a día a causa de un primer hijo (claramente tuyo)

Observaste a tu mamá, sus hombros se relajaron, su rostro, con alguna pequeñas arrugas (a las que ella llamaba marcas de experiencia), también se relajó. Sus ojos miel volvieron a brillar y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.


-No mamá nada de eso, Paula nunca haría algo así, ni siquiera se le ocurriría. Es simplemente que hay una pequeña posibilidad de que seas abuela...
-Entonces Paula está?...
-No, ella no- respondiste seco sin querer avanzar más, pretendiendo que la conversación finalice acá, y que ella de por sentado el resto. Vamos, siempre fue una mujer inteligente.
-¿Ella no? ¿Qué diablos significa eso Pedro?
-Vamos mamá no me hagas decirlo siempre fuiste inteligente
-Menos cuando elegí a tu padre- te dijo con un dejo de tristeza
-No era necesario que lo traigas a colación
-Cada vez te entiendo menos hijo... explicate
-Pero que deje embarazada a otra mina mamá tanto te cuesta entenderlo?????- le gritaste.

Terminaste de gritar y miraste a las dos: a Paula que venía con cafés en una bandeja y a tu madre que te miraba sorprendida, desconocías si por la noticia o porque le gritaste.

-Traje café- dijo Paula apoyándolo sobre la mesa, y viste como su mirada tenía una mezcla de reproche para con vos y, tal vez, ... ¿tristeza?


No estabas preparado para este tema, la verdad que te aterraba ser padre, y más con alguien que no fuera Paula.


-Ok, no se si estoy preparada para esto, pero vamos a sentarnos al sillón- pidió tu mamá y supiste que esto no iba a ser corto.

-Me voy a recostar un rato- dijo Paula
-Nono querida, vení, acompañanos que vamos a charlar.


***


El living era muy acogedor.
Un sillón de tres cuerpos, y dos de un cuerpo. El de tres cuerpo estaba enfrentado a la chimenea, que con estas temperaturas era meramente decorativa.
En el medio, una mesita ratona con recuerdos de distintos viajes.
Entre los sillones individuales un par de portarretratos, en ninguno aparecía tu suegro, se ve que era un tema tabú, verdaderamente.


Pedro estaba a punto de tomar asiento en uno de los individuales, pero su madre le llamó la atención.

-¿A dónde vas Pedro?- preguntó Ana, y por primera vez sentiste la fuerza de su voz. Su postura era recta en una de las puntas del sillón de tres cuerpos. Si te preguntaran no podrías encontrar un parecido entre esta mujer y la que te recibió hablando de la lambada.
-A...¿Sentarme?- preguntó tu novio confundido.
-Acá- dijo ella.
-No pero a mi me gusta este asiento acá ves má porque yo...
-Acá Pedro- lo interrumpió ella implacable. Y a vos te hubiera encantado reirte, pero sabias que no era un buen momento.

-¿Quién es?- pregunto Ann, mientras los miraba a los dos a ver quien respondía primero.
-Su nombre es Silvia- dijo Pedro como si eso aportara mucho.
-Es la secretaria del edificio- continuaste- todavía no es seguro...

"Podía hablar?" le gesticulaste a Pedro mientras Ana miraba hacia otro lado.

-Y por qué no podrías hablar, querida?- te preguntó Ana volviendose a vos. Miedo.
-No...es que...yo...pense que...yo...e...no se- tartamudeaste volviendo a este el momento más incómodo de las ultimas horas.
-Querida, cuando seas mamá, vas a aprender a mirar sin ver, a escuchar sin siquiera oír, a sentir más allá- te dijo ella, cariñosamente, y se ve que la postura implacable era solo con Pedro.
-Claro, entiendo- dijiste sientiéndote aun más tonta si eso podía ser
-Y vos, no pensas decir nada? Cómo fue?
-Me estas jodiendo? Necesitas que te dibuje como se trae en bebé al mundo mamá?- le preguntó el irónicamente.

Vos pensabas que esa no fue una buena respuesta, y lo confirmaste al ver como se transformaba la cara de Ann, al tiempo que se giraba para quedar frente a frente con su hijo.

-Mirá querido, me importa un bledo que tengas más de 30 años, me escuchaste?- le dijo mientras rápidamente tomaba su oreja derecha entre sus dedos pulgar e índice, y lo sacudía.
-Ay mamá, soltame, soltame!- gritó Pedro para luego frotar su oreja con el ceño fruncido. No te rías- acotó mirandote cual nene de 5 años, no, quizás, 3 años.
-Te estoy preguntando que paso, por qué no sabes si es tu hijo, no te cuidaste?
-Si, las veces que estuve con ella me cuidé.


Ok. Esto era un poco incómodo para vos.


-Creo que me voy a retirar- empezaste a decir.
-Ch, vos, ahí- te retó ella y te sentiste una adolescente. Y eso fue lo que hiciste, retroceder.
-Me imagino que vos- dijo hablándole a Pedro- habrás pedido un ADN, y que vos- ahora señalándote a vos- no estará pensando abandonar el barco en plena tempestad no?
-Nono, yo no...yo...- y empezaste a tartamudear de nuevo
-No te estoy retando Pau- te dijo y viste como se levantaba para agacharse frente tuyo.

Viste como sus facciones se relajaban, viste dulzura en sus ojos, quizás la mirada de una madre, compasión, piedad, amor. La viste trasparente y protectora. Seria, pero sin rastros de un reto.

-Yo se que no me conoces, mi vida. Pero yo no necesito conocerte para ver la felicidad que le provocas a mi hijo. Te repito, cuando seas madre vas a sentir esto que te estoy diciendo, se vuelven tu prioridad. Pedro es mi hijo menor, es mi protegido, cada vez que me presentaba una novia, sabía que no era para él, no por clasista, ni superficial, sabía que el amor verdadero no le había llegado aún, le faltaba recorrer camino, le faltaba curar ciertas heridas de las que ya sabras. Hoy, por primera vez lo vi al 100%, lo vi feliz y radiante, lo vi bailando como hace años no lo hacía. Voy a cometer una infidencia pero hace días me viene llamando para asegurarse de que no te iba a hacer pasar un mal rato.  Por primera vez lo veo relajado. Relajado, feliz y protector con alguien que no soy yo, y lo que debiera darme celos me llena el alma de alegría, de regocijo, lo veo pleno, y se que es por vos. Y por otro lado - te dijo visiblemente emocionada- te veo a vos tan ahí para el, tan alegre, tan sensible, se que lo acompañas, porque yo hablo con mi hijo, pero ahora te lo estoy pidiendo yo, como mamá y como mujer, no dejes pasar un amor así- y tomó tu mano entre las suyas- no te permitas que alguien arruine esto, no necesito ver mucho porque los ojos de los dos, brillan cada vez que se tienen cerca, sus miradas, trasmiten solo amor, y me emociona y me encanta, y me vuelve a emocionar.


Y vos ya te habías largado a llorar. Maricona.

Pedro se había parado rápidamente y se puso atrás tuyo, reconfortandote con sus brazos.

Ana les sonrió.

-Ves lo que digo? Yo también estoy llorando, en otro momento el hubiese venido hacia mí.
-Yo...-empezó Pedro
-No es un reproche Pepe, me emociona que hayas superado eso- dijo mordiéndose el labio superior- siempre pensaste que me debías más de lo que hiciste, veía como te aferrabas a mí y dudaba si alguna vez ibas a poder superarlo, si ibas a poder ver o querer hacer feliz a alguien además de tu mamá. Por momentos pensé que te estaba fallando, que debía frenarte, pero sabía que alguien aparecería, por eso quería conocerla

Y ella acarició tu mano y la de Pedro que estaban entrelazadas en una sola.



***


Luego de la charla sentiste que habían sido muchas cosas, que necesitabas descansar, pensar.
Las palabras de tu mamá aun rebotaban en tu cabeza, una y otra vez.
Hacía mucho tiempo no la veías así tan sincera, tan desarmada, tan frágil.
Para vos, ella siempre había sido frágil, pero no así. Vos pensabas que ella no notaba el esfuerzo que vos hacías por protegerla, por defenderla por demás, no sabía que era tan notoria esa culpa que sentías por cada golpe, cada palabra, cada grito en los que no habías intervenido.
Vos querías protegerla, y al final de cuentas, ella te protegía a vos, como el primer día, como seguramente desde que estabas en su panza.

En algún momento de tu divague te quedaste dormido.
Ahora, te despertabas en tu cama. Estiraste el brazo en busca de Paula que también se había acostado, pero sentiste el vacío, y eso no te gustó.

Escuchaste sus voces en el living.

-Y Juana?
-Mejor, los médicos están más esperanzados- decía tu novia.
-Ay querida, te encontraste con todas
-Y pensar que me metí solita...pero lo vamos a ir sorteando estoy segura- le dijo ella sonriendo y a vos te dolió sentir tanta felicidad. Era raro, algo que nunca te había pasado, te dolía sentir lo que sentías por ella, fue recién ahí cuando te diste cuenta que ella tenía el arma más poderosa, para con vos.
-Bueno, vamos a cambiar de tema. Te voy a enseñar a bailar lambada, porque sino te voy a tener que desheredar como nuera.
-Tan mala soy?
-No, pero vamos a ir mejorando no te preocupes- le dijo tu mamá mientras la arrastraba más cerca del equipo de música.



Paula se reía desde el costado mientras tu mamá le mostraba los pasos

-Dale, vení ahora te voy a mostrar unos pasos por si queres bailar en pareja y no está mi hijo

Y eso no te gustó. Ey, ella era tuya. Y no te gustaba compartir. Menos que menos en un baile tan sensual como la lambada.


-Ey ey ey- interrumpiste la escena.
-Hijo te levantaste, le estaba enseñando a bailar a Pau- te saludó tu mamá sonriendo, feliz.
-Algo de eso escuche, pero no te preocupes, no es necesario- le dijiste abrazando a Paula por la cintura, a lo que ella respondió dandose vuelta con un beso, y tu mamá amplio la sonrisa.
-Ah si? Y eso por qué?- preguntó tu mamá confundida
-Porque no voy a permitir que baile con otro hombre que no sea yo- le dijiste aumentando la fuerza del agarre y frunciendo el ceño.

A lo que ellas te respondieron riendo.

Paula se dio vuelta y te regalo un sonrisa, como solo ella podía hacerlo.
Y te sentiste flaquear.
Te perdiste en el brillo de sus ojos, y confirmaste lo inevitable.


Ella tenía un arma contra vos... tu corazón en la palma de su mano.




Nada más fuerte que la conexión madre-hijo. Y nada más peligroso que descubrir que tu corazón está en manos de otro. ♥

martes, 28 de enero de 2014

Capítulo 33

No estoy nerviosa, no estoy nerviosa, no estoy nerviosa, no estoy nerviosa.
¿Cuántas veces debías repetirlo para que tu subconsciente lo entienda?

A lo lejos escuchabas un zumbido, un sonido, algo, todavía no detectabas que era

-Paulaaaaaaaaa

Y vos, tan concentrada estabas en lo tuyo, en aparentar tranquilidad frente a tu novio que iba manejando lo más campante, como si nada fuera a pasar, que no lo escuchaste y como si fuera poco, te asustaste con su grito.

-Ay Pedro por favor, qué pasa?
-No, si me cebas mate porque me estoy muriendo hace 15 minutos fácil hablándote.
-Mate? En el auto decís?
-No esperame que freno en la banquina tomamos unos mates y llegamos en una semana. Si Paula, estás toda tensionada amor, frena un poco.
-Para vos es tan fácil...- le dijiste entre ofendida y realista.
-Y vos te la complicas tanto, no me decís que te proyectabas conmigo? Yo tengo una mamá...como vos... y ella es mi mamá y mi papá, es todo lo que tengo.

Auch. Golpe bajo por aquí.
Sentías tu dolor y el dolor de tu loro parlanchín interno, que aparentemente también tenía sentimientos.


-Eso no vale, porque sabes que contra eso no te puedo decir nada
-Es que no quiero que me digas nada Pau, no necesito que me estés protegiendo, solo necesito y quiero que me conozcas, ya sabes quien soy, de donde vengo y que hago, ahora te toca conocer a tu suegra, te juro que no te va a hacer pasar un mal momento.
-Perdoname- le dijiste acariciando su pierna- me ahogo en un vaso de agua, cuánto falta para que lleguemos?
-Supongo que para el mediodía, pero si no te sentís cómoda aún podemos parar a comer por acá y llegar más tarde a lo de mi vieja- te dijo intentando conciliar,y viste de alguna manera el cansancio que le ocasionaba esperar tus tiempos, tus miedos.

Esto no te podía frenar. Siempre fuiste de las que si la vida no te ponía palos en las ruedas, vos y tu hermosa psiquis empezaban a cuestionarse.
Tu mente era una rueda que nunca paraba de girar, pensando en todo, en cada hueco, en cada historia, en cada "que pasaría si".
Siempre creíste en el cuento de hada y nunca lo tuviste.
Quizás era momento de cambiar las fichas y apostar distinto.


-No mi amor, si llegamos para el almuerzo llegamos, le aviso a tu mamá?

Y el te sonrió.



***


Al principio pensaste que era un juego de Paula, esto de los "nervios", nunca pensaste que de verdad la tenía tan alterada.
Ahora la veías más tranquila pero no sabías muy bien si era frente a vos esta postura zen, o de verdad estaba más relajada.


-Te parece si pasamos por helado antes de llegar a la casa de tu mamá?
-Claro, hay una heladería buenísima de camino
-Y qué gustos son su preferidos?
Y vos sonreíste.

-Los mismos que los tuyos- le dijiste triunfante
-Dulce de leche granizado y chocolate con almendras?
-Correcto
-Ah pero me buscaste al propósito vos eh- te dijo riendo (al fin, relajada)
-Yo? A leguas se notaba la baba que dejabas cada vez que aparecía este cordobés
-jajajajjaja sabes que no? Me parecías tannnn odioso
-Y vos en cambio me parecías tannnnn linda, pero tannnnnn amargada que quise darte un final feliz desde el primer día
-Pedrooooooo
-Si señora de Alfonso? Ahí está la heladería, espera que estaciono y bajamos
-Aun no
-No querés bajar? Que me queres proponer?
-Pedrooooo! Que todavía no soy la Sra de Alfonso
-Ah pero falta nada...- le dijiste bajándote del auto
-Cómo sería eso?- te preguntó dándote la mano
-Qué cosa?
-No te hagas el tonto
-Y vos no arranques con tu ansiedad


***

Tu novio abrió la puerta con su llave y el olor a comida casera inundó tus fosas nasales, casi como cuando visitabas a tu abuela y ella hacía tu comida favorita.
La casa tenía mucha luz y plantas por todos lados.
Una música bastante alegre llegaba desde algún punto de la casa

-Cocina- te acotó Pedro sonriendo. Y viste en sus ojos la emoción que le provocaba estar ahí.
-Eso es...?
-No te conté que mamá es fanática de la lambada? Esa es danzando lambada de Kaoma
-Guauu no no me dijiste
-Vení está empezando recién- te dijo tomándote de la cintura y colocando tu brazo izquierdo en su hombro en un movimiento tan rápido que no te dio tiempo ni siquiera para pensarlo.
-No no se bailar Pepee- le dijiste despacito ya que todavía estaban en el living pero riéndote a más no poder.

El dio un paso hacia atrás lo que hizo que vos debas avanzar hacia su lado

-Dale, que no es difícil, movete conmigo
-Pero no se que hacer ayudame
-Siempre- te dijo besándote- Ahora vamos a contar tres tiempos y después vas a inclinar tu espalda hacia atrás, es el famoso látigo pero solo hasta la altura donde yo tengo mi mano si?
-Me da miedo Pedro para! jajajajjaaaa- le dijiste riéndote
-Va...Repetí uno...dos...tres

Hacía tiempo no te divertías así, ni hablar de lo relajada que estabas.

Terminaste el látigo con la cabeza a una altura entre tus hombros y tu cintura, y te volviste a abrazarlo.



Como si todo esto fuera muy normal, empezaste a escuchar aplausos.


-Primer lambada Paula?- te preguntó viniendo desde otra sector de la casa una señora de unos 60 años aproximadamente, rubia (teñida claramente), con ojos iguales a los de Pedro, entre delgada y rellenita.

Y sentiste el abrazo de tu novio por tu cintura

-Hola mamá!- le dijo soltándote y yendo a abrazarla- te extrañe
-Yo también mi amor, te emprolijaste la barba, que lindo que estás.


Y vos ahí cuál poste. Hola. Acá estoy.


Anita (como le decía el) corrió su cabeza del abrazo de su hijo

-Ah pero es todo una modelito Pepe- le dijo a su hijo y vos te sonrojaste.
-jajajajaja esperá ma que la vas a asustar y va a salir corriendo.

¿Qué vendría después del sonrojo? Si, bordo bordo.


Ella se acercó unos pasos a vos.

-Paula verdad?- te dijo cuando estaba frente a vos
-Si, hola, un gusto- le dijiste dándole un beso
-El gusto es mío querida- te dijo dándote un abrazo


-Vení a la cocina que se me quema la comida- te dijo yéndose- Pedro vengan que hice bifecitos a la criolla
-Ay que bueno ma! Asi le enseñas a Paula que no le salen tan ricos
-Pedrooo!- le girtaron Anita y vos a la par.




***


Estaban sentados a la mesa y el cuestionario venía en plena acción, bien, pero en plena acción.

-Y qué te enamoró de mi hijo?
-mmm que difícil, creo que su lado sensible
-Shhh que no le gusta que le reconozcan ese lado de su personalidad- le dijo tu mamá complice.
-Me gusta tanto este almuerzo má! Es tan lindo que la hayas querido conocer a Paula
-¿Y cómo no voy a querer conocerla? Si es una dulce
-Entonces ...¿Qué planes tienen para el futuro?

Momento incómodo. Parte 1.

-Estamos bien mamá, eso es lo importante
-Está bien, no pregunto entonces
-Mmmm... voy a hacer como que te creo
-Asi que abogada también Paula?
-Si, trabajamos en el mismo edificio con Pepe, pero para distintos estudios, ahí competimos- le dijo ella riéndose, y mostrandole esa sonrisa que a vos te había enamorado desde el momento 0.
-Y Pedro que es tan competitivo- dijo tu mamá- bueno, si le sacaste lo mujeriego, también podes sacarle lo competitivo, no sabes lo que era nena, el chico se me acostaba con par de piernas que se le cruzaran, a mi ya me había empezado a dar miedo. Cuando estaba con Juana, lo agarre un par de veces en off side que ni te cuento, tengo unas anécdotas de graciosas que te morís


Momento incómodo. Parte 2.

-Mamá ya está no es necesario
-Ay mi amor, estamos hablando me puede contar tranquila Ana- contestó Paula
-Ay pero tuteame querida-  dijo tu mamá mientras se levantaba a buscar el helado

Paula estaba más relajada claramente, pero ahora el nervioso eras vos.

-Mirá lo que te traje- dijo tu mamá entrando con un album de fotos que si tocabas la tapa le sacabas el polvo
-No mamá no, a Paula no le interesan las fotos de bebé
-Como no le van a interesar Pedro, a todas las mujeres nos gustan, no querida?
-Claro, me muero de intriga por ver a Pedro en miniatura
-Si sabía que ibas a hacer esto ni la traía- contestaste ofuscado y viste como Paula se tapaba la cara para que no vieras como se te estaba riendo.


-Y vos sos muy joven también Paula, los dos, y hacen una pareja divina, realmente me encanta. Siento que sos lo que necesitaba mi hijo para encarrilarse, tenes que enseñarle a cocinar, porque Caro lo malcría mucho.
-De a poquito le estoy enseñando- comentó ella. Y vos ahí pintado al óleo.
-Ya viven juntos?- y ahí arrancó de nuevo
-No mamá si ya sabes todo porque te cuento todo- y se rieron los tres juntos.


-Y lo tengo que preguntar- escuchaste que decía cuando te llevabas el helado a la boca, y la veías que estaba punto de salirse de la vaina.

La miraste, mientras Paula seguía enamorada de su helado de dulce de leche granizado.



-Cuándo me van a hacer abuela??? Porque el otro día, a tu cuñado se le escapó algo de un bebé... están embarazados?



Porque no hay dos sin tres. Momento incómodo, parte 3.

miércoles, 22 de enero de 2014

Capítulo 32

Claramente, no sabías como podía terminar todo.
Vic silbaba muy tranquila mientras preparaba las ensaladas y escuchaste como sonaba el timbre.

-Yo atiendo Vic

Estabas por agarrar el picaporte cuando Victoria te cortó en seco.

-Nono de ninguna manera, yo le abro a mi queridísimo invitado
-Vic, tranquila- le pediste
-Pero relajate querida- le pediste

-Hola que tal soy..- lo escuchaste hablar
-Pedro, verdad? Creo que puedo imaginarlo- lo interrumpió ella
-Vic- le llamaste la atención
-No dije nada ey- se defendió volteando hacia donde estabas
-Mmmmm...hola mi amor- lo saludaste, y te causó gracia verlo tan derechito, aun sin pasar la puerta, tenso y hasta podrías decir traspirando. Vic tenía un brazo en la puerta trancando la entrada, y el parecía un pollito mojado buscando protección.
-Traje helado- dijo de pronto
-mmm helado...que rico, espero no sea de limón- dijo en voz alta pero vos supiste que era un mensaje para vos, Facundo siempre traía helado de limón que le gustaba a él nada más.
-No, lo odio al de limón
-Pasa Pepe, te puedo decir pepe verdad?
-Si, claro- le dijo luego de un largo suspiro. Luego prácticamente corrió a tus brazos y Vic te moduló con sus labios un "estuve bien no?"


Estaban los cuatro almorzando, carne al horno con ensaladas, por ahora todo venía bien, hasta se podría decir que Vic estaba (dentro de lo  que podía llegar a ser) simpática. 
Al parecer Pedro pensaba lo mismo y se iba relajando porque la mano que tenía en tu pierna ya no te estrangulaba tanto como al comienzo del almuerzo.
Había bastante buena onda entre el marido de tu amiga y Pedro, y eso te tranquilizaba. No sabes cómo pero de pronto escuchaste...

-Entonces el finde del 21 que te parece?
-Ah sería genial, este finde nos vamos a Cordoba con Pochi y me traigo todo- decía el.
-Pochi?- preguntó Vic
-Pochi, Pau - dijo el un tanto confundido
-Es que a Paula nunca le gustó que le digan Pochi, te acordás Pau?- preguntó ella y vos te pusiste bordo.
-De verdad? Nunca se quejo
-Y.. viste los maridos tenemos ciertas ventajas- dijo tu cuñado

Y la viste cruzarse de brazos, casi ofendida, porque Pedro ganaba terreno sobre un tema que ella nunca pudo hacer nada.

-A donde piensan ir ustedes?- preguntaste al fin. Mientras tu loro parlanchín acotaba "de parranda". Sacudiste tu cabeza y ellos te miraron
-De pesca amor, no estabas escuchando?- te preguntó tu novio- al fin encontré a un fanático como yo

"Mentira, parranda" repetía el loro aleteando. Que alguien lo pesque a él, por favor.

-Ah mirá que copado, me lo tenes que cuidar cuñado- acotaste besando a tu novio de costado.
-Una vez que traes algo como la gente Pau...- y se calló enseguida
-Muchas malas decisiones mi novia?
-Pedro basta
-Pero me interesa che, estamos jodiendo amor



***


Por suerte, el ambiente se había relajado. Te estabas empezando a sentir cómodo, y te llevabas un pedazo de carne a la boca.

-Qué intenciones tenes con Pochi?- te preguntó Vic remarcando el Pochi.

Vos, en algo así como un momento muy incómodo, te atragantaste. Paula, te golpeó la espalda, hasta que finalmente recuperaste tu compostura

-Cómo?
-Es sordo tu novio Paula?- básicamente esta chica era muy amable con vos.
-Vico- le dijo tu novia
-Hace mucho no me decís así-retrucó ella confundida
-A la cocina


Cuando volvieron la notaste bastante más simpática, si eso era posible, en ese intento de chuky parte 3.

-Entonces, pepe- dijo mirando de manera cómplice a tu novia- vos que idea tenes más o menos con mi amiga?- te preguntó repitiendo cada palabra lentamente, como pensandolas.
-A ver, sinceramente no se porque te caigo tan mal, yo a tu amiga la amo, y me la juego por ella desde que la conocí, quiero que conozca a mi mamá porque es de las personas más importantes que tengo, si eso es un complejo no resuelto, no, no lo es, solo que mi infancia seguramente no fue ni la mitad de lo feliz que fue la tuya. Si tu inquietud es que la lastime a tu amiga, creeme que es lo ultimo que quiero hacer. La verdad que a mi personalmente caerte bien me da igual, hago estas cosas solo por Pau, no por vos, no necesito tu visto bueno, como Paula no necesita el de mi mamá, nosotros somos 2, como vos con tu marido que son dos.
-Quién te dijo que no me caes bien? Acompañame a preparar café así no se duermen en la oficina

Vos miraste a tu novia por apoyo y ella te dio el visto bueno


Vic cerró la puerta y empezó a hablar

-Mirá la verdad que no me caes mal, mas allá de lo que vos pienses. Paula es como mi hermana y ya tomo bastantes malas decisiones en su vida, no quiero que vos seas una de ellas
-Y sabes bastantes cosas mías por eso supones que lo soy
-Yo estaba acá cuando ella venía llorando por tu culpa, pense varias veces en agarrar el auto y pasarte por encima
-jajajaja
-No te rías, no estoy jodiendo. Yo la vi echa un trapo de piso al finalizar otras relaciones y te juro, escuchame bien abogadito, repetís la historia y voy por vos
-No tenes porque amenazarme
-Se quien sos, y los problemas que traes, supongo que debes saberlo
-Pienso que estas celosa
-Celosa yo? y eso por que seria?
-Porque ahora tenes un poco menos la atención de paula, porque a vos nunca te dejo decirle pocha, y porque nunca lograste sacarla de viaje desde hace ya varios años
-no tiene nada que ver eso
-Sabes que si, y sabes que no estoy aca para competir con vos, ya te dije que es lo que pienso
-Me gusta que vayas de frente
-Y a mi no me gusta el café hervido
-Qué? jajajajjaja el agua!! como no me avisas?
-Es que estabas ocupada tratando de hundirme
-Pero no lo logré, te voy a dar una chance, aprovechala.
-Dale preparame el café que tengo que trabajar, querés?


Ya estabas abriendo la puerta cuando escuchaste
-Pedro?
-Si?
-De verdad no te estaba tratando mal, podría ser mucho más antipática
-Ah... una divina, como puede ser que seas amiga de mi mujer?
-Siempre tiene que haber una amiga buena y una mala, es la ley de la vida.



***


-No fue tan malo eh?- le preguntaste cuando entraron al auto
-Me jodes? Casi me come vivo, de donde la sacaste? De un reformatorio?
-No te va a matar, no te preocupes, lo dice siempre
-Ah buenisimo me quedo más tranquilo. Me vas a tener que pagar con creces, eh? Vas al estudio?
-Si, al estudio. Con creces? Bastante voy a tener con tu mamá
-Eso no es paga, ya voy a pensar en algo. Dormimos en casa hoy- te dijo antes de darte un beso y arrancar.


Al fin Victoria ya era un tema resuelto de alguna manera, ahora te tocaba a vos, ir por tu suegra.
Sabías cuanto Pedro la adoraba y eso era lo que más ruido te hacía.
Desde que conociste la historia no podías dejar de pensar en ella, en lo que tuvo que pasar no solo Pedro, sino también tu suegra. La historia que había atrás, una psiquis dañada, una familia que recomponer.
Tus dudas se acrecentaban sería protectora? Alegre o una mujer triste quizás? Tendría cicatrices? Congeniarían o te echaría de su casa?
Vos, con tu realidad tan de princesa, pero que aun así te ahogabas en ella, tenias que enfrentarte a la realidad de una mujer golpeada, por un hombre y por la vida.
Las preguntas se agolpaban en tu mente y ya no sabías si sentías miedo o ansiedad.




El miedo se mezcla con la ansiedad, el que dirán con tus propias expectativas. 
La realidad empieza a tocar puertas, y hay que estar listos para ser buenos anfitriones.




viernes, 17 de enero de 2014

Capítulo 31

-Nonono vos claramente enloqueciste- le dijiste mientras saltabas de la cama
-jajaja ahora no te resulta tan gracioso hablar con mamá?- se burló el muy yeguo de vos.
-Basta Pedro, el celular es una cosa, pero esto... esto de viajar no... claramente no estoy preparada, decile algo
-Tenés razón ahora le escribo que su nuera no quiere ir- te dijo mientras agarraba el celular
-No!! que hacés?- saltaste sobre la cama de manera brusca, que hasta el loro parlanchín se despertó.
-No me dijiste que no querías ir gordita?- te preguntó mientras te abrazaba, colocándote arriba de él.
-Basta de reírte de mí- le dijiste haciendo puchero
-Me gustas mucho mucho así toda asustada te lo dije?
-Es que no entendés a mi nunca me quisieron las suegras, te juro siempre fui demasiado torpe para esas relaciones, y si... si acaso no le caigo bien?
-Y como se te ocurre- te dijo mientras colocaba un mechón de pelo detrás de tu oreja- que no le podes caer bien?
-No se, por ejemplo, tu mamá es rubia o morocha?
-Eso importa?- te preguntó bastante sorprendido
-Claro que importa, quizás es rubia y odia a las morochas o por ahí odia a las rubias, y si piensa que soy hueca y no me quiere abrir la puerta? O por ahí me echa...eso sería un papel...te estas riendo? Pedrooo! Estoy hablando enserio- le dijiste con el ceño fruncido
-Nono esta conversación de ninguna manera puede ser seria. Mamá es rubia y no tiene ningún tipo de perjuicio. Es muy alegre, vive cantando, aunque no afina muy bien
-Ah ya se a quien saliste...
-Perdón? Ah no-te dijo para atacarte. Si, era un ataque de cosquillas.

El loro parlanchín se removía molesto, no solo odiaba que lo despierten, odiaba las cosquillas, las sentía como una invasión a su privacidad. Desde ya que Pedro no estaba sumando demasiados puntos con él.
Agito sus alas y lanzó un jmmmm : "te dije que era un desubicado"


***

-Te pensas levantar?- le preguntaste como pudiste mientras te lavabas los dientes, en el umbral de la puerta, con una toalla cubriendo tus caderas.
-Estas muy lindo así, sabías?
-Y vos muy exigente...

Ella revoleó los ojos. Y te apresuraste en acotar.

-Y me gusta. Mucho. Pero mejor seguimos a la noche, tengo que resolver un caso, podes creer que una abogada quiso abusar de mis encantos para saltear etapas?
-Que descarada esa muchacha no?- te dijo sonriendo
-Pensé en hacerle caso, estaba muy buena.
-De verdad? Vení un cachito- te dijo haciéndote señas con el dedo
-Decime
-Pobre, pobre, pobre de vos si un día se te cruza otra mina por delante estando conmigo eh?- te dijo rosando tus labios.
-mmm...miedo. Entonces nunca se me va a cruzar nadie porque yo quiero pasar toda mi vida con vos- y la viste enrojecer.
-Por qué sos tan tierno a veces?
-Porque vos no me terminas de creer mon cherie. Te reservas el finde entonces?
-No me queda otra?
-Vos te hiciste la canchera... y no, igual te va a encantar mamá, eso si, no me hagas sufrir que soy su bebé.


Ella se echó a reír y vos te empezaste a cambiar.

Empezabas a recordar cuando ella te parecía histérica. Si tenías que sincerarte desde el momento cero te había hipnotizado, pero después vino con sus histeriqueos, sus planteos, sus rabietas,  y te exasperó, vaya que lo hizo.
Vos mismo, luchabas contra ella, pero su imagen se planteaba una y otra vez en tu cabeza (eso nunca se lo contarías).
Recordabas como esa primer charla, ese primer cruce en el que la viste por primera vez como una persona sensible, que lejos estabas antes de descubrir a la verdadera Paula, esa que hoy te morías porque sea tu mujer.
Pau, conocía la historia de tu vida casi de pie a cabeza, estuvo ahí sin que siquiera se lo pidas, y mucho más cuando se lo pediste.
Nunca olvidarías el primer día que la viste, bella pero con esos ojos tristes que tanto cautivaron tu atención. Una coraza la cubría y poco a poco la fuiste descubriendo.
Vos, no estabas nervioso (como si lo estaba ella) por el encuentro con tu mamá, sabías que la amaría, casi tanto como vos.

-Ey- te dijo tocando tu hombro y sacándote de tu trance
-Que amor?- le preguntaste anudandote la corbata
-Te estaba hablando pero parece que estabas en la tuya- te dijo mientras acomodaba tu corbata. Quisquillosa
-No te escuché. Pensaba en vos, en nosotros.
-Mmmm que lindo, y eso por qué?
-Porque me haces bien, muy bien- le dijiste consultando tu reloj- me voy.
-No vas a desayunar conmigo?- pucherito.
-No puedo, desayuna tranquila y salí con las nuevas llaves- le dijiste guiñándole el ojo


***


-Necesito que hablemos, dale
-...
-Si tengo la mañana tranquila
-...
-En casa, en un bar, voy a tu casa no se
-...
-En lo de Pedro, pero voy donde me digas
-...
-No empieces
-...
-Voy para allá entonces, prepará el mate. Esto es un claro código naranja.
-...
-Si, ya se que hace mucho no había este tipo de alertas.




-Pasa dale- te dijo rápido mientras habría la puerta
-Gracias gracias amiga- le dijiste abrazandola
-Sisi ya ya
-Hola tíaaaaa!- te dijeron sus hijos a la par
-Hola bonitos, ya se van?
-Si, tenemos dibujo Pau!- te explicó ella.
-Asi que dibujo eh?- dijiste mirando a tu amiga
-Vamos chicos- apareció su papá. -Hola Pau, no te vi, a ver cuando hacemos cena los 4 eh?
-Si, claro, que ideas brillantes tenes amor- lo interrumpió Vic, irónicamente, obvio.
-Que bueno dibujo eh- le dijiste cuando se quedaron solas
-Tienen 5 años!! Sabes lo que es? Son vacaciones!!
-jajajaja me matas!!
-Dale te mato, matar quiero al susodicho, que te hizo ahora?
-Estamos bien..
-Paula? Te conozco, ya sabes lo que pienso de el, no quiero que te lastime gorda, vos ya tenías las mil y una antes de que aparezca, y el con sus mambos no se, no me convence, vos sos feliz?
-Como nunca antes, lo juro.
-Ok, eso es bueno al menos. Contame que paso con las otras dos que aparecieron

Así lo hiciste, le contaste las novedades hasta donde podías y arreglando un poco los detalles que sabías no serían de su agrado, entre el loro parlanchín y Vic, no sabías cual era más dificil.

-Bueno dentro de todo bien, que se yo, también le pasan todas, parece el profesor de filosofía ese que teníamos te acordas? Todas le habían pasado según el, que embole!
-Bueno pobrecito Vic, el no tiene la culpa
-No, el no, pero vos te los buscas eh.
-Ahora me vas a atacar a mi?
-Quién ataca? Ay por favor amiga, vos me conoces y si lo quisiera atacar sería peor, digamos que todavía no es de mi total agrado, ahí si?
-El finde me voy a Cordoba
-Guauuuu, hace mucho no salías de la ciudad eh?
-Tampoco tanto che, 5 años?

Y la viste revolear los ojos, mientras empezaba a pasar quita esmalte a sus uñas.

-Se van juntos?- te preguntó.
-Me lleva a conocer a mi suegra.

Y ella se empezó a reir.

-Podes parar?????
-Es que recién caigo de que venía esta amorosa visita, tenes miedo verdad?
-Mucho. El dice que va a estar todo bien
-Propuesta de el?
-En realidad primero me escribió la madre que me quería conocer, que ya iban un par de meses, que la vayamos a visitar y eso, y cuando le conté a el hablo por teléfono con la madre y arregló todo, así que si medio a propuesta de el.
-Eso me gusta, ves que puedo reconocerle las cosas buenas? Estoy madurando
-jajajjajaa- y era tu turno de reírte.
-Y que onda el con su madre?
-Y... viste que te conte lo del padre, con su mamá tiene un vínculo muy especial, se nota cuanto la quiere, y creo que aún piensa que tiene medio como una cuenta pendiente con ella, sabes? Pero me gusta mucho como piensa y habla de ella.

Tu amiga te aconsejaba y te tranquilizaba. Ella te conocía como nadie. Sabía del miedo, no, miedo no, pánico, que sentías ante las presentaciones formales, siempre fue un karma para vos, el punto sensible, el punto de inflexión en una relación.
De a dos te manejabas a la perfección, pero cuando tenías que juntarte con las familias, eso si que era desastroso, siempre fuiste torpe. Te había pasado de todo: romper cosas, comentarios desafortunados, preguntas incómodas. Todo.

-No es ta grave Paula, la mina te va a odiar, de paso preguntale que hacer con la finada jajajaja
-Victoriaaaaa!
-Bueno, si, tenés razón, mala mía, me desubiqué... cuasi finada.
-No cambias más eh.
-Te suena el celular querida, por decir de alguna manera ya que lo tenes siempre en silencio.

-Hola amor

Si, le respondías con señas a Vic, que te preguntaba si era Pedro

-Acá en lo de Vic, no recién a las 3 entro, bueno almorcemos juntos entonces.

De pronto, sentiste como retiraban el celular de tu oreja, y te dedicaste a escuchar.

-Hola Pedro, soy Victoria
-...
-Sisi como sea, anotá la dirección, te esperamos a almorzar en casa
-...
-No, claro que no podes decir que no.
-...
-Si, muchos puntos restarías. Si la vas a llevar con tu mamá primero tenes que conocerme
-...
-Si, ya me contó. No des vueltas, te esperamos.

Y cortó. Así sin más.




-Ves como madure? Creo que hasta fui simpática.





Si el diccionario fuera con imágenes, al lado de la palabra atónita, debería estar tu cara en este momento.